El carnaval “más descarado e inclusivo” recupera las calles de Sevilla

Chirigota Las Cuentacuentos en el Encuentro de Carnaval Callejero de 2024

Guillermo Albarrán

Sevilla —

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Sevilla no es como Cádiz. Y su carnaval, pues tampoco. En la provincia gaditana, para algunos el COAC es la vara de medir que califica si una chirigota es 'oficial' o 'extraoficial'. Así, por un lado, están las agrupaciones que participan en el concurso y, por el otro, las callejeras. La historia de ambas también es distinta. Las primeras han evolucionado adaptándose a los requisitos y las normas que el concurso pide en cada edición. Además, se han visto moldeadas por un carnaval cada vez más profesionalizado y que exige puestas en escena más espectaculares o una vocalización más trabajada, entre otras cosas.

Las chirigotas callejeras no han estado sujetas a ningún concurso. Estos grupos 'extraoficiales' han encontrado en la falta de normas una oportunidad para explorar letras más políticamente incorrectas, experimentar con los instrumentos o expandir los repertorios. Si decíamos que el COAC es la línea que separa el carnaval 'oficial' del 'extraoficial', en Sevilla esta línea no existe.

La historia de la chirigota en la capital hispalense es, en esencia, la historia de unos grupos que se formaron con un ojo puesto en Cádiz, pero el otro fijo en una realidad más inmediata: “Que la calle no tiene requisitos. Solo hay que tener algo que contar”. Pablo Vázquez es uno de los integrantes de la Chirigota del Flores y uno de los organizadores del IV Encuentro de Carnaval Callejero. Es el primer año que este evento ha tenido que dividirse en dos días. La primera jornada fue el 16 de febrero en la Asociación de Vecinos Andalucía San Diego. Esa vez, entre chirigotas y romanceros, actuaron 9 asociaciones. Las 9 restantes lo harán el 23 de febrero a partir de las 12 h, en la misma ubicación. Los organizadores ofrecen a los asistentes el carnaval “más puro”, “más descarado” y “más inclusivo”.

La Alameda del carnaval callejero

Este encuentro callejero es, también según Pablo, muestra de “cómo está creciendo la chirigota ilegal, tanto en agrupaciones como en público que la busca”. Ese nombre, el de 'chirigota ilegal', ya no es literal. Es un título que ha quedado de las dictaduras de Primo de Rivera, y luego la de Franco. Ambos regímenes prohibieron el carnaval por considerarlo “poco edificante” y “contrario a los valores tradicionales”.

Aunque el carnaval sevillano no resistió la censura, y no volvió a alcanzar el auge que tuvo durante la Segunda República, la Alameda de Hércules ha sido testigo de varios hitos que consolidan la tradición carnavalera de la ciudad. Hubo que esperar al final de la década de los 70 para volver a tener noticias sobre iniciativas con repercusión. En 1979, precisamente, se celebró el primer carnaval de Sevilla después de su prohibición. Del pregón se encargó el pintor e icono LGTBI+ José Pérez Ocaña, que ya en aquellos años hablaba abiertamente de su sexualidad no normativa.

En 1982, un grupo de trabajadores de los astilleros de El Cano se convierte en la primera agrupación sevillana que consigue participar en el concurso de Cádiz. La chirigota 'Los Caperucitos Enrollaos' reavivó el espíritu carnavalesco de la ciudad y hasta principios del siglo XXI muchos grupos informales, sin apenas organización, recorrieron los bares de la Alameda celebrando su particular carnaval.

El siguiente momento clave de las chirigotas ilegales lo recuerda personalmente Javier Menchón 'Chicharra', que participó en los pasacalles celebrados en la Alameda de Hércules en el año 2005, otra fecha a destacar en la consolidación de la tradición carnavalesca sevillana. Según Javier, aquello fue la respuesta a “la ilusión de unos cuantos grupos por tener un espacio carnavalero en Sevilla”. Para aquellas personas, el carnaval de Cádiz se vivía “a medio gas”. Las dificultades en el transporte y “estar atado a los horarios del autobús” hacían que la fiesta gaditana a algunos “les supiera a poco”. “Un sábado o un domingo de carnaval en 2005”, dice Javier, “nos enteramos de que el Ayuntamiento iba a organizar unos pasacalles en la Alameda. Nos organizamos como pudimos y, al final, acabamos cantando cino grupos de carnaval callejero en la Plaza del Salvador, algo que mucha gente recuerda”.

La cosa no se quedó ahí, y las chirigotas ilegales recorrieron ese día casi 2 kilómetros y medio hasta la Alameda, donde se unieron a la fiesta que ya había por la celebración de los otros pasacalles organizados por el Ayuntamiento. “En ese día incluso participaron en los pasacalles en la comparsa 'Las Rameras', que también se presentaron al COAC ese año. Además, algunas de las mujeres de ese grupo luego crearían la primera chirigota feminista en 2009: 'El diario de las patricias'. Desde ese día del 2005, las agrupaciones callejeras se han ido ”organizando como han podido“, siguiendo la estela de ese evento.

Javier también participará con la chirigota 'Sin Ánimo de Luto' en el encuentro callejero del 23 de febrero, que considera “una muestra del crecimiento grandísimo que ha tenido el carnaval sevillano, y el carnaval callejero”. Además, para él, “da mucha fuerza” a lo próximo que quieren hacer: “crear una asociación para que nos ayude a organizar mejor todo esto”. Con esta asociación, los grupos callejeros no buscan “profesionalizarse” ni “oficializarse”, sino conseguir “un sitio del que no nos eche la policía”.

El carnaval más inclusivo

Fran Caballero pertenece a la misma agrupación que Javier Menchón, y dice que cuentan 33 agrupaciones carnavaleras ilegales en en Sevilla. “Son muchas más que a principios de siglo, y no es casualidad. Es una alegría ver cuánta gente se interesa no solo por ver las callejeras, sino por participar en ellas”. Para él, “el auge que estamos experimentando responde a las ganas que tienen los ciudadanos de expresarse. Porque no es más que eso en esencia: una forma de expresarse de manera totalmente libre”.

Eso, y pasarlo bien, claro, como añade Anabel Martínez. Ella también cantará el 23 de febrero, con la chirigota 'Chirimix', de la que es directora y que este año se presenta con el nombre de 'Las Desvelás'. Ellas nunca han tenido la intención, según Anabel, de presentarse a ningún tipo de concurso. “No queremos quebraderos de cabeza. Lo que más nos importa es expresarnos y reivindicar nuestras causas”. Para Anabel, el carnaval callejero es “más inclusivo en todos los sentidos”. “Para empezar, puedes usar muchos más tipos de instrumentos. Además, las agrupaciones como la nuestra necesitan esa falta de límites. Muchas veces, ese humor políticamente incorrecto se busca en esta modalidad de carnaval. Sin ir más lejos, nosotras somos abiertamente feministas y de izquierdas”.

Caro Parralo pertenece a la única chirigota de estas 33 que solo tiene mujeres entre sus miembros. También “abierta y declaradamente feminista”, 'Las del relío' son una agrupación “totalmente horizontal”. Eso es algo, según Parralo, “que solo permite el carnaval callejero”. Caro lo define como “pura esencia, puro descaro”. Por eso, cree que es una “estupenda toma de contacto para todo aquel que no haya escuchado nunca carnaval”.

En el cartel del IV Encuentro de Carnaval Callejero se anuncia “Ambigú con comica y bebida a precios populares”. Se podrá disfrutar con la entrada libre del carnaval que, según Anabel, “sale de la calle y hay que devolverlo a la calle”.

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