Joyas que son la leche (materna): una empresa de Sevilla personaliza colgantes y anillos con material genético
El concepto de joyería ha ido cambiando y evolucionado hacia una faceta más personal, más íntima. La gente ya no busca piezas que pueda tener cualquiera, sino que apuesta por aquellas que tengan un valor diferencial. De esta premisa nace Makidy Muttermilchschmuck, la empresa elaboradora de joyas hechas a base de leche materna que llega desde Alemania a Sevilla. “Se trata de una nueva forma de preservar el ADN y plasmar en el tiempo una de las etapas más bonitas y significativas para una madre, la lactancia”, cuenta su creadora Marlene Busch.
Para ello se utiliza una técnica que recuerda a la que ficcionó Steven Spielberg en Parque Jurásico, recuperando el ADN de un dinosaurio a través del mosquito que le picó en el pasado para quedar luego atrapado y preservado en resina o ámbar. En este caso, la leche se inserta en una base de resina de epoxi -que se utiliza en objetos cotidianos, como envasados de comida o bebida- bajo un tratamiento previo de deshidratación y dilución del polvo obtenido con diversos componentes químicos que aseguran su preservación y durabilidad. ADN en polvo.
La creadora de la empresa Makidy Joyas Maternas cuenta que nunca hubiera imaginado dedicarse a la fabricación de este tipo de joyas como método de trabajo, ni muchísimo menos la gran demanda de pedidos que generaría, especialmente en Berlín, ciudad en la que vivió junto a su marido y en la que fundó su primer taller, antes de mudarse a un barrio de la Macarena, en Sevilla.
“Fue un proyecto que empecé tras el nacimiento de mi primera hija. El sentimiento que me despertó la lactancia hizo que surgiese en mí un deseo de inmortalizarlo en el tiempo”, cuenta Busch. La artesana afirma que la lactancia le ayudó a establecer un vínculo indescriptible con su hija. Es ahí cuando el deseo de plasmar ese recuerdo en el tiempo le trajo a la mente la idea de aprovechar su experiencia en el sector de la joyería para crear piezas a partir de leche materna.
Sin embargo, no sería hasta el nacimiento de su segundo hijo y la llegada de la pandemia cuando Busch puso en práctica esa idea y comenzó a especializarse en la confección de joyas de leche materna y otros materiales genéticos: “Puse un anuncio en Facebook porque compré materiales de más cuando iba a hacer mi joya y pregunté si alguien estaba interesado. La gente empezó a escribirme como loca. Quería hacer algo único y personal”.
De esta premisa nace en Alemania Makidy Muttermilchschmuck, es decir, Makidy Joyas de Leche Matern, cuyo nombre de marca “Makidy” no es casual sino que surge de la unión de las iniciales de su nombre, Marlene y el de sus dos hijos Kiara y Dylan para simbolizar ese vínculo madre/hijos: “Desde entonces me he dedicado exclusivamente a crear estos maravillosos recuerdos, cuya elaboración no es solo mi profesión sino también mi pasión”. Actualmente, Makidy ha pasado de ser un proyecto a una empresa familiar en la que Marlene trabaja codo con codo junto a su pareja, Fernando Pino, encargado de la gestión de la página web.
Actualmente, la venta de este tipo de joyas se ha multiplicado exponencialmente hasta el punto de a Marlene y su marido prácticamente nos les hace falta recurrir a la publicidad para promocionar su venta: “Muchas agencias de marketing se han puesto en contacto con nosotros, pero tampoco nos interesa multiplicar más las ventas. Yo no quiero ser directora de empresa, a mí me gusta realmente hacer las joyas y yo no doy abasto”.
El número de pedidos que llevan a cabo al mes es bastante elevado, parar tratarse de una empresa familiar, con ventas de “hasta 70-80 joyas mensuales”, fluctuando en función de la época del año. A priori, este no parece un número excesivamente elevado, pero teniendo en cuenta que la horquilla de precios más habitual de las mismas oscila entre 65 y 500 euros, pudiendo llegar hasta los 1500 euros si las joyas incluyen diamantes. De este modo, si se tiene en cuenta la joya más barata, esto supondrían unos ingresos mínimos que superarían los 4500 euros calcula SevillaelDiario.es
La llegada a Sevilla de piezas de leche materna
Tras 14 años viviendo en Berlín, Marlene Busch decide volver a su ciudad natal, Sevilla, e instaurar un taller aquí porque considera que puede ser una muy buena oportunidad de mercado: “He observado que otras empresas dedicadas a este sector están destinando mucho dinero a publicidad en esa zona”. Además, esto les permitiría a ella y su pareja, que son de raíces andaluzas, “pasar más tiempo en la ciudad con la familia”.
No obstante, aunque la compra de joyas de leche materna es una tendencia que cada vez está ganando más y más popularidad en España y a nivel internacional, en Sevilla aún son muchos los escépticos ante este tipo de joyería. Al principio “la gente se sorprende y piensan qué cosa más rara”, pero las mujeres que hemos alimentado a los niños sabemos lo bonito que es y el significado que tiene“, cuenta Busch.
Así pues, y aunque en la ciudad predomina la venta de joyas de luto echas a partir de ceniza, la fundadora de Makidy reconoce que cada vez son más madres las que contactan con ella para “plasmar este recuerdo y gestionar mejor la etapa del destete”.
Personajes populares como Cristina Pedroche, que recientemente ha mostrado un anillo realizado con su propia leche y diamantes en redes sociales, se han subido al carro de esta nueva moda. Además, son muchas las personas que han intentado poner en práctica esta tendencia difundiendo sus videos en redes sociales como TikTok.
“No solo trabajamos con leche”
Aunque la leche sea el elemento que más esté llamando la atención, Busch también trabaja con otros materiales como pelo animal -de gatos y perros- y humano, fragmentos de cordón umbilical, dientes o cenizas: “No solo trabajamos con leche, aunque sea el elemento más viral”. Los pelos los emplea para trazar dibujos y formas en las joyas de leche como corazones, iniciales de los hijos, o el árbol de la vida, al que también añade otros elementos como flores secas o pan de oro: “Cada pieza es única y personalizada al gusto del consumidor, ya que es un objeto muy personal y entrañable”. De esta forma, ha ampliado el catálogo con piezas de distinta índole como collares, anillos, pendientes, pulseras de comunión o nacimiento y otros elementos.
Conservación de la leche y otros materiales
Una de las cuestiones que más inquieta a los clientes interesados es si este tipo de joyas se conservan bien o, por el contrario, pueden estropearse. Ante estas cuestiones, Busch da una serie de indicaciones, entre las que figuran no exponer las joyas a la luz directa del sol, no mojarlas o no dejar que entren en contacto directo con productos de limpieza, ya que esto puede hacer que la resina se amarillee.
De esta forma, asegura también que la joya terminada no puede desarrollar en ningún caso olor desagradable o moho: “Pero no debemos olvidar que la leche materna es un producto natural, también 'vive' encerrado en la resina y dependiendo de la composición de la leche, el color puede variar desde el color crema hasta el ligeramente amarillento o incluso azulado”.
0