Nueva tasa de basura en Sevilla: no paga más quien más contamina y existe el riesgo de tributar dos veces por lo mismo

Una mujer deposita residuos en un contenedor de Lipasam en Sevilla.

Antonio Morente

29 de enero de 2025 05:30 h

1

Llegó la hora y, tras darle muchas vueltas, el Ayuntamiento de Sevilla afronta lo que todos los municipios con más de 5.000 habitantes: toca imponer una nueva tasa de residuos a partir de abril en aplicación de una ley estatal de 2022 que, a su vez, transpone una directiva europea para impulsar el reciclado. El gobierno local del PP, que denuncia que se trata de una “imposición” del Ejecutivo central, facturará en el recibo del agua (Emasesa) 1,15 euros por residente y mes en una vivienda, tal y como marca una ordenanza que va este jueves al pleno con numerosos reproches formales. Entre ellos, que no se cumple el principio de que paga más quien más contamina, a lo que se une que puede cobrarse a la ciudadanía dos veces por lo mismo.

Lo primero será saber si el alcalde, José Luis Sanz (PP), cuenta con apoyos para sacar adelante la norma ya que no tiene mayoría absoluta. PSOE y Podemos-IU han presentado varias enmiendas al texto, algo que no ha hecho Vox pese a que más de una vez se ha referido a esta medida como el “basurazo”. Pero en el pacto rubricado entre PP y Vox se incluye la progresiva bajada de impuestos como el IBI para contrarrestar la “subida extraordinariamente alta de la tasa” de basura, lo que unido a la buena sintonía actual entre ambas formaciones hace previsible una abstención del partido ultraconservador. Y eso a los populares les valdría: habría empate, pero sacarían adelante el punto con el voto de calidad del regidor.

Otra cosa es la nueva norma en sí, que ha cosechado reparos del Tribunal Económico Administrativo del Ayuntamiento de Sevilla y del Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS), así como del secretario y la interventora municipal. Esta última señala que el gobierno local ha optado para esta cuestión por una ordenanza específica que se une a la ya existente sobre recogida de residuos, por lo que advierte de que no deben solaparse para “evitar la generación de carga tributaria en las dos tasas” y que se vuelva a cobrar al ciudadano por algo que ya está pagando.

19,6 millones de euros este año

En un informe de la empresa municipal de limpieza, Lipasam, se calcula que los costes totales anuales para cumplir con lo que marca la ley es de 26,1 millones de euros anuales, lo que implica que –como empezará a cobrarse en abril– este ejercicio el importe será de 19,6 millones de euros. La propia norma europea aboga por imponer una tasa que repercuta en el ciudadano y así aumentar su implicación, con bonificaciones para los que más reciclen, lo que en Sevilla supondrá 1,15 euros por persona y mes en cada factura de Emasesa, que a partir de este 2025 es bimensual.

“El hecho imponible debe delimitar de forma precisa las actividades objeto del gravamen”, apunta la Intervención, que resalta la “imprecisión de la norma” en algunos aspectos. También lamenta que no se plasma “el fin último que se pretende”, que no es otro que el “principio de quien contamina paga”. Y es que la nueva tasa será lineal, al margen de cuánta basura genere cada cual, por lo que aboga por cambiar los cuadros tarifarias para “introducir la posibilidad de repercutir los costes de los servicios en función del volumen o tipología del residuo generado”.

Un reproche similar hace el Consejo Económico y Social de Sevilla, para el que “lo que queda claro es que la configuración de la tasa no cumple el objetivo de que pague más quien más contamina o más residuos genere”. No sólo eso, sino que además “no incentiva de ninguna forma el esfuerzo de reciclar, pues tal y como está configurado el ciudadano va a pagar el mismo importe con independencia del esfuerzo por separar los residuos en origen que haga”.

“Doble imposición parcial”

Y abunda en ello: “No se está cumpliendo con el objetivo de 'quien contamina paga', al no tener en cuenta el volumen de residuos que generan unas viviendas u otras”. Lo mismo ocurre con los comercios, ya que se cobra lo mismo al que está en una calle del centro de la ciudad que al ubicado en barrios alejados del mismo, además de que se tarifica por metros cuadrados cuando hay pequeños establecimientos en zonas céntricas “que generan más cantidad de residuos” que locales más grandes.

El CESS coincide con la interventora en el riesgo de una doble tributación, ya que “se nos presentan dos tasas diferentes pero complementarias”. En esta línea, expresa sus dudas sobre si Lipasam, al determinar el coste del servicio, “ha incorporado costes que han sido tomados en consideración para la tasa de basuras ya vigente, lo de que de confirmarse podría dar lugar a una doble imposición parcial”. Un reproche similar hace el secretario municipal: no hay “ninguna referencia al coste actual de los servicios y al incremento que supondrían las nuevas obligaciones”, que se calculan desde cero.

Tanto la interventora como el CESS añaden que el consistorio no ha descontado los posibles ingresos que obtenga por la recogida, transporte y venta de residuos, o por la generación de electricidad en su tratamiento. El secretario, por su parte, advierte de que en la ordenanza de basura ahora vigente se le da a los comerciantes la opción de decidir si el ayuntamiento se encarga o no de la gestión de sus residuos, voluntariedad que en la nueva norma no se menciona y que “podría implicar la implantación de un régimen de monopolio vía ordenanza fiscal”.

Actuaciones “ya incluidas”

En cuanto a los polígonos industriales, el CESS recuerda que contratan servicios privados de gestión de residuos, pese a lo cual se les gira la factura de Lipasam. Por eso mantienen la “reclamación histórica” de que esto es “una doble imposición”, y ahora con esta nueva tasa “se gravará aún más fiscalmente estos espacios”.

El Tribunal Económico Administrativo del Ayuntamiento de Sevilla, asimismo, comparte varias de estas dudas, como por ejemplo que el actual servicio de recogida domiciliaria de basuras “ya incluye actuaciones de recogida, transformación y eliminación de residuos”, que ahora se facturan en la nueva tasa junto a conceptos también existentes como vigilancia de los restos o campañas de concienciación social. Y además de apuntar que la existencia de dos ordenanzas puede llevar a “confundir los hechos imponibles”, echa en falta que haya más bonificaciones por buenas prácticas.

Etiquetas
He visto un error
stats