La cuestión de la dehesa de Tablada, la mayor zona verde que le queda a Sevilla sin urbanizar, ha vuelto con fuerza al debate político local tras 25 años apareciendo y desapareciendo, y esta vez lo ha hecho porque dos días después de su investidura el alcalde, José Luis Sanz (PP), defendió que en ese gran espacio hay sitio para un parque metropolitano tal y como postula la normativa urbanística vigente, pero también para equipamientos y usos residenciales. Sanz se ha reafirmado desde entonces en esta idea, y en el primer pleno ordinario del mandato celebrado este jueves ha vuelto a hacer lo mismo, insistiendo en que lo que ha expresado es “lo que me gustaría que fuera Tablada”. La tesis sigue siendo la misma: ahí cabe de todo porque además –tal y como ha defendido el delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa– si todo ese suelo se dedica a espacio verde sería muy costoso de conservar.
El mensaje del PP es que quiere un gran parque, pero que “a ver si nos vamos a pasar de pulmón verde”, según De la Rosa, porque “hay que pensar cómo se mantienen esas cosas”. Tanto PSOE como Podemos-IU han presentado dos propuestas para que el gobierno local se comprometa con el blindaje verde de este espacio, y ambas han sido tumbadas. De hecho, no hay ni acuerdo sobre el tamaño de la dehesa, 700 hectáreas para el gobierno local y la mitad (unas 380) según la oposición y la Mesa Ciudadana por Tablada, que aglutina a 39 organizaciones y colectivos sociales y que calcula que a esas 700 hectáreas se podría llegar si se sumasen todos los terrenos agrícolas que hay alrededor, muchos de los cuales están en carga con cultivos.
Pero a la cifra de 700 hectáreas se ha seguido agarrado en todo momento el gobierno municipal, que hasta ha hecho sus cálculos en base a esa cifra: si Tablada es como siete veces el parque del Alamillo, el más grande de Sevilla y cuyo mantenimiento cuesta más de seis millones de euros anuales, pues entonces conservar así la dehesa saldría por casi 49 millones al año “si sólo se hace un pulmón verde”, ha precisado Sanz. “Vamos a hacer un gran pulmón verde en Tablada”, ha insistido De la Rosa, aunque subrayando que será “el eje central” del proyecto, no el único, porque habrá otros usos y entre ellos estarán las viviendas.
La sombra de un “pelotazo urbanístico”
Así que para la oposición, blanco y en botella. “Van a permitir que sus amigos den un pelotazo urbanístico”, ha clamado el concejal de IU Ismael Sánchez, en referencia a la compleja situación de esta enorme parcela: el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) la clasifica como no urbanizable de especial protección y así lo han refrendado sucesivas sentencias, incluso del Tribunal Supremo. En ellas se hace hincapié en que son suelos inundables, a lo que se une que el plan de ordenación metropolitano (de la Junta Andalucía, de rango superior a la legislación municipal) consagra que tiene que ser un parque metropolitano. Para el portavoz socialista y exalcalde, Antonio Muñoz, en la práctica José Luis Sanz “está abriendo de par en par las puertas a la especulación”.
Todos los blindajes puestos no han desanimado desde hace 25 años a los propietarios de los terrenos, que los compraron con la expectativa de que se recalificaran para que fueran urbanizables, lo que han intentado una y otra vez por varias vías que tanto legisladores como jueces han ido cerrando. Hasta que Sanz hizo esas declaraciones que han reiniciado el ciclo, por mucho que el delegado de Urbanismo le haya reprochado al PSOE que no entiende el “empeño” en Tablada cuando en ocho años no han desarrollado ningún proyecto... que siempre va a tener que pasar por un acuerdo con los dueños de los suelos.
Ahora el PP ha anunciado que va a redactar un nuevo PGOU y sobre las limitaciones que impone el Potaus se ha dicho que “habrá que verlo”, porque el documento es de 2009 “y ha habido muchos cambios legislativos”. Tanto Sanz como De la Rosa han repetido que lo de la dehesa “es importante pero no una prioridad”, en contra de lo que el alcalde ha llegado a acusar al exregidor: que se había comprometido con los propietarios a “desbloquear” la cuestión, lo que el socialista ha negado tajantemente. “Sanz miente y su única intención es la de difundir un bulo, una auténtica irresponsabilidad”, ha apostillado después en redes sociales.
Informe que descartó la expropiación
El PSOE esgrime que el último paso que dio fue a finales del año pasado, cuando un informe de los servicios jurídicos municipales concluyó que no había base legal para una expropiación y abogó por la declaración de la dehesa como parque metropolitano como vía más adecuada para lograr una gran zona verde y pública. “No es el momento de destapar la caja de los truenos con Tablada”, ha abundado Muñoz, que considera que urbanizar parte de la dehesa es una “operación de dudosa legalidad” que además no obedece a las necesidades de la ciudad, que cuenta ahora con 20.000 viviendas vacías y tiene suelo para otras 22.000. La Mesa Ciudadana por Tablada, por su parte, ha reunido ya más de 35.000 firmas contra las intenciones del gobierno municipal, que por su parte insiste en que por ahora “no hay ningún proyecto”.
Por cierto, que la idea de introducir usos residenciales en Tablada también tiene contestación al otro lado del Guadalquivir, y es que el alcalde de Coria del Río, el andalucista Modesto González, ha alertado de que esto supone una “injerencia en la dinámica del río que puede afectar directamente” a su municipio. Eso es debido a que los terrenos son inundables, por lo que “urbanizar esta zona supondría cambiar la dinámica del río hacia abajo y especialmente la margen derecha, donde están los cascos urbanos de Gelves, Coria del Río y La Puebla del Río”.