Recordar a Blas Infante en el 87 aniversario de su fusilamiento, “un acto de rebeldía y justicia histórica”

El monumento erigido en el lugar donde fue asesinado el padre de la patria andaluza ha sido objeto de una ofrenda floral en la que han participado 70 entidades diferentes

Sara Rojas

10 de agosto de 2023 16:52 h

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Convencida de que “la rebeldía ante lo injusto es una de las más altas virtudes”, la Fundación Blas Infante ha vuelto a conmemorar el día en que las tropas franquistas fusilaron al padre de la patria andaluza por orden del general Queipo de Llano hace ahora 87 años. Para ello, se ha celebrado un sentido homenaje en las inmediaciones del cortijo de la Gota de Leche, escenario de su muerte y de este “acto de rebeldía” contra la “injusticia”, violencia y represión que asolaron España tras el golpe de Estado que propició la Guerra Civil.

Con estas palabras, parafraseando al protagonista de este encuentro, Antonio Manuel, patrono de la Fundación convocante y conductor del evento, ha recordado que la madrugada de un 10 de agosto de 1936, “un puñado de falangistas” le arrebataron la vida al prócer del andalucismo “por ser demócrata” y “andalucista”, para después arrojar su cuerpo a una fosa común “como miles de víctimas que siguen esperando un entierro digno”. Por eso, ha reivindicado esta tradicional cita en el kilómetro 4 de la antigua carretera de Sevilla a Carmona como un acto “político”, pero “nunca partidista”.

Primero el golpe de Estado, “la quiebra” después

Aun así, no ha podido evitar que la efemérides se haya visto empañada por la polémica que suscitó el hilo de Twitter de la fundación Centro de Estudios Andaluces (CENTRA) el pasado 2 de agosto (día en que Blas Infante fue detenido en su casa por miembros de la Falange), así como por la coyuntura política que atraviesa el país, a una semana de que se celebren las sesiones plenarias que abrirán la decimoquinta Legislatura de la democracia tras el 23J. Estos asuntos de actualidad han impregnado las declaraciones de los grupos políticos antes de que comenzara el acto del 87 aniversario, al que han acudido todos los partidos con representación parlamentaria, excepto el partido de extrema derecha Vox.

Así pues, José Ignacio García, portavoz de Adelante Andalucía en el Parlamento andaluz, ha recriminado a la Junta que utilice “eufemismos” para referirse a las víctimas de la “violencia franquista”. De esta forma, García se ha sumado a la contundente respuesta social y académica que recibió el tuit de la citada fundación pública y dependiente de la Consejería de Presidencia con su posterior petición de disculpas, por referirse al fusilamiento del padre de la patria andaluza como una “consecuencia de la quiebra de la convivencia y la democracia liberal”, eludiendo el contexto histórico del golpe militar “contra la democracia y la ley” en el que ha puesto el foco la Fundación Blas Infante este jueves, al igual que han recordado numerosos historiadores esta última semana.

En la misma línea se ha manifestado la diputada socialista en el Parlamento de Andalucía y vicesecretaria general del PSOE de Sevilla, Encarnación Martínez, al condenar el “lamentable tuit” del CENTRA que, a su juicio, tergiversa el relato historiográfico que avala que “primero vino el golpe de Estado y luego la quiebra de la convivencia”. A pesar de este incidente, la socialista ha aplaudido que, por primera vez desde hace décadas, se pueda rendir homenaje a una de las víctimas de la violencia franquista, sabiendo que los restos del genocida que firmó su sentencia de muerte está ya fuera de la basílica de la Macarena, una reivindicación histórica del movimiento memorialista y la principal petición que se lanzó durante la anterior edición del aniversario.

Doble reivindicación política

Por su parte, desde el Partido Popular, el portavoz parlamentario y vicesecretario de Economía y Hacienda andaluz, Pablo Venzal, se ha limitado en su intervención a reivindicar la figura de Infante como “andaluz universal” y a tratar de relacionar su obra con el proyecto de su formación. “Representamos la moderación y el consenso”, ha dicho Venzal, quien ha arremetido contra los “acuerdos fuera del marco de la legalidad” que dice estar urdiendo Pedro Sánchez para revalidar la investidura. Escenario que ha celebrado de su lado Toni Valero, coordinador general de IU Andalucía y diputado de Sumar en el Congreso, quien ha aplaudido la oportunidad que se abre tras las últimas elecciones generales para reeditar un “gobierno de coalición progresista”.

Para terminar, el portavoz popular ha pedido abiertamente que se deje gobernar “a la lista más votada”, aun cuando en Andalucía Juan Manuel Moreno (PP) logró liderar la anterior legislatura (2019) sin ser primera fuerza, al sumar el apoyo de Ciudadanos y Vox. Cuestión que no ha llegado a ser rebatida por los periodistas en ronda de preguntas, al coincidir esta última intervención con el inicio del acto.

Al margen de estas cuestiones partidistas, ha comenzado un homenaje “sin más protocolo que guardar debido silencio y respeto”, que ha servido para recordar “una muerte y una vida entregada en cuerpo y alma a Andalucía”. Olvidarla, ha esgrimido Antonio Manuel, “sería una traición política”. Y por eso, en el acto de su 87 aniversario se ha lanzado una doble reivindicación política, en palabras de este estudioso de la cultura andaluza: “Que nadie más sea asesinado como Blas Infante y que nadie más se vea forzado a marcharse de Andalucía para buscarse la vida, que podamos elegir libremente donde morir y donde vivir”.

De este modo, se ha entrelazado este símbolo del andalucismo con la realidad actual del pueblo andaluz, que todavía sufre la “brecha endémica del paro y la pobreza” o la “sangría” de jóvenes emigrantes que tienen que abandonar su tierra por falta de oportunidades, como hicieron sus mayores antes que ellos. De ahí que el 87 aniversario haya estado dedicado al pueblo que lo vio nacer y que lleva por bandera ser la cuna del “más ilustre” intelectual andaluz: el municipio de Casares.

Cita anual con la vida, no con la muerte

En este sentido, ha intervenido Pepe Carrasco, presidente en funciones de la Ruta de Blas infante, quien ha abogado por mantener vivo “el compromiso infantiano desde los valores del andalucismo histórico, hasta la defensa de los más débiles y de no rehuir del activismo cultural y político”. Asimismo, ha instado a seguir izando “la bandera blanca y verde de la esperanza por un mundo más justo”. Insignia que él mismo ideó y que ha estado arropando una vez más el monumento erigido en su honor, junto al centenar de activistas que se han congregado “otro año más” en este viejo recodo de la antigua carretera de Carmona desde distintos lugares de la geografía española.

Por todo ello, el vicepresidente de la Fundación promotora y nieto del “ilustre casareño” homenajeado, Javier Delmas Infante, ha calificado esta convocatoria anual como una cita “con la vida y no con la muerte”. Un grito “de esperanza y no de silencio, como algunos pretendían”, ha abundado. Así, remitiéndose a sus célebres mensajes y reflexiones de plena vigencia, ha apelado a la conciencia de los andaluces para que continúen con el legado de progreso que inició su antepasado, haciendo “efectivo su proyecto de futuro, humanista, feminista, ecologista y universal con la cultura como principio director de las personas”, desde un “renovado impulso a la historia y el futuro de nuestra tierra”.

Como broche final, se ha realizado la ofrenda floral en la que han participado 70 corporaciones, organizaciones, instituciones y colectivos memorialistas de toda la comunidad andaluza e incluso de otros puntos de España como Cataluña y asociaciones de diferentes culturas. Entre ellos, ayuntamientos de todas las provincias que guardan relación con el prócer de la patria andaluza, así como el propio Centro de Estudios Andaluces o miembros de la cultura como el grupo musical Califato 3/4.

En definitiva, este acto ha puesto una vez más en evidencia que el legado de esta figura del andalucismo trasciende a la tierra blanca y verde a la que entregó su vida y sigue latiendo en la bandera que diseñó como símbolo de esperanza y de paz que cada andaluz debía llevar “izada en su corazón” para así “velar por ella”.

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