“Nos prometieron un lugar donde jugar y respirar mejor”, los niños del casco antiguo preguntan al alcalde de Sevilla por el futuro del pulmón verde

Mientras los adultos discutían asuntos importantes en el salón de plenos del Ayuntamiento de Sevilla, decenas de niños y niñas que viven en el casco antiguo se han concentrado en la puerta del consistorio, acompañados de sus padres. Algunos sujetaban árboles en miniatura hechos con cartulina, otros, pancartas de color verde. Y otros llevaban capas blancas atadas al cuello –“como las de los superhéroes”– en las que se podía leer “Pulmón verde no se vende”.
Ese es el mensaje que han querido trasladar al Gobierno de José Luis Sanz (PP), tres meses después de que sacara a la venta el solar de la calle Arrayán, donde hace años se comprometió a crear un parque público para los vecinos del centro. Y es la misma consigna que el colectivo vecinal Pulmón Verde lleva proclamando en cada una de las acciones de protesta que vienen realizando desde que vieron peligrar su proyecto de “pulmón verde” para el barrio, por el que llevan años luchando.
No es, por tanto, la primera vez que se manifiestan y aseguran que no será la última. Pero sí ha sido la más especial, porque esta vez los protagonistas han sido los más pequeños del barrio. Ellos han sido los primeros en iniciar los cánticos, mientras se dedicaban a saltar por encima de las pancartas extendidas por sus padres y lanzar al aire los globos verdes que sujetaban. Y también han sido ellos los encargados de preguntar por el futuro del “anhelado pulmón verde” en el turno ciudadano del pleno municipal.

“¿Para cuándo el pulmón verde para nuestro barrio?”
“Nos prometieron un lugar donde relajarnos, jugar y respirar mejor. Nos lo prometieron después de infinitas manifestaciones y, cuando por fin parecía que lo íbamos a conseguir, lo venden”. Son las palabras con las que Maya y Manuela han arrancado su intervención en la sesión plenaria de este jueve. Estas dos alumnas del CEIP Huerta de Santa Marina, en el barrio de San Luis, han sido las encargadas de llevar la voz de los niños del casco antiguo hasta el salón de plenos para preguntar directamente a los representantes municipales “¿para cuándo el pulmón verde para nuestro barrio?”.
Con un discurso escrito a mano y con las palabras más importantes subrayadas, por si los nervios hubieran querido jugar una mala pasada, Maya y Manuela han representado a todo el barrio en su intervención: “Todo lo que iba a ser verde se convertirá en gris”, siguieron las niñas, para terminar preguntando: “¿Queremos un barrio donde se respire mal, donde no haya espacios verdes? ¿Un lugar donde la isla de calor urbano no pare de crecer o, por el contrario, queremos conseguir de San Luis un barrio verde y amigo para la ciudadanía, los animales y las plantas?”.
La contestación ha venido de la mano del delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa, quien en lugar de ofrecer respuestas ha arrojado sobre las niñas más preguntas: “¿Que la parcela se ha vendido? ¿Quién os ha dicho eso? Estáis diciendo que antes era verde y va a ser gris, ¿por qué? ¿Eso por qué?”, seguía De la Rosa, antes de concluir con el argumento que ya conocen los vecinos: “La parcela está en el Plan Municipal de Suelos, lleva ahí desde el año 2020, pero eso no significa que se vaya a vender sin ningún tipo de consenso y sin que sigan siendo zonas verdes y dotacionales”.

Una “reclamación del barrio entero”
Entretanto, a las puertas del Ayuntamiento, Mar, una de las madres que han acudido a concentrarse, recuerda que “no hay parque en el barrio, ninguna zona o espacio en el que los niños puedan jugar”. “Nuestra única opción es la Alameda, y está llena de bares”, lamenta. José, sujetando a su hijo en brazos, dice que los padres “no se fían” de lo que vayan a hacer cuando se venda el pulmón verde. “Tiene pinta de que van a hacer pisos”, sospecha este vecino, y lamenta que la inclusión del solar Arrayán en el plan de enajenaciones haya ocurrido justo cuando se tramitaba el proceso para calificar la parcela como zona verde.
Sandra Camps, presidenta del colectivo vecinal que se ha encargado de abanderar los últimos cinco años una reivindicación que afloró hace casi cuatro décadas, señala que las reivindicaciones han evolucionado mucho en los últimos cinco años: “Lo que empezó siendo una reivindicación mía y de cuatro vecinos más se ha convertido en una reclamación del barrio entero; están los colegios, los institutos, los padres, las madres...”
La presidenta de esta asociación vecinal también se queja de las respuestas que han recibido por parte de la administración local: “Siempre nos repite lo mismo, nos hablan de que, haga lo que se haga, se tendrá en cuenta el consenso vecinal, pero para poner ese espacio en el PGOU, por ejemplo, no se pidió ningún consenso”, reprocha esta vecina. Ante lo falta de respuestas por parte del Gobierno de José Luis Sanz, han vuelto a concentrarse y a registrar una pregunta en el turno ciudadano del pleno municipal, pensando en que “a lo mejor a los niños se lo explican de otra forma”. Pero la respuesta que han recibido ha sido la misma.
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