Del escrutinio se pueden extraer múltiples lecturas que permiten entender mejor los resultados electorales y auscultar el latir de una ciudad, calle a calle, distrito a distrito. En el caso de Sevilla, el mapa que dibujan las municipales de este pasado 28M sirve para ilustrar el arrollador avance del PP en la ciudad insignia del socialismo. Una victoria que se ha consagrado a costa de que el corazón del PSOE se haya desangrado precisamente en distritos obreros como San Pablo-Santa Justa o Sur, que han virado en esta ocasión hacia la derecha.
Atendiendo a los datos, el candidato popular (y futuro alcalde), José Luis Sanz, es el vencedor indiscutible de estas elecciones, pues no solo ha logrado imponerse como primera fuerza en siete de los 11 distritos en los que se divide la capital hispalense, sino que incluso en los que ha perdido, ha mejorado resultados con respecto a los anteriores comicios, con cerca de 60.000 votos más. En cambio, la candidatura socialista encabezada por el actual regidor, Antonio Muñoz, se ha debilitado en todos los distritos, pasando de ser la favorita de ocho de ellos en 2019 a serlo en la mitad, y reduciendo su ventaja con respecto al PP, tal y como evidencian los cerca de 14.000 votos perdidos.
De esta forma, Sanz, además de sumar el apoyo casi incondicional de sus tradicionales feudos en la capital (Los Remedios, Nervión y Casco Antiguo, los tres de mayor renta y mayor participación), ha conseguido también movilizar votantes tradicionalmente de izquierdas, recogidos en los distritos de Triana, Sur, San Pablo-Santa Justa y Bellavista-La Palmera. Distritos que en las municipales de 2019 apoyaron de forma mayoritaria al PSOE, hoy relegado a segunda fuerza en los siete que domina el PP, menos en Los Remedios, donde Vox ocupa la segunda posición con un 12,1% (frente al abrumador 70,4% que ha alcanzado en este distrito el partido de Juan Manuel Moreno, con cerca de 4.000 votos más).
Los cuatro distritos en los que el PSOE se mantiene como fuerza mayoritaria son Macarena Norte, Macarena, Este-Alcosa-Torreblanca y Cerro-Amate. Pero también en todos ellos se aprecia, como se ha indicado, una tendencia negativa para los de Muñoz en cuanto a pérdida de votos, con especial incidencia en Cerro-Amate, donde el apoyo se ha recortado en más de 2.000 papeletas. Por el contrario, y a diferencia de los resultados obtenidos hace cuatro años, el PP ha ganado posiciones en todos ellos, hasta ocupar el lugar que otrora ostentó Adelante Sevilla - hoy desaparecido del tablero municipal - en Macarena Norte, Torreblanca y Cerro-Amate.
Como segunda fuerza política en estos barrios obreros de tradición progresista, el PP ha recortado considerablemente las distancias con su rival socialista. Tanto que apenas los separan cinco puntos en Macarena (donde el PSOE cuenta con un 38,8% de los votos frente al nada desdeñable 33,4% de los populares) y algo menos en Este-Alcosa-Torreblanca (donde los socialistas aglutinan el 39,7% y el PP sube hasta el 34,8%). Precisamente, en este último distrito ha registrado su mayor remontada el que se ha presentado como “candidato de Juanma Moreno”, con más de 10.000 votos nuevos.
De todo ello, se infiere que la estrategia de “patearse Sevilla” durante “más de 600 días” - como alabó el presidente andaluz después de proclamar a Sanz como nuevo alcalde - ha resultado ser un éxito, pues le ha permitido teñir de azul el corazón del PSOE y recuperar así el bastón de mando de la capital andaluza, tras ocho años de mandato socialista. Por tanto, las claves de la victoria del PP en el terreno tradicional de la izquierda no solo se encuentran en haber devorado los votos del ya desaparecido Ciudadanos, sino también en haber sabido captar un importante nicho de votantes en barrios obreros, vinculados tradicionalmente al partido que encabeza hoy Muñoz en la cuarta ciudad más grande de España.
Otro tanto que se apunta el próximo alcalde de Sevilla es el de haber movilizado el voto de su electorado, pues los distritos en los que consigue una holgada mayoría son los que registran porcentajes de participación más elevados, en consonancia con la tendencia que presentan habitualmente las rentas más altas. Destaca en este sentido el caso de Los Remedios (que aumenta su nivel de participación hasta el 75,1% frente al 69,61% de hace cuatro años), Nervión (con un 71,87%) o el Casco Antiguo (69,6%). Esta línea la siguen los otros cuatro distritos que han depositado su confianza en los populares, participando en un 65,2% en Triana o en un 63,15% en San Pablo-Santa Justa. Cifras que no llegan a alcanzar aquellos que han apostado por Muñoz y que se identifican con las zonas más humildes de la ciudad, donde tradicionalmente se cuenta con mayor abstención. En este caso, los niveles de participación oscilan entre el 59,48% que marca Este-Alcosa-Torreblanca y el 48,43% de Cerro-Amate.
A estos factores, hay que añadir también el giro conservador que ha experimentado la ciudad, representado en el descalabro que han sufrido las formaciones progresistas a la izquierda del PSOE (la coalición Con Andalucía que encabezan Podemos e IU ha perdido más de 20.000 votos), frente al ascenso de Vox como tercera fuerza política (suma más de 3.000 votos y un nuevo concejal en el Consistorio). De hecho, más allá de Los Remedios, el grupo de Abascal se ha alzado como segundo partido más votado en algunas zonas del Casco Antiguo, Heliópolis o el Polígono Sur.
En definitiva, del análisis por distritos se puede concluir que la victoria del PP radica en su propio crecimiento, sumado a un PSOE que pierde fuelle y a una izquierda que se desploma hasta arrojar un escenario que hace imposible sumar a Muñoz para revalidar su alcaldía.
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