Los taxistas de Sevilla controlan la venta de licencias desde un órgano municipal que tiene atascadas el 95% de solicitudes

Sara Rojas

Sevilla —

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El sistema de compraventa de licencias de taxi que impera en Sevilla presenta una anomalía con respecto a otras ciudades de España. Mientras que en Madrid, Málaga o Granada el traspaso de licencias se puede resolver entre particulares en apenas unas semanas, en Sevilla la única forma de transferir y adquirir una licencia de taxi es solicitándolo a través del Instituto del Taxi, un órgano dependiente del Ayuntamiento hispalense y encargado de recoger a los interesados en un listado que acumula años de retraso.

El Instituto del Taxi tiene encomendada –en virtud de una ordenanza municipal– la tarea de agrupar “las solicitudes de transmisión que formulen las personas titulares formando una lista”. Es decir, sobre el papel es el Ayuntamiento quien fija los criterios de orden y selección, pero en la práctica son las propias asociaciones mayoritarias del gremio (pseudosindicatos) las que criban a los interesados para entrar en el negocio del taxi, al determinar “quién entra en la lista y en qué orden”, según explican a este periódico fuentes del Ayuntamiento.

El Gobierno de José Luis Sanz (PP) se desmarca así de un procedimiento que definen como “absolutamente privado”, pese a estar enmarcado en un órgano municipal gestionado por su propio equipo. La lista cuenta con el rechazo de los afectados que denuncian “oscurantismo” y “falta de transparencia” durante el proceso.

El del taxi es uno de los gremios con más peso en la ciudad de Sevilla, dada su vinculación con el sector turístico. Es también uno de los sectores más tensionados, hacia fuera (por el conflicto con las compañías de VTC como Uber y Cabify), pero también hacia dentro (una de las tres asociaciones con representación en el Instituto del Taxi está procesada por organización criminal, coacciones y daños por tratar de hacerse con el control de una zona estratégica de la ciudad como el aeropuerto). En fechas señaladas, como la Semana Santa y sobre todo la Feria de abril, es habitual que las asociaciones amaguen con convocar jornadas de huelgas para presionar.

Retención en las listas

La ordenanza municipal establece que el listado del Instituto del Taxi se publicará “cada dos meses”, esto es, seis actualizaciones al año en una ciudad que cuenta con casi 2.000 licencias de taxi, según datos del Ayuntamiento. Sin embargo, en 2023 se actualizó tres veces y en lo que va de 2024 sólo se ha publicado la lista de enero (con 169 vendedores y 19 compradores autorizados) y la de mayo (con 183 vendedores y 32 compradores).

Lo 'oscuro' del procedimiento es que en la lista de enero se autorizó la venta de 19 licencias de taxi, pero al final se vendieron ocho y 11 no terminaron el proceso, sin que el Ayuntamiento sepa explicar por qué. Cuatro meses después, esas 11 licencias siguen en venta –en los primeros puestos de la lista actualizada–, pero los compradores que lograron en enero el visto bueno para adquirirlas han desaparecido.

Entretanto, la lista de titulares interesados en desprenderse de sus licencias sigue engordando y desesperando a quienes llevan años atascados en ella. Un colectivo que se declara especialmente afectado por este sistema de transmisión de licencias es el de los taxistas jubilados, que representan cerca del 53% del último listado publicado. Desde que se jubilaron (algunos hace cuatro y cinco años), un total de 93 taxistas de la ciudad de Sevilla llevan intentando vender sus licencias sin éxito.

El caso de los taxistas jubilados

Están convencidos de que el problema que lastra la venta no es la falta de compradores en el mercado. De hecho, algunos han probado a publicar anuncios en plataformas dedicadas a la compraventa de productos online y aseguran haber recibido al instante numerosas llamadas de personas interesadas en adquirir una licencia. De ahí que culpen del retraso al procedimiento en sí, que califican de “despropósito”, entre otros motivos, porque da preferencia a los titulares que han heredado una licencia por causa de fallecimiento y a los que se encuentran en situación de incapacidad permanente.

En el siguiente grupo, al mismo nivel, la ordenanza sitúa las peticiones por jubilación y por abandono voluntario de la profesión. “A los jubilados, que la mayoría cobramos la jubilación mínima, nos dejan fuera de juego porque los que están en otros casos tienen opciones de obtener ingresos al seguir trabajando”, lamentan desde el colectivo afectado.

Élite Taxi, una de las tres asociaciones con representación en el sector sevillano del taxi, empatiza con sus compañeros jubilados al entender que el sistema de venta actual “es un fracaso”, por cuanto genera “una incomunicación entre vendedor-comprador” y “desincentiva la compra” al imponer “trabas administrativas” que dilatan en exceso los plazos. Para argumentarlo, apelan al propio listado, actualizado por última vez el 22 de mayo, donde se puede observar que la primera persona interesada en adquirir una licencia lleva casi cuatro meses esperando. “Es algo inaudito”, asegura el presidente de Élite Taxi Sevilla, Rafael Baena, apelando a la agilidad con la que se compran y venden licencias en otras ciudades de España regidas por el patrón de la venta libre.

¿Cómo funciona en otras ciudades de España?

Este periódico ha contactado con asociaciones de otros puntos del territorio español (Córdoba, Málaga, Granada, Madrid, Vigo, Santiago de Compostela) y todas ellas coinciden en describir un mercado fluido en el que el plazo para completar el traspaso oscila entre una semana y “como máximo un mes”, desde que se alcanza un acuerdo y se obtiene la documentación necesaria. “En el peor de los casos, antes de 2 semanas el comprador puede estar trabajando con el taxi comprado”, refieren desde la capital de España. Las ventas en todas ellas se llevan a cabo en cualquier momento del año, a menudo a través de gestorías o de las propias entidades del sector, y otras veces entre particulares.

La Federación Profesional del Taxi de Madrid –la asociación mayoritaria en la capital– señala que allí se pueden vender unas 600 licencias al año (en un mercado que reúne a cerca de 16.000). En la ciudad de la Alhambra, se transfirieron un centenar de ellas aproximadamente en 2023, según datos de Élite Taxi Granada. Por el contrario, en Sevilla, de enero a mayo solo un 4,7% de los interesados en transferir sus licencias (ocho de los 169 interesados en vender a principios de año) ha podido completar la venta.

Amparándose en esos ejemplos, el presidente de Élite Taxi en la capital hispalense aboga como solución para desatascar las listas por “volver al sistema de la compra libre”, vigente en el resto de España. “Las licencias se revalorizarían muchísimo y se venderían rápido”, vaticina Rafael Baena, quien defiende el taxi como “un sector productivo y amortizable”. Además del sistema de compraventa, esta asociación critica que en Sevilla se haya fijado desde la administración local “un precio irreal” de 70.000 euros por licencia, cuando las ciudades antes citadas superan todas los 100.000 euros.

La fórmula “más efectiva”

Por el contrario, la asociación mayoritaria del sector tanto a nivel local como autonómico, la Unión Sevillana del Taxi, defiende el caso excepcional de Sevilla como “modélico”. “Entendemos que es la forma más justa, que se establezcan unas preferencias y un orden de antigüedad, y se haga a través de la administración pública porque no queremos especular con el valor de las licencias”, esgrime el presidente de la Unión Sevillana del Taxi, David Capelo, quien en representación del sector se declara “convencido de que es la mejor manera para llevar el cauce de la tramitación de las licencias”.

El procedimiento actual viene recogido en la Disposición Transitoria Primera de la ordenanza municipal que regula el servicio público del taxi, aprobada en junio de 2014. En dicho apartado, la fórmula del listado queda condicionada a que exista “una demanda de adquisición de licencias inferior a la oferta de transmisión de las mismas”.

El presidente de Élite Taxi, Rafael Baena, cuestiona que a día de hoy exista una diferencia tan abismal entre demanda y oferta como la que reflejan las listas del Instituto del Taxi (32 compradores frente a 183 vendedores en mayo), dado que “no existe un estudio socioeconómico del sector o un informe técnico que lo respalde”. Por todo ello, entiende que el sistema actual “merma el interés por comprar una licencia”, lanzando “un mensaje de opacidad total”. En el otro extremo, se posiciona Capelo, defendiendo esta fórmula como “la más efectiva”, aun reconociendo que “ahora mismo la lista está atascada”.

Acabar con las listas

Desde el Ayuntamiento admiten que el sistema por listas “no funciona”. Por eso, explican, se está elaborando el borrador de una nueva ordenanza con la idea de adaptar el modelo al “del resto de ciudades de España”, más próximo a una venta libre que favorezca agilizar los trámites y que los interesados se pongan de acuerdo sin necesidad de agruparlos en un listado. Durante ese proceso, indican fuentes municipales, se contará con las asociaciones representativas para que haya “consenso” en la nueva normativa, que esperan esté lista antes de que finalice el año.

Élite Taxi teme que los intereses de las otras dos asociaciones mayoritarias frenen el intento de liberalizar la transmisión de las licencias y reclama que, además de escuchar a las entidades del gremio, se cuente también en el proceso con “los afectados más inmediatos”, como es el caso de los jubilados, que en el último listado representan casi el 53% de los interesados en transferir una licencia.

Hasta que no se apruebe un cambio en el procedimiento, los taxistas jubilados reivindican que se les priorice en la venta para poder disfrutar en vida de su patrimonio, pues mientras la compraventa siga supeditada a un listado, solo ven una salida: “Cuando uno se muera, ya se pondrá el primero en la lista”.

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