La empresa concesionaria del transporte urbano de Sevilla Tussam ha anunciado su colaboración con el proyecto Life Biosevilla para poner a prueba un nuevo tipo de biocombustible hecho con aceites de fritura. Este combustible se usará en un autobús de línea que, con maquinaria de medición, realizará viajes simulados sin viajeros a principios de 2017. Con este experimento se espera lograr que este nuevo biodiésel funcione y reduzca los efectos contaminantes del diésel y las emisiones de CO2, así como la disminución de la emisión de partículas. Si bien detallan que, hasta que no se pruebe, no se sabrá cuál es la reducción de emisiones que permite.
La idea ha sido definida por la presidenta de Tussam, Carmen Castreño, como “un proyecto de economía circular en el que convertir un desecho contaminante en combustible”, siendo parte de una “lucha sistemática por el medio ambiente”. El objetivo es probar un nuevo sistema de combustibles que permita a Sevilla en particular y a Europa en general dejar de ser dependientes de las energías fósiles.
Con la ayuda de la investigación
El proceso de creación de este nuevo carburante ha ido de la mano de los laboratorios de la Facultad de Química de la Universidad de Sevilla, siendo necesaria ahora la experimentación para valorar unos resultados que estarán disponibles en septiembre de 2017.
Tussam funciona en la actualidad, según fuentes de la empresa concesionaria, con un 53% de su flota con gas natural comprimido y un coche híbrido. Si el experimento resulta positivo, esperan poder aplicar este nuevo combustible a toda su flota durante los próximos años pero sin fecha tope.