Vecinos del entorno de la Alfalfa de Sevilla capital se han organizado para realizar caceroladas para reivindicar su “derecho al descanso” y protestar por el ruido que provocan los clientes de los bares de copas por la noche, un problema del que se quejan desde hace años, pero que ha empeorado con el fin del estado de alarma y la vuelta de la apertura de estos locales hasta las 2 horas.
Según ha explicado en declaraciones a Europa Press Silvia de Carrión, una vecina afectada y portavoz de la asociación Alfalfa Degradada, las últimas caceroladas han sido las noches de este viernes y sábado, y lo hacen para concienciar a los ciudadanos, pues los clientes, cuando cierran los bares, “lo que hacen es quedarse en las calles aledañas cantando, gritando” y no aguantan más.
Asimismo, censura que los 14 locales de la zona son pequeños y “hacen de la calle la extensión de su bar”, por lo que ya antes de que llegue la hora del cierre la gente provoca ruido a los vecinos. Esta vecina lamenta que llaman a la Policía Local y entienden que “no puede estar pendiente de ir detrás de los ciudadanos”, pero afean que “si un bar ha sido precintado varias veces, por qué no se echa su cierre”.