Dos manifestaciones diferentes recorren Madrid con un objetivo común: “Salvar a las personas”
Las reivindicaciones eran similares, pero el recorrido fue diferente. Dos manifestaciones han tomado este sábado las calles de Madrid para exigir un “juicio a la banca” y protestar por los recortes en sanidad, educación, la reforma de las pensiones, los presupuestos para 2014 y, en general, la actual situación de crisis económica y social.
Encabezada por representantes de todas las mareas, arrancó, pasadas las 12.00 horas, la marcha convocada por Cumbre Social y Marea Ciudadana de Madrid. Una cabecera sin representantes sindicales ni políticos, que permanecieron tras la segunda pancarta, y que fue aplaudida por gran parte de los asistentes. “Puede ser un paso adelante en la democracia participativa, porque las mareas siempre vienen desde abajo”, comentaba Isabel Andrés, una de las participantes en la protesta, ataviada con una bufanda verde, en defensa de la educación pública.
El lema de esta manifestación, 'Emplea tu fuerza, vamos a cambiar las cosas. Defendamos lo público, defendamos las pensiones, defendamos a las personas', sirvió también para mostrar el músculo que han ido fortaleciendo las reivindicaciones sociales en los últimos tiempos. “Es una demostración de que la ciudadanía quiere seguir en las calles, mostrar un 'no' rotundo a las políticas de recortes y defender su derecho constitucional a manifestarse libremente”, defendió la portavoz de Cumbre Social, Ana González, en relación a la futura Ley de Seguridad Ciudadana.
De forma paralela partía desde Plaza de España otra manifestación, convocada por Tribunal Ciudadano de Justicia y asambleas del 15-M, bajo el lema 'Juicio a la banca. Salvemos lo público, salvemos las pensiones, salvamos a las personas“. En este caso, uno de sus principales objetivos era ”dar a conocer una querella a 90 consejeros de Caja Madrid y Bankia, que han llevado a cabo una estafa contra el pueblo y son los culpables de los recortes, porque los recursos de los ciudadanos se han regalado a la banca“, denunció Liliana Pineda, de Tribunal Ciudadano de Justicia.
González afirmó que el deseo de Cumbre Social era “que todas confluyeramos juntas, pero una parte ha considerado que no quería”. En este sentido, Pineda reconoció que “hubieramos querido que todos los trabajadores estuvieran juntos, pero no podíamos unirnos con las cúpulas de las instituciones que, por acción u omisión, son culpables de esta situación”.
Por su parte, el responsable de organización y comunicación de CCOO –que junto a los sindicatos UGT y USO conforman Cumbre Social–, Fernando Lezcano, explicó que su protesta, que se ha llevado a cabo en varias ciudades españoles, está en consonancia con las del sindicalismo europeo, que ha convocado diferentes movilizaciones durante estos días. En este sentido, aprovecharon también la convocatoria de Mareas Ciudadanas este mismo sábado para acudir de manera conjunta.
Huelga de 72 horas
Al inicio de la marcha, el Sindicato de Estudiantes, en palabras de su secretaria general, Ana García, ha exigido a los sindicatos y al profesorado la convocatoria de una huelga de 72 horas para que el ministro de Educación, José Ignacio Wert “se tenga que ir de una vez”, sobre todo “ahora que es más débil que nunca”
La denominada “ley mordaza” y la Ley de Huelga también estuvo en boca de los manifestantes. Para la mayoría, estas nuevas normas son una muestra de que “el poder tiene miedo, porque la gente está viendo la realidad. No se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”, comentaban tres trabajadores de limpieza viaria, José Antonio Arribas, José Jesús López y Francisco González.
Mientras la manifestación que salió de Atocha finalizó su recorrido en la calle Alcalá, la que arrancó desde Plaza de España hizo lo propio en la Puerta del Sol, con apenas media hora de diferencia. Los manifiestos lanzaban un mensaje similar: una denuncia de la destrucción de servicios públicos, la precarización laboral y la bajada de la calidad de vida de los ciudadanos. “No somos una minoría silenciosa. Emplea tu fuerza. Sí podemos”, sentenciaban en Alcalá. “Salvemos a las personas”, pedían en Sol.