Sídney (Australia), 20 ago (EFE).- Unas 26 especies de ranas de las 240 que habitan el territorio australiano, muchas de ellas endémicas, corren el riesgo de desaparecer antes del 2040 por culpa de un hongo que ataca a estos anfibios y los efectos del cambio climático, según un estudio científico publicado este viernes.
“Casi inevitablemente estarán extintas en los próximos 20 años”, dijo a Efe en referencia a estas especies de anuros Graeme Gillespie, director de gestión de ecosistemas del Ministerio del Ambiente del Territorio norte australiano, y uno de los autores de la investigación.
Según el estudio publicado en la revista “Pacific Conservation Biology”, unas cuatro especies, entre ellas la rana corroboree meridional y la Baw Baw corren un riesgo de desaparición en veinte años superior al 50 por ciento por el hongo chytridiomycosis.
Este patógeno- que afecta la keratina de la piel de las ranas, esencial para la regulación de la humedad, el intercambio de los gases respiratorios, la inmunidad o la defensa contra depredadores- se reproduce mejor en ambientes húmedos y fríos, como las zonas altas cubiertas de bosques tropicales del estado de Queensland.
Otras cinco especies como la Kroombit se encuentran en riesgo moderado de desaparición, con un 30 a 50 por ciento de probabilidades, por culpa del cambio climático, debido a que el calor tiene impacto en los niveles de la humedad de los hábitat de las ranas.
“El cambio climático también aumenta la frecuencia, extensión e intensidad de los incendios, los cuales han afectado a la mitad de las (26) especies identificadas en años recientes”, según un artículo liderado por Gillespie y publicado en la revista “The Conversation”, que también apunta como amenazas la pérdida de hábitats o depredadores como los cerdos salvajes y las truchas.
Australia ya ha perdido en los últimos años dos especies de ranas, que se caracterizaban con engullir los huevos fertilizados para después regurgitar a las crías vivas, pero “siempre hay una oportunidad para salvar a las especies de la extinción”, expresó Gillespie.
Entre las medidas recomendadas por Gillespie y casi una treintena de académicos, expertos y funcionarios académicos están la creación de refugios naturales y artificiales en los que se reproduzcan mejores condiciones para la supervivencia y reproducción de las ranas, así como la eliminación de los depredadores.
“Si se elimina una amenaza se aumenta la resiliencia frente a otras”, subrayó Gillespie, al insistir en la necesidad de proteger el “valor intrínseco” de cada animal para no “disminuir el legado natural de Australia y del planeta a las futuras generaciones”.