El presidente quiere tener un borrador sobre todos los acuerdos este lunes. Ese es el apretadísimo horario que el jefe de la COP28, Sultan Al Jaber, ha trasladado a todas las partes. Y cerrar todo el martes. Viendo la cantidad de puntos todavía lejos de tener propuestas concretas, algunos observadores dicen: “Eso no va a pasar”.
A la cumbre le quedan unas 48 horas oficiales. Al Jaber se ha llevado este domingo a todas las delegaciones a un salón para hacer una especie de ronda de situación. Todos juntos cara a cara en una misma sala. Lo han llamado un proceso de Majlis que han traducido como consejo de ancianos. La reunión congregaba a los cabezas de delegación (ministro o equivalente) y un asistente, nada más. En un hecho muy novedoso, esta ronda de Majlis ha podido ser monitoreado en directo por observadores. A la vista de lo que han dicho las delegaciones, el éxito o el fiasco están al alcance de la mano. “Quiero que todo el mundo sea flexible y acepte llegar a un compromiso” .
La cuestión pivota sobre cómo incluir la noción de abandono progresivo de los combustibles fósiles, pero también sobre de dónde sale el dinero para que países que quieran dejar de extraer y comerciar con carbón o petróleo instalen tecnologías renovables o modifiquen su economía. No se trata de petroestados como los del golfo Pérsico, sino otra categoría que se ha dejado oír con mucha fuerza este domingo en Dubái: son países de ingresos medios o bajos. La voz más fuerte ha sido la de Colombia.
La delegación suramericana ha subrayado un aspecto: “¿Quiénes van triplicar las renovables? ¿Aquellos que acceden al capital a un 5% de interés o los que lo hacen a un 30%?” Nosotros debemos cerrar nuestra industria del carbón, ¿Cuál es el incentivo? Cuando nuestro presidente anunció que dejaríamos las prospecciones petrolíferas, el peso (la moneda colombiana) se desplomó la siguiente semana así como nuestro rating para pedir crédito porque renunciábamos a una fuente de ingresos con la que pagar las deudas“. Ha obtenido aplausos, dicen los observadores que han tenido acceso a la sesión.
Ahí hay un punto evidente de fricción más allá de la oposición sobre el fin de los combustibles fósiles que ha evidenciado la Organización de Países Exportadores de Petróleo con la delegación de Arabia Saudí a la cabeza. “Irak ha tenido el discurso más duro sobre este asunto en esta reunión”, revela Javier Andaluz, observador internacional de Ecologistas en Acción. Su postura, añade, ha sido “de ninguna manera vamos a renunciar a los combustibles fósiles”.
En estE mismo Majlis, los saudíes han insistido en que no puede “señalarse ninguna forma de engería en concreto”. Y Bolivia ha hablado de la “hipocresía” de algunos países desarrollados que empujan para que se hable del fin del gas o el petróleo mientras siguen expandiendo los combustibles fósiles “como Noruega, Canadá, EEUU, Australia y otros...”. Es una demanda habitual de estos países de bajo o medioS ingresos que, entienden, son exigidos para dejar esa fuente de energía –y de ingresos como también es el caso de Bolivia– al tiempo que los informes de la ONU revelan cómo muchos países tienen planes para seguir extrayendo hidrocarburos.
La delegación europea ha insistido en que “no podemos pagar por tecnologías que no existen en este momento para abandonar o reducir los combustibles fósiles” para referirse a las tecnologías de captura de carbono. La vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, ha recordado que “debemos llegar a un consenso basado en la ciencia”. Y la ciencia ha dicho que para mantener la posibilidad de parar el calentamiento global en 1,5ºC hay que reducir casi a la mínima expresión el consumo de combustibles fósiles.
El presidente de la COP, Al Jaber, ha repetido (como hacen todos los presidente de COP cuando afrontan la recta final de las conversaciones) que su intención es acabar según lo previsto. La historia no le apoya ya que, de hecho, desde la COP16 de Cancún en México, el menor retraso ha sido de unas 10 horas. El récord de tardanza lo sigue teniendo Madrid 2019 con más de 40 horas, pero es que la penúltima cumbre climática en Sharm el Sheihk también superó las 36 horas de retraso.