Las asociaciones que trabajan con personas del colectivo LGTBI llevan años haciendo estimaciones sobre las infradenuncias de situaciones de acoso, discriminación o violencia por motivos de orientación sexual o identidad de género. Este miércoles, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más ha presentado una encuesta, elaborada por la consultora 40db, que pone cifra a esos cálculos. En España solo se denuncian 2 de cada 10 hechos de odio que se producen, en línea con los cálculos que se habían realizado hasta ahora.
El informe Estado del odio, presentado con motivo del Día Internacional contra la LGTBIfobia, arroja datos que permiten poner en contexto esa invisibilización de la violencia. El 29% de los encuestados, de una muestra de 800 personas del colectivo, afirma que ha sido acosado en los últimos cinco años; el 27,5% indica que ha sido víctima de discriminación; y el 8,6%, que ha sufrido algún tipo de agresión física o sexual. Según los datos del CIS, entre un 7% y un 8% de la población es homosexual, bisexual, transexual o intersexual, lo que traducido en números brutos supone que alrededor de un millón de personas en España han sufrido acoso y discriminación y que, al menos, 283.000 han sido agredidas.
La encuesta aborda también otras cuestiones que podrían estar relacionadas con ese 80% de hechos de odio que se dice padecer, pero que no se denuncian. Por ejemplo, la mayoría de personas, el 70,3%, evita responder al motivo por el que no lo pone en conocimiento de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El siguiente porcentaje es un 8,10% que afirma que “no pensaba que fuese a servir de algo”. El 8% no le dio importancia; el 6,9% no lo hizo porque no tenía pruebas; al 5,9% no se le ocurrió; y el 5,4% pensó que no le creerían; el mismo porcentaje que no lo hizo por vergüenza.
No hay confianza en las fuerzas de seguridad
Pero hay otro dato que llama la atención. El 70% de las personas encuestadas considera que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado están poco (43,4%) o nada (26,3%) comprometidas con el colectivo LGTBI. Solo el 4,5% cree que están muy comprometidas, mientras el 19,9% afirma que lo están bastante.
“Llamo al Ministerio del Interior a que se siente con el colectivo, porque acogemos a las víctimas en nuestros espacios y las acompañamos a comisaría”, ha reclamado la presidenta de la Federación, Uge Sangil. Precisamente, el número de personas que dicen haber sufrido un hecho de odio y ha acudido a una entidad es mayor que el que lo pone en conocimiento de la policía. El 23,7% lo puso en conocimiento de alguno de estos recursos. “El remedio tiene que ser la educación, la formación y la prevención con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y que las escuelas de policía no se tomen este tema como una maría”, ha pedido Sangil.
En cuanto a la percepción de la evolución de la discriminación, la violencia y los discursos de odio, por lo que también pregunta la encuesta, hay leves diferencias. El 27,1% considera que la discriminación ha empeorado en los últimos años, frente al 34,7% que dice que la situación ha mejorado. En el caso de la violencia, el 33,1% afirma que ha empeorado y el 27,7% que ha se ha reducido. Estas cifras son prácticamente similares con las respuestas sobre los discursos de odio: un 32,7% y un 27,7%, respectivamente. Unos datos que viene a clarificar lo que parecía evidente: “Los discursos de odio están provocando un aumento considerable de los delitos de odio”, verbaliza la vocal de la FELTBI+, Laura González.
“En 2018, con la irrupción de Vox y la radicalización del PP con sus complicidades con la ultraderecha se ha ido creando ese discurso de odio contra nosotras, se instrumentaliza nuestro derecho a ser y nuestra reivindicación de autodeterminación para decir quienes somos se utiliza como merchandising de odio impunemente en nuestras instituciones, en el Congreso y en el Senado”, lamenta Sangil. “Desde entonces, los discursos de odio se han radicalizado y las agresiones contra el colectivo han ido en aumento, tal y como revela el último informe del Ministerio del Interior, que habla de un incremento del 70%”, ha indicado.
Los más pobres sufren más odio
Según los datos de 40db para la FELGTB, las experiencias de odio tienen un factor de edad, pero también de renta. En el caso de la discriminación, la relación es inversamente proporcional a los ingresos. La sufren el 35,1% de quienes cobran menos de 1.000 euros; el 30,8% de entre 1.001 y 2.000 euros; el 24,3% en el siguiente tramo, hasta 3.000 euros; y el 18,7% con hasta 4.000 euros de ingresos; quienes cobran por encima de esa cantidad tampoco se libran, aunque solo dicen sufrir discriminación el 13,4%. Respecto al acoso, el porcentaje es similar en los dos primeros intervalos, por debajo de los 2.000 euros (en torno al 32,5%), mientras la escalera se mantiene por encima.
En cuanto a la edad, el 71,1% de las personas de menos de 35 años afirman haber sufrido algún tipo de acoso; el 68,2%, discriminación; y el 20,5% alguna agresión física o sexual. “Es interesante y es coherente con lo que ya sabíamos, que los jóvenes tienen más exposición y más riesgo a la violencia”, ha explicado el secretario de organización de la FELGTBI+, Ignacio Paredero. El 60% de la población que ha sufrido agresiones lo ha hecho en entornos de ocio, como cafeterías, bares o discotecas, pero el grueso de estos hechos sigue sucediendo en la calle, donde afirman haber padecido acoso el 78,5% de las personas acosadas y el 69% de las discriminadas y agredidas.
La situación es preocupante en los colegios, donde afirman haber padecido agresiones el 62,2% de las víctimas; discriminación un 55,5%; y acoso un 60,3%. “No se educa en diversidad”, ha apuntado Sangil, que apuesta por una “formación y educación inclusiva con las diferencias que existen en el ser humano”.