España sigue estancada a la cola del reciclaje en Europa
Reducir, reutilizar y reciclar. En ese orden. Las reglas son claras cuando se habla de basura y la Unión Europea lo resalta desde hace décadas. Sin embargo, España todavía no ha podido dar con la fórmula para llevarlo a la práctica, ni siquiera con sus residuos urbanos, aquellos que producen las personas en sus hogares o en la calle, los comercios o las pequeñas empresas.
En su gran mayoría, la basura municipal sigue tirándose en vertederos: según las últimas cifras publicadas por Eurostat, en 2017 sólo se recicló el 33% de todos los residuos urbanos, mientras que más de la mitad se descartó en vertederos. Los datos han generado alerta en Bruselas, pues están lejos de coincidir con el objetivo europeo de reciclar para 2020 la mitad de toda la basura generada por hogares y pequeñas empresas.
En este sentido, España debería aumentar el reciclaje, como mínimo, 17 puntos en sólo tres años, algo que no ha conseguido hacer ni en la última década. De hecho, entre 2007 y 2017 el reciclado de residuos urbanos sólo subió tres puntos.
Bruselas ya alertó en 2017 de la situación en España y la ha ubicado, junto a Grecia, Portugal y otros miembros comunitarios, entre las naciones que probablemente no cumplan la directiva sobre residuos. Si se comparan las cifras de los 28 países, para 2017 España se encontraba en el puesto 18 de reciclado, detrás de Alemania (67%), Italia (48%) y Francia (43%), todos países con más habitantes y mayor generación de basura al año.
Asimismo, España se encuentra más de 10 puntos por debajo de la media de la Unión Europea. “Seguro que habrá una sanción. No sé cuánto será, eso lo tendrá que decidir la Comisión, pero estamos pagando sanciones constantemente en diversos temas: vertidos de aguas residuales, contaminación, vertederos ilegales”, ha estimado Julio Barea, responsable de la campañas de vertidos de Greenpeace en España.
Sin embargo, fuentes de la Comisión Europea consultadas por eldiario.es, aseguran que esperarán “a los informes de los siguientes años antes de evaluar cualquier procedimiento de infracción por incumplimiento”.
El plan del Gobierno, una hoja de ruta en problemas
Como guía para cumplimentar los objetivos europeos, el Consejo de Ministros aprobó en 2015 el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR), que estableció entre sus metas prioritarias, no sólo la necesidad de reciclar la mitad de todos los residuos urbanos, sino también de reducir los vertidos municipales al 35% para el año que viene.
Lejos de cumplirse, los últimos datos publicados por Eurostat revelan que en 2017 el 54% de toda la basura municipal generada (alrededor de 21 millones de toneladas) todavía se enviaba a vertederos.
Hasta el momento, las mejores cifras se registraron en 2008, cuando se recicló un 40% y se trasladó a vertederos un 52% de todos los residuos urbanos que se generaron en España. Por el contrario, en 2011 se tocó fondo: 27% de reciclado y 63% a vertederos. Desde entonces, la situación ha ido mejorando levemente- aunque sin cambios sustanciales- y sin poder quebrar el techo marcado en 2008.
Sólo tres comunidades han llegado a la meta
El plan PEMAR también ha establecido la obligación de todas las Comunidades Autónomas de cumplir los mismos objetivos fijados a nivel estatal: esto significa que cada una debería reciclar la mitad de sus residuos urbanos y enviar a vertederos no más de un tercio.
Sin embargo, según datos del Ministerio de Transición Ecológica, hasta 2016 sólo tres de ellas (Navarra, Catalunya y La Rioja) habían superado la meta de reciclaje y cinco (País Vasco, Islas Baleares, Galicia, Catalunya y Cantabria) vertían menos del 35%.
Además, muchas de las comunidades que han logrado reducir los vertidos municipales, lo han hecho a costa de la llamada “incineración con recuperación de energía”, un tipo de tratamiento que desde la Comisión sólo recomiendan para “basura no-reciclable, con el fin de extraer la energía y el material embebido en él y evitar el desecho en vertederos”. Para Barea, en cambio, este método “es un eufemismo y una trampa terrible”. “Queman y dicen que recuperan energía. Pero eso es totalmente ineficiente, ineficaz”, considera.
En el ranking de reciclado, la Comunidad de Madrid ocupa el penúltimo puesto: en 2016 llegó al 17% de toda su basura municipal. Sin considerar los datos de Ceuta (cuyos residuos se tratan en Andalucía), sólo Melilla se encontraba por debajo, con una tasa inferior al 10%. Por el contrario, la Comunidad Foral de Navarra, Catalunya y La Rioja llevan la delantera.
¿Y por qué Madrid se encuentra tan atrasada? Fuentes de la Comunidad indican que “la explicación se basa principalmente en la baja tasa de valorización de la materia orgánica, que supone más del 30% de los residuos domésticos” y en la escasa “recuperación de envases ligeros”- tales como botellas, papel film o latas.
Sin embargo, han aclarado que si se tiene en cuenta “la valorización energética (incineración con recuperación de energía), la Comunidad avanza varios puestos en la lista de valorización de residuos”.
La recolección de residuos no mejora
A pesar de que las empresas de plásticos aseguran que España es el segundo país europeo que más plásticos recicla por habitante, si se mira el panorama completo de la basura recolectada en municipios, los datos no son tan alentadores. Según se desprende de la base de datos publicada por el INE, a nivel nacional todavía se recolectan mezclados (sin diferenciar entre materiales) más del 80% de los residuos. Esto quiere decir que la gran mayoría de la basura debería ser tratada y separada previamente para poder reciclarse.
En 2016, sólo tres comunidades autónomas (Catalunya, Navarra y País Vasco) recolectaron más del 30% de su basura municipal de forma separada, a través de los contenedores que permiten distinguir entre materia orgánica, plástico, papel, vidrio, entre otros materiales.
Lejos quedan los objetivos del plan PEMAR de incrementar la recogida separada en toda España a 9 millones de toneladas para 2020 y de reducir a 11 millones los residuos mezclados: en 2016 la recogida diferenciada no alcanzó los 4 millones, al tiempo que los residuos mezclados seguían por arriba de 18 millones.
Y si bien la escasa basura separada es una de las causas de los bajos niveles de reciclado, para Barea no es determinante: “Se está utilizando el mensaje perverso de que la culpa es de la ciudadanía exclusivamente, y puede haber parte de la culpa, pero los principales culpables de que esto suceda, de que no haya envases reciclables, de que no se pueda comprar de otra manera, son las propias empresas que nos venden sus productos”.
Por el contrario, desde Bruselas consideran que todavía “no hay suficiente coordinación entre el nivel nacional, regional y local”. Consultados por este diario, desde la Comisión han explicado que en España no existen mecanismos para obligar el cumplimiento de reciclado a los diferentes municipios, al tiempo que faltan “instrumentos económicos”, como impuestos a los vertidos y a la incineración.