El Gobierno y la Iglesia tendrán que abordar “la razón de ser” de la presencia benedictina en el Valle de los Caídos
Es uno de los mayores expertos en Memoria Histórica, y uno de los artífices del acuerdo que permitió que la Iglesia no fuera un problema para la decisión de exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos. Carlos García de Andoin, quien fuera secretario de la Comisión de Expertos a la que Zapatero encomendó en 2011 dar un nuevo destino a Cuelgamuros, subraya que “hay que convertir el Valle en un memorial de todas las víctimas de la Guerra Civil”.
En una entrevista con Religión Digital, el teólogo socialista, uno de los fundadores de la corriente Cristianos Socialistas, apunta las claves que definirán el futuro del Valle, y de la presencia de los benedictinos en la misma. En concreto, apunta que sería preciso la creación de “una fundación gestora del Valle de los Caídos” y que “Arzobispado de Madrid y con la Orden benedictina -Abades de Solesmes, Silos y Leyre- clarifique la razón de ser de la abadía del Valle de los Caídos”.
En su opinión, hay dos premisas básicas: “La primera, la permanencia de una presencia de Iglesia en el lugar, que puede adoptar diferentes formas; la segunda, que esta presencia debe ser signo e instrumento de reconciliación entre los españoles, sin partidismos”.
Para García de Andoin, la comisión debería “examinar si la comunidad benedictina está en condiciones de significar este servicio de reconciliación”. “Desde luego, su práctica hasta el presente me lleva a ser pesimista. Y no por falta de oportunidades”, constata el experto, quien denuncia cómo “la propia comunidad tiene un debate entre espirituales y políticos. Es por lo que ya en dos elecciones no han llegado a las mayorías requeridas por la regla benedictina para elegir Abad”.
Esto último confirma las informaciones de eldiario.es sobre la profunda división en la comunidad de Cuelgamuros, que tiene en su actual prior, Santiago Cantera, al principal responsable.
Respecto al papel de la Iglesia en la negociación, García de Andoin destaca el “notable cambio de actitud” de los cardenales Osoro y Blázquez, frente a la época del cardenal Rouco Varela, donde “no hubo colaboración a pesar de los puentes tendidos por el Gobierno para que la Iglesia se implicara en los trabajos de la Comisión de Expertos”.
En la actualidad, subraya el experto, tanto el Arzobispado de Madrid como los abades de Solesmes, Silos y Leyre (que ejercen una suerte de tutela respecto a la comunidad de Cuelgamuros), y “el propio Vaticano, han remado en la misma dirección” para “respetar las decisiones legítimas del Gobierno, y en hacerlas respetar al prior del Valle de los Caídos”.
Sobre el futuro destino de los restos de la momia del dictador, García de Andoin se inclina por el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo. “En cualquier caso -concluye-, la Iglesia y, concretamente el cardenal Osoro, puede tener un papel importante a la hora de establecer un diálogo con la familia para que ésta acoja los restos de Franco y se ponga de acuerdo con el Gobierno sobre su destino final”.