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El Gobierno quiere llevar la reforma de la Lomce al Congreso en enero

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Daniel Sánchez Caballero

El Gobierno va quemando etapas para aprobar su proyecto de ley de reforma de la Lomce. La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha anunciado tras el Consejo de Ministras que el objetivo del Ejecutivo es llevar el texto al Congreso en enero, una vez finalizado el periodo de audiencia e información pública y a falta de escuchar el dictamen del Consejo de Estado —se reúne el 8 de enero— y a las comunidades autónomas en la Conferencia Sectorial.

El principal objetivo del Gobierno con su reforma es atacar “los aspectos más segregadores y negativos de la Lomce” y en concreto la repetición de curso, que afecta a más de un tercio de los alumnos. Para ello, ha explicado Celaá, vuelven los ciclos educativos en Primaria que la Lomce rompió (periodos de más de un curso considerados como un todo), medida que, según el Ejecutivo, han aumentado las repeticiones en la etapa en un 37%.

También eliminará definitivamente las reválidas (esto supone dejar por escrito algo que ya estaba haciendo, toda vez que el PP había renunciado a ellas), los itinerarios tempranos (que obligaban al alumno a tomar decisiones irrevocables sobre su futuro académico desde los 13 años), evitará la doble titulación en la ESO (académica y aplicada, que llevaban al alumno a la universidad o a la FP sin opción de cambio) y se introducirá un “Bachillerato flexible”.

Con esta reforma, el Ministerio de Educación completa (al menos de momento) sus políticas educativas, tras aprobar ayer el Congreso revertir los recortes en Educación que había aprobado el Gobierno del PP en 2012 y que los profesionales educativos señalan como el principio de todos los males del sector en los últimos años. El proyecto de ley aprobado en la Cámara Baja, sin votos en contra, se apunta medidas que algunas comunidades autónomas ya habían implementado por su cuenta, como la reducción de las horas lectivas de los docentes (pasarán a un máximo de 23 semanales en Infantil y Primaria, 18 en Secundaria) o retirar el plazo de diez días necesario para sustituir a los profesores en situación de baja laboral.

Repetición y Bachillerato

El Gobierno habla finalmente de derogación de la Lomce, tras un periodo de cierta confusión. Primero afirmó que no la derogaría, luego se supo que el articulado sí contemplaba la derogación y finalmente la ministra acabó explicando en la Comisión de Educación que aunque no se derogará formalmente, se hace de facto porque si se derogara habría un vacío legal, toda vez que la Lomce no era una ley en sí misma sino que modificó la LOE, por lo que no se puede eliminar sin aprobar otra ley íntegra, y lo que va a hacer el Gobierno es volver a una LOE “modernizada”.

Las dos medidas más comentadas de la propuesta del Ministerio de Educación tienen que ver con el Bachillerato y la repetición de curso. La ministra Celaá quiere que los alumnos puedan obtener el título con una asignatura suspensa si la dirección del centro lo considera oportuno, previo estudio individual de cada caso.

Por otra parte, el ministerio también pretende introducir un “Bachillerato flexible” que permita a los alumnos con más de dos asignaturas suspendidas repetir el año siguiente solo esas materias, no todo el curso (con hasta dos se pasa de curso). Incluso, según el número de suspensos, podrían matricularse de alguna asignatura del siguiente curso, una especie de Bachillerato modular al estilo de la Universidad.

Estas dos medidas han sido criticadas bajo el argumento de que supone rebajar la exigencia a los alumnos, a lo que la ministra replica que no hay nada más desmotivante para los alumnos, y por tanto causa de abandono escolar, que la repetición de cursos. “No queremos que nadie se quede atrás”, ha explicado en el Consejo de Ministras de este viernes.

Otra de las principales medidas que contempla la reforma de la Lomce es la pérdida de peso de la asignatura de Religión, que dejará de computar para la nota media y por tanto para solicitar becas o acceder a la universidad. También se suprime la asignatura espejo de Religión, Valores Éticos, porque “la elección de algunos alumnos [cursar Religión, algo optativo] no puede suponer la obligación de otros” de tener que estudiar otra asignatura.

Recuperar la Filosofía para la Secundaria, arrinconada por Wert en la Lomce, era otro de los propósitos del Gobierno, que incluso alcanzó un acuerdo con el resto de partidos que fue aprobado en el Congreso.

Sin embargo, la Red Española de Filosofía denunció que en el articulado de reforma de la ley que maneja el Gobierno el Ministerio de Educación incumple este acuerdo. La REF explica que, tal y como está la reforma, un alumno podría terminar la ESO (la etapa obligatoria) sin cursar Filosofía, porque la única asignatura de esa etapa es Valores Cívicos, pero “eso no es Filosofía”, según los expertos. La Filosofía obligatoria queda para 1º y 2º de Bachillerato, una etapa postobligatoria.

La nueva ley educativa también pretende poner coto a la escuela concertada que segrega a los alumnos por sexo y que la Lomce había amparado. Lo hará por la vía de dar prioridad a los proyectos que se organicen bajo el principio de la coeducación.

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