Los médicos de UCI avisan de que hasta 9.000 personas a la vez pueden necesitar cuidados intensivos por el coronavirus
Los jefes de servicio de Medicina Intensiva de España han calculado que el pico de la epidemia de coronavirus hará que hasta 9.000 personas puedan necesitar una cama en unidades de cuidados intensivos (UCI) en caso de que “las medidas de contención establecidas hasta ahora no sean suficientes”.
Así lo refleja el Plan de Contingencia elaborado por la Sociedad Española de Medicina Intensiva para la gestión de la pandemia de COVID-19 “pensado para planificar necesidades” cuyo modelo sitúa ese momento en la semana del 20 de abril a la espera de que las acciones ya emprendidas modifiquen la situación. Este martes, en la Comunidad de Madrid había más de 400 personas ingresadas en unidades de cuidados intensivos, según la Consejería de Sanidad. El número en todo el Estado ascendía a 563.
La importancia de frenar la curva
Estas cifras, cálculos y proyecciones acerca de la presión sobre el sistema sanitario y el cuidado a los pacientes más afectados por la infección se relacionan con las medidas de contención del virus entre la población más joven (que supera la enfermedad con síntomas leves, pero puede actuar como transmisor a individuos con más riesgo) y el objetivo de aplanar la curva de contagios para tratar de impedir la saturación de los recursos sanitarios. En definitiva: ralentizar la expansión y disminuir los contagios permite a los sanitarios y los centros médicos atender a los que más cuidados precisan.
El plan de contingencia, elaborado por jefes de servicio de Medicina Intensiva para los profesionales hospitalarios, viene a aportar una respuesta a la pregunta sobre cómo aumentar de manera acelerada la capacidad de los hospitales españoles para acoger el incremento rápido de pacientes muy graves que puede imponer la epidemia de coronavirus. La Comunidad de Madrid explicó la semana pasada que pretende disponer de hasta 1.000 camas de UCI cuando su catálogo actual está en unas 600.
El escenario manejado por los intensivistas –al que llegan asumiendo que el virus contagie al 35% de la población y que la epidemia dure 12 semanas en tasa de ataque– implica la saturación de las UCI disponibles tal y como están ahora mismo organizadas, ya que existen unas 4.400 camas en estas unidades, entre públicas y privadas. El plan añade una serie de acciones para adaptar los centros hospitalarios.
Estos sanitarios reiteran que “actualmente, los hospitales de todo el mundo y especialmente las UCI, trabajan habitualmente a plena capacidad o cerca de ella y tienen una disponibilidad limitada para aumentar rápidamente los servicios con plantillas muy ajustadas en cualquiera de las categorías profesionales”.
Suspender consultas y sumar profesionales
Para las fases con la mayor demanda, los médicos intensivistas han propuesto “la suspensión de las cirugías, consultas y pruebas, imponer criterio estrictos para el ingreso en la UCI, el reclutamiento de todo el personal posible, el uso de todas las camas para los pacientes con mayor probabilidad de recuperación”. También añaden que haya “soporte psicológico del personal sanitario y la población atendida”.
Respecto a los profesionales sanitarios que deben atender esas unidades, el documento, insiste en que se debe “proteger a los trabajadores de la salud y prevenir la infección nosocomial” [que se produce dentro de los hospitales]. El plan pide directamente que el personal de enfermería de las UCI crezca entre un 20 y un 25%.
Si hace falta ampliar las UCI “cada hospital debe definir cuál es la zona ideal” y, en todo caso, en lugares que puedan tener la dotación técnica: disponibilidad de gases, ventilación mecánica, monitores, boxes de aislamiento...
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