Más de un año y medio después de las manifestaciones multitudinarias que reivindicaron que lo ocurrido en Pamplona en los Sanfermines de 2016 había sido una violación, el feminismo ha vuelto a salir a la calle en más de 40 ciudades. Bajo el mismo lema –“No es abuso, es violación”– cientos de colectivos secundan la convocatoria para clamar contra la sentencia dictada el pasado jueves, que calificó como abuso sexual y no como agresión el ataque sexual de cinco hombres a una joven en Manresa (Barcelona) hace tres años.
En Madrid, poco antes de las siete de la tarde, hora del inicio de la protesta, las asistentes ya coreaban los lemas “no es abuso, es violación” o “no es no, lo demás es violación”. Aunque mucho menos multitudinaria que las concentraciones de apoyo a la víctima de 'la manada', son muchas las mujeres que han venido a exigir “un cambio en el Código Penal” para que los delitos sexuales “tengan en cuenta la perspectiva de género”, explica Esther, de 37 años. “Es indignante que tengamos que volver a reivindicar esto. Una y otra vez lo mismo. Incluso después de que el Tribunal Supremo fuera claro en el caso de Pamplona”, añade.
Aunque la cita partió de Madrid, donde la Plataforma 7N ha lanzado un manifiesto al que ya se han adherido más de 100 organizaciones feministas, a la protesta se han sumado otras ciudades como Valencia, Santander, Barcelona o Murcia. En la capital, la cita tiene lugar frente al Ministerio de Justicia, el mismo escenario que ya marcó las concentraciones por el caso de 'la manada', la primera ahora hace justo dos años, cuando dio inicio el juicio. Entonces, una 'manada feminista' clamó contra su cuestionamiento bajo el lema “Yo sí te creo”.
“Si estamos inconscientes también es violacion”, gritan las asistentes en una cita pasada por agua debido a la lluvia en Madrid. Sofía y Julia corean las proclamas mientras sujetan las pancartas caseras que se han hecho con motivo de la convocatoria: “Nosotras somos la manada”, reza una de ellas en alusión al lema que popularizó el movimiento feminista al resignificar el nombre del grupo de WhatsApp en el que estaban los condenados por la violacion de los Sanfermines. Ambas tienen 20 años y, como en las anteriores convocatorias, han venido juntas: “Precisamente al venir hacia aquí lo estábamos comentando, que justo hace dos años estábamos en el mismo sitio pidiendo exactamente lo mismo. Es agotador”, cuenta Julia.
Amigas desde hace años, ambas comparten que el fallo de la Audiencia Provincial de Barcelona “vuelve a poner el foco en las víctimas” y manda un mensaje “perverso” a la sociedad: “Que si no tienes ninguna capacidad o posibilidad de defenderte, puede que sea interpretado como menos grave”, cree Sofía, que insiste en que “el solo sí es sí” debe llegar a la norma penal porque “no siempre tiene que haber un no. Hay veces en que ese 'no' no se puede decir y no quiere decir que esté consintiendo”.
La lluvia, intermitente a medida que transcurría la concentración e intensa en algunos momentos, no ha impedido que cada vez más personas –la inmensa mayoría, mujeres– se acerquen a las puertas del Ministerio de Justicia, al que señalan también como “responsable”. Entre los paraguas, el grito sigue siendo unánime: “La manada es el sistema” y “no es un caso aislado, se llama patriarcado”, corean.
“La justicia nos ha fallado”
Varios centenares de personas se han concentrado en el centro de Valencia convocadas por el movimiento feminista en protesta por la sentencia, informa Laura Martínez. “Es una provocación”, comentan algunas de las asistentes entre sí. Las manifestantes claman contra la “justicia patriarcal” y recuerdan “en casa y en la calle, no es no. En tu casa y en mi casa. No es no, lo demás es violación”. “Nos han quitado tanto que nos han quitado el miedo”, avisan.
En Murcia, el lema “¡Sola, borracha, quiero llegar a casa!” resuena en la concentración. “No entendemos que se llevaran a una menor y vayan cinco hombres uno detrás de otro a violarla y los jueces no consideren que hubo intimidación. Esto es justicia patriarcal, privilegiando la palabra de los hombres frente a la de las mujeres”, dicen desde la Asamblea Feminista de la Región de Murcia durante la concentración que ha reunido a un centenar de personas en la plaza Cardenal Belluga. “¡Basta ya de justicia patriarcal!” y “¡Dormida, borracha, mi cuerpo no se toca!”, gritaron las manifestantes, informa Elisa Reche.
Con la misma idea, la Plataforma 8M Toledo ha mostrado su rechazo en la plaza de Zocodover de la capital regional a la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Barcelona. “Otra vez la justicia nos ha fallado a todas, otra vez la justicia está agrediendo a una mujer con una sentencia tan dispar y tan incomprensible para nosotras”, ha dicho Ana Miranda, representante de la plataforma, informa Fidel Manjavacas.
Al igual que en Madrid, tampoco en Santander, Pamplona o Bilbao la lluvia y el viento han sido un obstáculo para que cientos de personas, en su mayoría mujeres, hayan mostrado su rechazo a la sentencia: “Una vez más, la justicia nos ha fallado, ha vuelto a ponerse de lado de los violadores, de los agresores y no, como debería ser siempre, de parte de la víctima”, ha admitido la Asamblea Feminista Abierta de Cantabria, informa Andrés Hermosa.
La céntrica plaza Moyua ha sido el escenario de la protesta en Bilbao, donde al grito de “no es abuso, es violación” y “zuek, matxistak, zarete terrotistak” (vosotros, machistas, sois terroristas), las asistentes han mostrado vestidas de morado, su repulsa ante el fallo. Tras las palabras de apoyo a la víctima, como cada primer lunes del mes, las miembros de la Asociación Feminista Gafas Moradas han enumerado las víctimas de agresiones sexuales y asesinatos machistas de octubre. De esta manera, han finalizado la concentración, recordando que esperan que la lista del próximo primer lunes de diciembre no exista, informa Maialen Ferreira.
Bajo paraguas, varias decenas de personas se han concentrado en la Plaza del Castillo de Pamplona contra el fallo de Manresa y han destacado sus conexiones con el de los Sanfermines de 2016, informa Amaia Otazu. Las portavoces de las Asociaciones del Movimiento Feminista de Pamplona han exigido más educación afectivo-sexual y han recordado que este “no es un problema de las mujeres, es un problema de la sociedad y de los hombres que violan y matan a las mujeres”. “Nunca más a mí, ni a ninguna otra mujer. Solo el sí es sí”, han clamado.
Modificar el Código Penal
Pocos días después del fallo de Manresa y tras un puente de gran movimiento de las convocatorias en redes sociales, en todas las ciudades los colectivos feministas exigen una modificación del Código Penal para que el delito de violación sea definido en base a la ausencia de consentimiento de la víctima y no dependa de si existió violencia o intimidación, como ocurre actualmente. Una petición a la que se ha sumado esta misma tarde Amnistía Internacional, que en un comunicado califica esta reforma de “urgente” y “necesaria”.
Así lo exige además el Convenio de Estambul, ratificado por España en 2014, un “compromiso internacional” que las convocantes piden que se cumpla para “cerrar el paso a las manadas impunes”, citan en el comunicado. “No queremos estar atemorizadas, queremos poder desarrollar libremente nuestra personalidad y nuestras relaciones con los demás” y que las mujeres que denuncian violencia sexual “no sufran una revictimización o violencia institucional”.
La sentencia
El pasado jueves, la Audiencia Provincial de Barcelona condenó a los cinco hombres a penas de entre 10 y 12 años de cárcel. El tribunal consideró que “el estado de inconsciencia” de la joven a causa del alcohol imposibilitó que pudiera “aceptar u oponerse a las relaciones sexuales”, por lo que los condenados pudieron perpetrar los hechos “sin utilizar ningún tipo de violencia o intimidación”. Los jueces aplicaron el artículo 181.2 del Código Penal, que establece que cuando los actos se ejecuten sobre personas “privadas de sentido” serán siempre considerados abusos sexuales.
Al igual que ocurriera con 'la manada' de Pamplona, la fiscala del caso de Manresa entendió que sí se había dado intimidación al considerar que los hombres se valieron de varios elementos para agredir a la víctima, entre ellos su superioridad numérica o el lugar “inhóspito” en el que estaban. En el caso de los Sanfermines, el Tribunal Supremo acabó sentenciando que los hechos fueron constitutivos de agresión sexual y esgrimió lo que constituye la “intimidación ambiental”.