Dos activistas de Femen que irrumpieron en la Catedral de la Almudena de Madrid y que se encadenaron al crucifijo del altar se sentarán en el banquillo el próximo 16 de noviembre por un delito de ofensa de los sentimientos religiosos, han informado fuentes jurídicas. El Juzgado de lo Penal nº 23 de Madrid juzgará a las dos activistas que fueron detenidas por miembros de la Policía Nacional en junio de 2014 tras reivindicar el derecho al aborto libre de las mujeres con una inscripción pintada en el torso que rezaba “libertad para abortar”.
En la causa, la Asociación Española de Abogados Cristianos ejerce como acusación popular, que acusa a las dos mujeres de haber cometido delitos de provocación a la discriminación, al odio y a la violencia y contra los sentimientos religiosos de los ciudadanos. La Fiscalía, por su parte, solicita para las dos activistas una pena de nueve meses de prisión por ofensa de los sentimientos religiosos.
El Ministerio Público considera que las acusadas actuaron “con ánimo de ofender a los feligreses, faltando al respeto debido a un lugar de culto”, recordando que se acercaron al altar mayor, se desnudaron y profirieron expresiones como “altar para abortar”, “aborto ilegal” o “Gallardón inquisidor”.
Femen publicó entonces un 'tuit' con una fotografía de las dos activistas, con el siguiente mensaje: 'Si nos prohíben un aborto seguro en el hospital, tomaremos la catedral! Aborto es sagrado'.
Los hechos se produjeron el 13 de junio de 2014, cuando las dos activistas irrumpieron en el templo, con el pecho descubierto, encadenándose en el crucifijo del altar mayor con proclamas como “altar para abortar”, “aborto ilegal, tomemos el Altar” y “aborto es sagrado”.
En el interior del templo se encontraban cerca de una decena de personas que, minutos después, fueron desalojadas por agentes de la Policía Nacional que, posteriormente, procedieron a cerrar la Catedral, incluido el perímetro exterior.
Tras cortar las cadenas y liberar a las dos activistas, los efectivos policiales detuvieron a las jóvenes acusadas de un delito contra los sentimientos religiosos y profanación. Las dos activistas fueron puestas en libertad unas horas después.