Las estudiantes flamencas Anuna De Wever, de 17 años, y Kyra Gantois, de 19, reúnen cada jueves desde principios de año a miles de jóvenes para protestar pacíficamente contra el cambio climático, tomando el testigo en Bruselas de la adolescente sueca Greta Thunberg, a quien tienen como referente.
Cuando Thunberg, de 16 años, decidió sentarse cada viernes desde el inicio del curso escolar a las puertas del Parlamento de Estocolmo en huelga por el cambio climático, nunca imaginó que su voz llegaría a escucharse en el Foro de Davos (Suiza), a donde acudió como invitada el pasado 25 de enero.
“Los adultos siguen diciendo: 'Demos esperanza a los jóvenes, se lo debemos'. Pero yo no quiero vuestra esperanza, no quiero que estéis esperanzados. Quiero que entréis en pánico, que sintáis el miedo que yo siento cada día. Y después quiero que actuéis, como si estuvierais en crisis. Quiero que actuéis como si la casa estuviera en llamas, porque lo está”, declaró en su intervención en Davos.
Tampoco De Wever y Gantois, residentes Amberes (en el norte de Bélgica), imaginaron que llegarían a movilizar hasta a 35.000 personas en una sola mañana cuando publicaron a finales de diciembre un vídeo en la red social Facebook en el que llamaban a otros jóvenes a salir a la calle para exigir a los políticos que tomen medidas contra el cambio climático.
La primera de las manifestaciones se celebró el pasado 10 de enero en Bruselas y logró congregar a unas 3.000 personas, cifra que se ha ido multiplicando en las sucesivas convocatorias hasta alcanzar los 12.500, los 35.000 y los 27.500, si bien el pasado jueves retrocedió hasta las 11.000, según los datos ofrecidos por la Policía belga.
En una entrevista con Efe, Anuna De Wever explicó que estas acciones pretenden mostrar a todos políticos del país que la suya es una “generación climática” y que es su futuro lo que está en juego.
De Wever urgió a los políticos, y en especial al Gobierno belga que resulte de las elecciones generales del próximo mayo, a escuchar a los expertos y a poner en marcha “políticas que funcionen” y que protejan el planeta.
También defendió la importancia de llevar estas acciones al plano internacional y rechazó cualquier intento de politizar las protestas: “No tenemos un color político, queremos desvincularnos de cualquier partido, es importante mostrar al mundo entero que todos estamos unidos en la lucha contra el cambio climático”, aclaró.
El ambiente pacífico y festivo que se respira en estas protestas contrasta con la multitud de pancartas que arrojan mensajes tan desalentadores como “¿Para qué me sirve estudiar la conjugación de los verbos en futuro si no voy a tener?”, con el fin de crear conciencia sobre el alcance del problema.
Por su parte, Kyra Gantois explicó a Efe que tanto ella como su compañera están en contacto con jóvenes activistas de otras ciudades del mundo, entre ellos, Greta Thunberg, que participará el próximo jueves en la marcha de Bruselas.
Gantois relató que todavía se emociona cuando conoce la cifra de asistentes a las convocatorias, aunque admitió que es “agotador” atender a todas las personas que se dirigen a ellas, incluida la prensa, si bien considera que los medios de comunicación son esenciales para que el mensaje llegue a muchas más personas.
Además, destacó la diversidad de este movimiento, bautizado como “Youth for climate” en las redes sociales (donde ya cuentan con más de 17.000 seguidores), y se mostró convencida de que con estas acciones sí que se pueden “cambiar las cosas”.