La B.1.1.7. O la B.1.617.2. Son las nomenclaturas otorgadas a las variantes del virus SARS-CoV-2 que provoca la COVID-19. Denominaciones totalmente técnicas de difícil difusión pública, a pesar de que la primera corresponde a la variante británica –que se ha ido imponiendo en España– y la segunda a la india que trae de cabeza al Reino Unido y preocupa que se extienda al resto de Europa. La Organización Mundial de la Salud ha decidido este lunes nombrar a las variantes clave del coronavirus con las letras del alfabeto griego: alfa, beta, gamma... “Etiquetas fáciles de decir y recordar”, ha explicado la OMS.
La OMS ha escogido un criterio simple: ha otorgado la primera letra griega a la primera de estas variantes detectada y ha seguido el alfabeto. Así, la variante británica se ha pasado a conocer como alfa, la surafricana beta, la brasileña gamma y la india delta. La organización dice que ha tomado esta opción tras “una amplia consulta y la revisión de muchos posibles sistemas de denominación”. Las letras se aplicarán a “variantes de interés y preocupación”.
Al mismo tiempo, la OMS añade que estas denominaciones no van a eliminar los nombres cientificos ya que estos “aportan imporpante información” por lo que “seguirán utiizándose en la investigación”. Sin embargo, la nomenclatura técnica “puede ser difícil de decir y recordar” por lo que son susceptibles de errores a la hora informar sobre ellas. Ante esta circunstancia, dice la OMS, se acaba por llamar a las variantes por el lugar geográfico donde han sido detectadas lo que puede derivar en una “estigmaticación y discriminación”.
Con la idea de revertir esta dinámica, la organización ha creado este sistema de etiquetado que espera que sea aplicado por gobiernos y medios de comunicación.