Ya han aterrizado en la base aérea de Torrejón (Madrid) procedentes de China la veintena de ciudadanos españoles que todavía permanecían en Wuhan, la ciudad epicentro del brote de coronavirus. Lo han hecho en torno a las 18:45 a bordo de un avión que despegó a las 9:45 de la mañana hora local –7 horas más que en España–, en un operativo que coordina el Ministerio de Exteriores con el Gobierno de Reino Unido y en el que colabora el Ministerio de Sanidad. El grupo de pasajeros ha volado previamente a Londres, donde han aterrizado poco antes de las 14:30, hora española. Allí, una vez desembarcados los pasajeros británicos, los españoles han continuado su viaje hasta Madrid.
Del total de 30 personas que han volado hasta Madrid, 21 de ellas permanecerán en España y ya han sido trasladadas al hospital militar Gómez Ulla. Otras cinco (cuatro daneses y un noruego) viajarán hoy mismo a sus países de origen. El traslado del grupo que ha desembarcado en Torrejón hasta el hospital donde quedarán ingresados para su cuarentena se ha producido en un autobús custodiado por diversos coches de Policía, Guardia Civil y varias ambulancias.
Ninguno de estos ciudadanos –entre los que hay al menos dos menores– presentaba en origen síntomas del coronavirus, según los controles que se les ha realizado al partir de China. Los test a los que los repatriados han sido sometidos durante la escala del vuelo en Londres, así como los realizados a su llegada a Madrid, han descartado también cualquier indicio de contagio.
Esa condición asintomática era determinante para poder traerlos a España, explicaba el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias de Sanidad, Fernando Simón. “Era la condición de las autoridades chinas, que incluye el chequeo a la salida de la zona de cuarentena”, explicaba. Antes de salir del avión, dos equipos de Sanidad Exteriores reevaluarán a los pasajeros por si su estado de salud ha cambiado durante las horas de viaje. Cuando salían de sus casas, según los últimos partes del Gobierno chino, el coronavirus ya superaba los 8.000 contagiados.
Según ha informado a través de un comunicado el Ministerio de Sanidad, el ministro Salvador Illa presidirá mañana, a partir de las 10:00, una nueva reunión del comité de seguimiento, tras la cual se informará a los medios de la situación de los repatriados en cuarentena.
El “procedimiento exacto” de ese control médico que se hará en Torrejón “se está preparando”, especifican desde Sanidad. Pero, en principio, solo si se encuentran indicios de síntomas se enviarán sus muestras al Centro Nacional de Microbiología (CNM), que está centralizando las pruebas de pacientes sospechosos de portar el virus. Según dicta el protocolo técnico de Sanidad, solo son sospechosas las personas que hayan estado recientemente en Wuhan o a menos de dos metros de alguien que haya dado positivo, y que a su vez presenten síntomas, muy parecidos a los de una gripe común. Esta semana se informó de que en Alemania se produjo una transmisión a partir de una persona asintomática, pero según los expertos sanitarios, incluido Simón, esto “lo están evaluando” todos los organismos, porque no está claro que sucediese exactamente así.
A pesar de no haber manifestado síntomas durante el chequeo de Sanidad, todos los repatriados pasarán la cuarentena en el Gómez Ulla. Se ha reservado una planta para ellos, que según fuentes del hospital es la 17. La intención es que “hagan la vida lo más normal posible”, han reiterado Illa y Simón este jueves en la sede del Ministerio, porque ha recordado que no son personas enfermas y “la probabilidad de contagio es muy muy pequeña”. Por eso, “tendrán libertad de movimientos” y podrán recibir visitas de sus familiares durante las dos semanas que permanezcan en el centro sanitario, “siempre con las medidas de protección adecuadas para que no se rompa la cuarentena”.
Simón ha pedido que no se incremente “el terror infundado” respecto al coronavirus, porque ahora mismo el riesgo de infección en España es bajo. “Vamos a adoptar todas las precauciones” porque “nuestra responsabilidad es velar por su seguridad y la del conjunto de sus ciudadanos”, decía Illa. Pedro Morillo, uno de los ciudadanos españoles que vuelven a Madrid, ha contado a eldiario.es que este jueves todos se encontraban bien, preparados para seguir “todos los controles de seguridad que Sanidad crea convenientes” una vez en suelo español.
“Inquietud” de los profesionales sanitarios
Desde Sanidad defienden que el Gómez Ulla, que es un hospital militar y depende de Defensa, está habilitado para estas circunstancias, y que su personal sanitario está “capacitado de forma específica” y estará “equipado” con las medidas de protección especificadas en los protocolos. Esto último, según el documento técnico que hizo público Sanidad, incluye bata impermeable, mascarilla, guantes y protección ocular de montura integral.
El Hospital Gómez Ulla tiene habilitada una planta que actúa como Unidad de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN) para pacientes que lo requieran. El gobierno de la Comunidad de Madrid invirtió para construirla 21,5 millones de euros. Pero esa planta de aislamiento no es la 17, la que los va a acoger, sino la 22: los ciudadanos españoles no requieren de esas condiciones por no presentar síntomas, y la decisión responde a que pueda transcurrir su estancia con la mayor normalidad, insistía Simón. Si alguno fuese sospechoso o diese positivo en la infección, sí requeriría de una habitación de aislamiento, preferiblemente a presión negativa.
Paralelamente al anuncio de Sanidad y Exteriores, la delegación de Sanidad Madrid de Comisiones Obreras (CCOO) ha denunciado el “descontrol, desinformación y la confusión” por parte de la Dirección del Gómez Ulla que están viviendo ahora mismo los trabajadores del centro. Entre otros aspectos, critican que la decisión de llevarles a la planta 17 y no a la 22 “genera una mayor inquietud entre la plantilla”. También les provoca “intranquilidad” que se haya pedido suministro extra de medicamentos a Farmacia para la planta 17 “sin concretar de qué tipo, cantidad, motivo o criterio para elaborar el pedido”.
Los trabajadores hacen público también que la primera vez que tuvieron noticia de que el traslado podría realizarse a su hospital fue el martes 28 de enero, por la “aparición” en un tablón de Urgencias de “un escrito sin membrete ni firma oficial” con algunas indicaciones sobre la actuación administrativa a seguir cuando lleguen pacientes en estas circunstancias, fechado a día 23. También se les dispuso luego, en una habitación de aislamiento, de una “caja de cartón” con un rótulo en el que se leía “kit de coronavirus”, “de cuya existencia nadie les había informado”.
El 1 de enero, la Dirección del hospital recortó la plantilla de facultativos de guardia de Medicina Interna. Por eso, en medio de un pico de gripe común “en niveles máximos”, y previendo que derivarán a algunos facultativos a la planta 17, temen “una posible deficiencia en la prestación asistencial” a los demás pacientes. En febrero, les han comunicado, habrá 33 contrataciones nuevas por periodo de un mes de personal de enfermería y celadores, pero la Dirección no lo ha asociado oficialmente al coronavirus.