Poco a poco va apareciendo evidencia que trata de arrojar luz al efecto que tuvo el cierre escolar provocado por la pandemia. Tras el estudio que hace unos meses sostenía que los colegios perdieron el conocimiento equivalente a un trimestre escolar por el cierre de las escuelas, ahora le toca el turno a la comprensión lectora del alumnado de cuarto de Primaria: España sufrió un retroceso “significativo” en este indicador, según la prueba estandarizada internacional PIRLS, y se mantiene por debajo de la media tanto de la UE como de la OCDE.
España obtiene en la edición 2021 de PIRLS una puntuación de 521 puntos (al nivel de países como Nueva Zelanda o Portugal), lo que supone un retroceso respecto a la línea ascendente que traía del anterior estudio, en 2016. La caída es de siete puntos, que aunque podría parecer leve es suficiente para que se considere de impacto, según explica la organización. Con esta puntuación, nuestro sistema educativo queda una edición más por debajo de las medias de la OCDE (533) y de la UE (528). Singapur, Hong Kong y Rusia lideran esta tabla, que entre los países europeos tiene a Inglaterra, Finlandia y Polonia como los países con mayor rendimiento, con puntuaciones por encima de 550.
La letra pequeña del estudio muestra que en España hay bastante igualdad entre chicos y chicas en comprensión lectora (las chicas suelen salir mejor paradas en los estudios sobre aspectos educativos), que el país tiene poco alumnado que destaque por arriba (tenga una comprensión lectora excelente) mientras está en la media por abajo y achaca la caída en el nivel lector a la pandemia.
El descenso en la puntuación de PIRLS ha sido generalizado en todo el mundo en esta edición. Solo tres de los países analizados (Malta, Noruega e Irlanda) han mejorado sus resultados. Ocho se mantienen igual y 21, entre los que está España, han bajado. Consecuentemente, la media de la OCDE ha roto también la tendencia alcista que traía desde 2006.
Poco alumnado de gran rendimiento
Define PIRLS la comprensión lectora como “la habilidad para comprender y utilizar las formas lingüísticas escritas requeridas por la sociedad y/o valoradas por el individuo. Los lectores son capaces de construir significado a partir de una variedad de textos. Leen para aprender, para participar en las comunidades de lectores del ámbito escolar y de la vida cotidiana, y para su disfrute personal”. La prueba distingue entre dos propósitos de la lectura (informativo y literario) y los escolares rinden de manera similar en ambos; en las dos categorías aparece nuestro país por debajo de las medias OCDE y UE.
Tampoco difiere mucho de otros estudios comparativos que España es un país bastante uniforme en cuanto al rendimiento de su alumnado: no hay muchos excelentes, tampoco muchos en la parte baja. PIRLS establece cinco niveles de rendimiento: el 6% del alumnado español está en la parte más alta, un dato “significativamente” por debajo de la OCDE, con un 11%, y de la UE, con un 8%, lo cual es “llamativo” para el Ministerio de Educación porque también se sitúa lejos de los países con los que España se compara en el resultado global, Nueva Zelanda y Portugal. Por la parte de abajo los resultados sí son más homologables: cinco de cada cien alumnos están en la categoría inferior, un dato parecido a los de la OCDE (6%) y la UE (5%).
Los autores del informe sostienen que la caída generalizada en el rendimiento está ligada al cierre escolar que provocó la pandemia en 2020. Para llegar a esta afirmación, han comparado los días que estuvieron cerradas las escuelas en cada país con su rendimiento en PIRLS. “A la vista de la regresión lineal entre ambas series de datos, la principal conclusión que se obtiene es que la variación en el rendimiento medio por cada día de cierre (-0,11) es estadísticamente significativa, y sirve para explicar un 28% de la varianza observada”, se lee en el análisis que ha realizado el Ministerio de Educación. En el caso de España, casi cinco de los siete puntos que se ha dejado en esta edición se achacarían, según Educación, al cierre por pandemia. Dónde se han perdido los otros dos no se explica.
PIRLS también sirve para observar la equidad de un país: se divide al alumnado en cuatro grupos en función de su ISEC y la diferencia en el rendimiento entre el grupo más favorecido y el más desfavorecido muestra la igualdad o desigualdad entre ambos. En España esa diferencia es de 62 puntos, cuando los países con más diferencia superan los 100 (Bulgaria o Turquía) y el que menos tiene es Eslovenia, con 60 puntos. “Esto indica que España es uno de los países más equitativos de los analizados en este informe”. Otra cosa es que sea equitativo con resultados bajos.
Por último, PIRLS muestra una cierta preocupación porque solo un tercio de los padres y madres de las familias que han participado en PIRLS afirma que le gusta leer, cuando también está demostrado que este hábito por un lado se transmite de padres a hijos y por otro influye en la capacidad lectora de los menores.