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Bali se convierte en la capital del yoga y las terapias alternativas

EFE

Ubud (Indonesia) —

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Sanación a través de sonido, talleres de activación vocal o conferencias sobre medicina ayurveda forman parte del festival que durante una semana convierte la isla indonesia de Bali en referencia para los amantes del yoga y las terapias alternativas.

Más de 2.000 personas acudieron a la “isla de los dioses” para participar en las más de 200 actividades y conciertos del Festival BaliSpirit, que en su décima edición reúne esta semana las últimas tendencias en salud, espiritualidad y desarrollo personal.

“BaliSpirit se inspira en la filosofía de vida balinesa 'Tri Hita Karana'(tres causas para la prosperidad), que promueve la armonía entre humanos, con Dios y con el medioambiente”, explica a Efe I Made Gunarta, cofundador del festival.

El festival fue creado para preservar el “espíritu” de Ubud, la localidad -cuyo nombre significa medicina- donde se celebra el evento, un popular destino turístico que busca mitigar el impacto de esta industria sobre el medioambiente y la cultura local.

El balneario Bhanuswari concentra la mayor parte de actividades del festival, en el que se pueden aprender técnicas del masaje balinés, una terapia de relajación llamada “watsu” o de “sexo lento”, y al que acuden cada año visitantes de más de 50 países.

Sesiones de yoga, meditación, baile o artes marciales, parte de la oferta turística habitual de Ubud, se complementan con talleres y conferencias sobre nutrición, astrología, medicina ayurveda o desarrollo personal.

También hay espacio para actividades dedicadas a preservar la cultura balinesa, un reducto hinduista en un archipiélago de mayoría musulmana, con clases dedicadas a las danzas tradicionales o al tallado de madera.

“Mucha de la gente que acude al festival forma parte de esa generación de jóvenes que desea tener un estilo de vida sostenible y está cansada de la sociedad materialista ”, indicó Gunarta.

El indonesio dijo que muchos de los visitantes repiten año tras año en el festival, que no genera beneficios y se financia con el presupuesto que sus otras empresas tienen reservado para publicitarse.

Una de las novedades de esta edición son los conciertos de música medicinal, que se desarrollan en un escenario llamado Templo de Sonido, donde se practica el “kirtan”, una narración musical de ideas espirituales, así como cantos y sanaciones con sonidos.

“Es una reunión que sirve de escaparate para productos y terapias alternativas y atrae a personas que dispuestas a cambiar su forma de vida”, dice la alemana Sunne Johannsen, que explica las diferentes aplicaciones de aceites esenciales para aliviar dolencias.

Actividades para toda la familia, como talleres de reciclaje, reconocimiento de serpientes o creación de instalaciones con hojas de palma completan la oferta de un festival que se implica con la comunidad local el resto del año.

Lo hace con proyectos para prevenir la transmisión del Sida o en contra del deterioro del medioambiente, algo que el mismo festival promueve en sus puestos de comida donde ofrece hojas de platanero en lugar de platos, ramas de papaya para sorber las bebidas, y sirve solo alimentos orgánicos procedentes de granjas locales.

“El festival es como un filtro, exigimos a quienes quieran participar que tomen decisiones acordes al estilo de vida que promovemos”, dijo Gunarta.

Ana González