Varios meses antes de las elecciones municipales del pasado 26 de mayo, Rubén (nombre ficticio) ya comenzó a imaginárselo y temerlo. ¿Y si su boda fuera oficiada por un concejal de Vox? Este joven se casa dentro de un mes con su novio en el Ayuntamiento de Madrid, donde ya tienen cita en el distrito de San Blas-Canillejas. El de la capital es uno de los consistorios, junto a Zaragoza, Badajoz o Palencia, gobernados por el bloque de derechas gracias a los acuerdos entre el PP, Ciudadanos y Vox. La entrada de la extrema derecha y su papel clave en varios ayuntamientos también condiciona de alguna manera la celebración de las bodas civiles entre parejas del mismo sexo y muchas de ellas rechazan ser casadas por cualquiera de los tres partidos.
“Me caso con otro hombre y no me sentiría nada cómodo con que me estuviera casando alguien de extrema derecha homófobo, pero tampoco con que sea un concejal de partidos que han pactado con ella”, explica Rubén. Aunque las negociaciones entre las tres derechas en Madrid siguen manteniendo la amenaza de que pueda llegar a oficiar su boda un representante de Vox, a día de hoy parece que le corresponderá a Martín Casariego Córdoba, de Ciudadanos. Él ha sido nombrado concejal del distrito en el que se casan y el procedimiento en la capital implica que sean los titulares de cada distrito los que celebren las bodas.
La de Rubén no es una sensación poco frecuente en un escenario en el que Vox cuestiona directamente los derechos LGTBI, ha anunciado que si tuviera oportunidad le cambiaría el nombre al matrimonio igualitario o ha defendido las terapias de conversión para homosexuales. De hecho, el acuerdo entre las tres derechas para hacer alcalde al popular Martínez-Almeida ha llevado a la hasta ahora número dos de Manuela Carmena, Marta Higueras, a ofrecerse a casar a parejas del mismo sexo justo por la razón que esgrime Rubén: “Me ofrezco a casar a quienes no desean que lo hagan los que gobiernan con la extrema derecha en contra el colectivo LGTBI+”, dijo en Twitter.
“Pensé que a mí personalmente me parecería horrible que tuviera que casarme, en un día que es de fiesta y felicidad, un concejal que está pactando con quienes piensan que estoy enferma. Lo he hecho para todas las personas que pudieran sentirse como yo”, explica la concejala de Más Madrid a eldiario.es, que también se ofrece para parejas heterosexuales que rechacen que el bloque de derechas celebre su boda. De hecho, Rubén, para el que ser casado por Ciudadanos o el PP implica no sentirse “seguro” de que “quien lo está haciendo me respeta”, ya ha enviado su petición a Higueras. “Me hizo mucha ilusión el tuit porque la previsión de que me pueda casar alguien que está comprometida con los derechos LGTBI y que es visible, es otra cosa. Me da tranquilidad”.
Aunque Álex no se va a casar, sí llega a ponerse en la piel de Rubén y de las parejas que, como la suya, prefieren evitar que sea un edil de derechas el que oficie la boda. “La verdad es que a mí no me haría ninguna gracia que me case alguien de un partido que está fijando acuerdos con quien piensa que soy un ciudadano de segunda y enfermo. Además, el PP fue la formación que justo recurrió el matrimonio igualitario ante el Tribunal Constitucional”, resume este activista de SOMOS LGTB+ de Aragón. “Habrá un poco de todo, gente que le da igual y gente que no, pero todo dependerá de las posibilidades que te den para elegir concejal”.
Un procedimiento con margen para elegir
El procedimiento de bodas civiles difiere de unos consistorios a otros, que establecen sus propias normas, pero en general siempre existe el margen de que todos y todas las ediles casen. En Madrid, aunque oficialmente sean los titulares de los distritos los que lo hagan, la alcaldía autoriza habitualmente decretos de delegación para que también puedan otros ediles. “Si quieres que te case un concejal distinto al que te toca, se puede solicitar. Nosotros lo estamos tramitando mediante e-mails al grupo municipal de Más Madrid, que me los hacen llegar”, apunta Higueras, que asegura que está recibiendo diariamente varias peticiones.
La posibilidad de elegir concejal existe en todos los ayuntamientos, pero no es algo que se ofrezca oficialmente ni que esté escrito. No obstante, según comentan las concejalas consultadas para este reportaje, sí suele hacerse. En Zaragoza, por ejemplo, otro de los 'ayuntamientos del cambio' que ha dejado de serlo, casan todos los concejales, tanto del Gobierno como de la oposición, informa Óscar F. Civieta. En la última legislatura se estableció un turno rotatorio por el que cada fin de semana casaba uno, explica Arantza Gracia, anterior concejala de Educación e Inclusión. “Si quisieran que lo hiciera alguien en particular, hablaban con el edil en cuestión y protocolo establecía que fuera él o ella”.
Desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) comparten la sensación de Rubén y aluden a que el PP y Ciudadanos “son cómplices de la exclusión del colectivo”, en palabras de su presidenta, Uge Sangil. A las puertas de la celebración del Orgullo LGTBI, las entidades organizadoras de la manifestación (FELGTB y COGAM) mantienen un férreo posicionamiento contra ambas formaciones, a quienes han vetado de las carrozas por sus pactos. Sobre las bodas entre parejas del mismo sexo y la posibilidad de elegir edil, Sangil apunta a que “no todo el mundo tendrá acceso a concejales”, porque además no es algo que se ofrezca como parte del procedimiento. “Dependerá además de la carga de trabajo y del margen que tengan”.
Marta Higueras también ha pensado en ello y en el riesgo de que le coincidan varias bodas a la vez o que no pueda oficiarlas por cualquier motivo. En ese caso, las bodas pasarán a otros concejales del equipo municipal de Más Madrid, explica la edil, que alude a que su ofrecimiento incluye al resto. “Y quizás también el PSOE quiera sumarse a esta iniciativa”.
¿Puede un concejal objetar?
Todas las fuentes consultadas para este reportaje deslizan la posibilidad de que los concejales de Vox puedan negarse a casar a personas del mismo sexo en los diferentes consistorios en los que han entrado. La objeción de conciencia no cabe en estos casos, explica la abogada especializada en derechos LGTBI, Charo Alises. “Ya hubo más de uno que lo intentó en 2005 cuando se aprobó el matrimonio igualitario”, pero tanto el Ministerio de Justicia como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) alegaron que no pueden negarse directamente porque sería “un incumplimiento flagrante de la ley”.
En la práctica, sin embargo, los repartos que hace cada grupo municipal sí pueden llegar a esconder a objetores que lo son de manera extraoficial. “Hubo una concejala del PP en la pasada legislatura que se negó, pero no lo hizo de manera oficial, o sea no dijo 'yo no caso a gais', porque no puede, así que lo comentó en su grupo y se organizaron”, ejemplifica Arantza Gracia, de Zaragoza. “No obstante, esto lo iremos viendo en la práctica. Yo creo que ninguna pareja del mismo sexo tendrá mucho interés en que les case alguien de Vox, pero veremos en un año... Seguramente no encontraremos ninguna boda LGTBI celebrada por ellos”, concluye Alises.