Es un ejemplo más del comportamiento anómalo del virus de la gripe aviar en los últimos años. Un artículo de Eurosurveillance, la revista que edita el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), ha dado la voz de alarma sobre un brote de influenza H5N1 que se produjo en octubre en una granja de visones y que supone una nueva etapa de esta infección en su camino hacia una transmisión entre humanos que preocupa a los expertos.
Durante la primera semana de octubre, el veterinario de una granja de visones americanos en el municipio gallego de Carral detectó una mortalidad del 0,7%, más elevada de lo esperado, entre los animales. Decidió tomar muestras, que dieron negativo en SARS-CoV-2, pero positivo en este subtipo de gripe aviar. Según indica el estudio, con la investigadora del Laboratorio Central de Veterinaria del Ministerio de Agricultura Aurora Montserrat al frente, a partir de esa semana, esa tasa fue aumentando hasta situarse en el 4,3% entre el 17 y el 23 de ese mes.
La crisis del coronavirus ya había puesto en jaque a estas explotaciones, especialmente vulnerables frente a la infección, pero este caso ha enfocado una nueva problemática, que radica en dos aspectos. “El primero es que nunca antes en Europa había entrado un virus de influenza aviar y había causado un cuadro clínico de muertes en una granja de visones. El segundo es que los autores del estudio sugieren que puede haber habido una transmisión dentro de la granja entre individuos y, además, se ha detectado una mutación que facilita la replicación entre mamíferos”, explica Natàlia Majó, que es investigadora experta en virus aviares del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA).
El virus de gripe aviar se transmite entre aves y de aves a mamíferos, principalmente salvajes, como a algunos casos de zorros y a otros animales marinos, y en ocasiones a humanos, pero no entre ellos. “En los últimos años hemos visto mucha circulación altamente patógena en aves que sí había dado un salto puntual, pero nunca se había transmitido entre mamíferos”, indica la experta.
La preocupación viene precisamente por esa transmisión entre los visones a la que apunta el estudio. “Es un paso que no es menor en el caso de que un virus de influenza puramente aviar se esté adaptando a una especie de mamífero, que está más cerca de los humanos”, señala Majó.
“Al secuenciar, se vio que era un virus H5N1 del clado 2.3.4.4.B, con una mutación poco común, que es la que ha alertado a los investigadores”, explica la microbióloga del Hospital A Coruña y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), María del Mar Tomás.
Esa mutación es la misma que se encontró en el virus de gripe A H1N1, de origen porcino, que provocó la pandemia de 2009. Esa nueva infección, que según la OMS provocó “patrones de muerte y enfermedad que normalmente no se ven en las infecciones de influenza”, ha sido asumido ya en las vacunas, pero el primer año se calcula que fallecieron en todo el mundo entre 151.700 y 575.400 personas.
El salto previo: de aves de corral a aves silvestres
El virólogo y experto en sanidad animal del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria Miguel Ángel Jiménez Clavero explica que el recorrido hasta llegar a una pandemia de gripe aviar en humanos, con consecuencias graves, es desconocido, pero el caso de la granja de Carral es un paso más del virus en esa dirección.
“Algunas mutaciones en proteínas, que no son necesariamente ni la HA ni la NA ayudan al virus a replicase en células de mamífero y, en este caso, se ha encontrado una de esas mutaciones. Eso ayuda a interpretar que parece estar empezando una adaptación. ¿Cuántas fases más hacen falta para estar perfectamente adaptado y ser un riesgo? Honestamente, no lo sé”, reconoce este investigador.
El salto entre visones, que el estudio considera que puede tener “consecuencias en la salud pública”, no surge de la nada. El virus de gripe aviar H5N1 ha provocado en los últimos meses cientos de brotes en Europa.
Entre octubre de 2021 y septiembre de 2022 han sido 2.520 brotes entre aves de corral, 227 en aves cautivas y 3.867 casos en aves silvestres, según los datos del ECDC. Tradicionalmente, este virus era altamente patógeno en aves de corral o de grandes infraestructuras avícolas, pero no en el resto. Desde 2020, esta tendencia ha sido asumida también por las aves silvestres, principalmente gaviotas y alcatraces, que han registrado mayores tasas de mortalidad y que se considera que han sido las responsables de transmitir el virus a los visones gallegos. “Son virus que evolucionan muy rápido y ha cogido la capacidad de infectar aves salvajes y la virulencia de las de granja”, apunta Majó.
La epidemia actual de gripe aviar de alta patogenicidad es la mayor registrada en el continente hasta la fecha, según el ECDC, que ha notificado casos en aumento desde el verano. No obstante, en su informe de diciembre ha considerado que el riesgo de infección “es bajo para la población humana en general” y “de bajo a medio para las personas expuestas por su actividad profesional”. En octubre, España detectó su primer caso de gripe aviar H5N1 en humanos un trabajador de una granja avícola de Guadalajara.
“El virus estaba primero en aves domésticas, luego silvestres y ahora da un paso más en la adaptación entre mamíferos”, coincide Tomás, que señala que “el brote se controló bien” y no parece haberse extendido a otras instalaciones de la zona. Los expertos, no obstante, reclaman mayor control en estas explotaciones. “Parece que las medidas están funcionando, pero son alarmas que están bien para ponernos las pilas. Esta granja era semiabierta y las aves salvajes tenían acceso, lo que hace que la probabilidad sea alta, aunque nadie pensaba que fuera a pasar. Con lo cual, hay que controlarlas, cerrarlas, tener la comida y la bebida bien resguardada y minimizar posibles contactos”, señala Majó.
Esta misma semana, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha destacado la “máxima coordinación” entre el Gobierno central y las autoridades gallegas para el control del brote de Carral, con una labor de monitorización y seguimiento. “Es una de las grandes lecciones durante la pandemia. En este caso también lo hemos hecho, vigilar y seguir atentos a las recomendaciones de las autoridades sanitarias con la máxima coordinación”, ha asegurado la titular de sanidad sobre la alarma que hizo sacrificar a más de 50.000 animales.
Por qué muta el virus de la gripe
Los expertos apuntan que el virus de la gripe tiene complejos mecanismos de evolución pero una explicación sencilla es que su material genético está segmentado, lo que permite que haya intercambio cuando coinciden dos virus en una misma célula. “En la pandemia de gripe de 1918 era una virus mosaico que tenía algunos fragmentos de origen aviar, pero esa es la evolución del virus. Un virus puramente aviar no se ha podido trasmitir entre humanos. Eso no quiere decir que no pueda haber un virus aviar y una humano que coincidan y puedan intercambiar material”, apunta Majó.
La posibilidad de que el virus salte y mute hasta ser transmisible entre humanos aumenta si hay muchos virus circulando por el ambiente. “Es difícil que pase, pero es verdad que están ocurriendo cosas que no ocurrían hasta ahora”, apunta la experta que, sin embargo, trata de rebajar el catastrofismo: “Hay alarma porque se va avanzando en virus que se trasladan a mamíferos, que se pueden infectar entre ellos y producen mortalidad, pero eso no implica que de aquí a un año tengamos una pandemia de gripe aviar. No sabemos si pasará de aquí a seis meses, en un año, en cincuenta o nunca. Y una cosa es que se transmita y pueda infectar a muchísima gente y otra que sea un virus virulento, que no tendría por qué”.