El referéndum sobre la monarquía que tendrá lugar en la Universidad Autónoma de Madrid el 29 de noviembre toma forma y se expande. La iniciativa, surgida de un grupo de estudiantes del centro madrileño donde estudió Derecho Felipe VI, ha suscitado el interés de organizaciones de alumnos —y alguna de profesores— de otros campus de España, que quieren replicar el movimiento.
Este miércoles ha tenido lugar la primera asamblea organizativa de la consulta, en la que unos 40 estudiantes han comenzado a debatir sobre cuestiones prácticas para implementar el referéndum y debatido sobre el modelo a seguir. Y lo ha hecho con un mensaje de la organización: la consulta es un principio, un medio para hablar de otras cosas, no un fin en sí mismo.
“Estamos expresando una demanda social que existe, como se puede ver con los casos de los estudiantes de Oviedo (que rechazaron acudir a un acto con el Rey), el joven de Mallorca que nos representa a todos (le ofreció al rey su escoba cuando este acudió a Mallorca tras las riadas), el 1-O o las reprobaciones en ayuntamientos varios. Queremos abrir procesos libres y democráticos para debatirlo todo”, ha explicado Lucía Nistal, investigadora en la UAM. “Queremos discutir el modelo de Estado, qué hacer con la monarquía, si queremos pagar la deuda, separar la Iglesia del Estado, etc. Las asambleas constituyentes no deberían tener límites”.
Sostienen los estudiantes que el 80% de la sociedad española no ha tenido oportunidad de pronunciarse sobre la forma de Estado ni la monarquía porque o no habían nacido o no tenían derecho al voto cuando se aprobó la actual Constitución y con ella la monarquía. “¿Por qué las nuevas generaciones tenemos que pagar el precio de un tiempo que no vivimos?”, se preguntó Nistal, que también recordó que Thomas Jefferson, padre la Constitución de EE UU y “poco sospechoso de izquierdista peligroso”, decía que cualquier ley que tenga más de 19 años es un acto de imposición. La Constitución tiene 40.
Añaden que, según las encuestas existentes una mayoría de la población no quiere tener un rey. Las inexistentes también apuntan a esa dirección, dicen los organizadores de este referéndum: que el CIS lleve tres años sin preguntar por la monarquía dice más que muchas encuestas, argumentan.
“Nos dicen que no nos podemos salir del guión”
“La monarquía es una institución que ha demostrado sobradamente su corrupción, el rey y toda su familia. Es obsoleta, es medieval y es impuesta”, ha argumentado Nistal los motivos que les han llevado a plantear esta consulta. “Además, [la intervención del Estado en ciertos casos] nos dice que no nos podemos salir del guión ni un poco y que habrá represión si se hace”, ha explicado en alusión a las votaciones en Catalunya el 1-O.
Atendiendo al tono de esta y otras intervenciones iniciales, algunos estudiantes han alertado en sus comentarios del riesgo de convertir lo que debería ser un referéndum abierto en algo más ideologizado y que apunte en una dirección concreta. “La República no debe ser contra nadie. Debe ser de todos, de la izquierda, de la derecha”, ha expresado un estudiante. “La única forma de que esto vaya hacia delante es que no se deje fuera a la mitad de la población”, ha argumentado. Nistal le ha dado la réplica, dando la razón en parte a este alumno: “Lo que hay ahora es un régimen para unos pocos. Queremos un debate en el que cada grupo haga campaña por lo que considere”. “La República por sí misma no resuelve elementos como el modelo económico o social que se quiere. Creo que hay que abrir todos los melones, no solo el de la República”, ha planteado otro estudiante.
Este debate ha dado paso a un intercambio de ideas sobre los objetivos de la consulta y qué se debe preguntar. ¿Hay que votar si se quiere hacer un referéndum o el hecho de hacer un referéndum ya incluye la aceptación implícita del mismo? ¿Quién debe ser el sujeto de derecho, los pueblos de España o los ciudadanos? ¿Es importante el resultado de la consulta y por tanto necesario llevar algún tipo de control sobre el censo y quién vota o no, con los problemas que ello puede acarrear con la Ley Orgánica de Protección de Datos o, como se ha hecho en las consultas en los barrios, se trata de visibilizar un movimiento social para crear conciencia?
La consulta se expande
Los estudiantes están convencidos de que pueden estar en los inicios de algo grande. “Esta consulta parte de un movimiento que trasciende esta universidad y que está impulsando el derecho a decidir”, ha explicado Alejandro, uno de los organizadores. Se refería este alumno a que desde la Universidad de Zaragoza, la Pompeu Fabra, la Rey Juan Carlos o la Carlos III de Madrid o la Universidad de Barcelona han llegado mensajes de asociaciones de estudiantes con interés en replicar la consulta, algo que está sucediendo también fuera del ámbito universitario, como demuestran referéndums similares que han tenido o tendrán lugar en ciertos barrios, entre otros en el de Vallecas o Vicálvaro en Madrid. También un grupo de profesores del campus de la Universitat de Barcelona han contactado con la organización de la consulta de la UAM.
“Hay un movimiento vivo”, ha continuado Alejandro. “De aquí se puede constituir un grupo y que se expanda. Se abre la posibilidad de que se forme un grupo estudiantil que trascienda esto”, ha afirmado.
“Pero decepciona un poco que haya tan poca gente hoy aquí”, cuestionaba otro interviniente ante la visión de un salón de actos más vacío que lleno. “Es un buen punto de partida teniendo en cuenta que queda más de un mes. De aquí puede salir algo grande”, rebatían otros. Aclaradas las primeras cuestiones básicas, es hora de que las diferentes comisiones se pongan a trabajar.
Entre las prioridades, recaudar los mil euros que, calculan, les costará hacer la consulta entre la compra de urnas y la difusión. También quieren elevar la cuestión al rectorado, aunque no esperan mucho de él, dicen. De momento los organizadores han puesto la primera piedra. Algunos profesores por el campus de Cantoblanco, preguntados por la cuestión, han mostrado su interés. “No sabía que se iba a hacer, me parece una gran iniciativa. Votaré, claro”, explicaba una profesora de la Facultad de Ciencias Económicas. La cita es el 29-N.