Millones de personas se han visto afectadas por los fenómenos meteorológicos extremos que el cambio climático desplegó el año pasado sobre Europa. El sur de continente, España incluida, experimentó un récord de “estrés severo” por calor al tiempo que hasta un tercio de los ríos de toda Europa superaron el umbral de riesgo alto de inundaciones, según el informe El estado del clima europeo 2023 publicado este lunes por Copernicus.
Que hizo mucho calor en verano no es un secreto. Sin embargo, el servicio de cambio climático de Copernicus ilustra en su trabajo hasta cuánto llegó ese calor fuera de lo normal. Un 41% del territorio del sur de Europa llegó a índices altos o severos de estrés térmico. “Se alcanzó un récord de nivel severo, lo que equivale a una sensación de más de 46ºC”, cuentan en Copernicus.
Europa es el continente que más rápidamente se está calentando debido al efecto invernadero de los gases emitidos por los humanos. El doble que la media planetaria debido a diversos factores como “la porción de tierra que cae en el Ártico (la zona del planeta con más recalentamiento) o los cambios en la circulación atmosférica que favorecen que haya más olas de calor”.
Los cambios en los patrones de precipitación conllevaron “un incremento en lluvias extremas que llevan a eventos catastróficos como las grandes inundaciones que se han experimentado en 2023”.
El director del servicio, Carlo Buontempo, resume así la situación: “Las temperaturas han seguido al alza, hemos visto olas de calor marino severas, hemos sido testigos del mayor incendio forestal registrado, y, en un año que ha sido muy húmedo en el conjunto de Europa, se han producido inundaciones generalizadas”.
Con el segundo año más caluroso desde que hay datos en Europa, la temperatura global del continente está ya entre 2,48ºC y 2,58ºC por encima del nivel preindustrial lo que conlleva toda la batería de fenómenos extremos que se están observando. 11 de los 12 meses de 2023 tuvieron una temperatura más alta que la media histórica.
Por toda Europa aumenta el número de días en los que hay estrés térmico que incide sobre el medio ambiente y la propia salud de las personas. Esta revisión señala que el día 23 de julio de 2023, el 41% del territorio en Europa de sur llegó a estar en estrés extremo por el calor.
La mortalidad relacionada con el calor ha aumentado alrededor de un 30% en los últimos 20 años y se calcula que las muertes relacionadas con el calor se han incrementado en el 94% de las regiones europeas vigiladas por Copernicus.
La otra cara de los extremos climáticos en 2023 ha estado en las precipitaciones torrenciales. “Alrededor de 1,6 millones de europeos padecieron inundaciones”, calcula este trabajo. Un tercio de los grandes ríos superaron el nivel alto de riesgo de inundación y un 16% rebasaron el riesgo muy alto. Varios de ellos en España, como en cursos de las cuencas del Tajo, Duero, Miño, Júcar o Guadalquivir.
España experimentó de manera muy directa esto. Las lluvias violentísimas a comienzos de septiembre pasado causaron ocho muertes por riadas (dos en el Pirineo, tres en Toledo y otras tres en Madrid). A eso se le añadieron daños por valor de entre 100 y 115 millones de euros en más de 17.000 siniestros de inundación, según calculó el Consorcio de Compensación de Seguros.
Como señalaba Buontempo, las precipitaciones superconcentradas terminaron en grandes inundaciones en muchos otros puntos del continente europeo durante el curso pasado. Italia vio inundada en el mes de mayo una superficie de 540 km2 en uno de los diez desastres climáticos más costosos de 2023. Fallecieron 15 personas y otras 36.000 fueron desplazadas. Solo un año antes, el estado transalpino soportó otras nueve muertes por lluvias.
En Eslovenia, en agosto, se inundaron dos tercios del territorio del país y se contabilizaron seis muertos. En Grecia, después de los gigantescos incendios forestales, un frente de lluvias torrenciales provocó avenidas de agua en 700 km2. “En algunas zonas llovió en un día el equivalente a todo un año”, ilustra Copernicus. Allí murieron 17 personas. Otras ocho perdieron la vida en inundaciones en Turquía y cuatro en Bulgaria.
Las inundaciones por el cambio en la forma de llover que se está constatando con el cambio climático están acumulando un registro negro cada vez abultado en Europa como los 150 muertos en Alemania y Bélgica de hace algo más de dos años.