Un supervisor de la oficina internacional del clima, perteneciente al Departamento de Energía de EEUU, ha pedido a sus trabajadores que no utilicen frases como “cambio climático”, “reducción de emisiones” o “Acuerdo de París” en informes, emails u otras comunicaciones escritas, según ha publicado el portal de información POLITICO.
En la misma reunión, varios altos funcionarios advirtieron al personal que estas palabras podrían causar una “reacción visceral” en el recién nombrado Secretario de Energía, Rick Perry, su personal inmediato y el cuadro de asesores de la Casa Blanca.
La portavoz del Departamento de Energía, Lindsey Geisler, se ha apresurado a negar que haya habido ningún movimiento en este sentido. “No se han prohibido palabras ni frases en esta oficina ni para nadie en el departamento”, aseguró Geisler.
Según aseguraron fuentes del departamento al portal norteamericano, esta oficina tiene contactos regulares con funcionarios de países extranjeros, lo que puede haber llevado tomar medidas más agresivas que en otras oficinas con respecto al lenguaje que se utiliza.
Y otra fuente del departamento en una oficina diferente dijo que, aunque no había habido instrucciones formales sobre el lenguaje relacionado con el clima, existía una sensación general de que era mejor evitar ciertos términos y utilizar más otras palabras como “empleos” e “infraestructuras”.
Desaparece la palabra “ciencia”
A principios de este mes la palabra “ciencia” desapareció de los objetivos de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Agencia de Protección Medioambiental, foco de los ataques de la nueva administración.
Originalmente la misión de esta oficia era la de “desarrollar estándares y criterios sólidos basados en la ciencia”, tal y como se puede comprobar en la antigua página de la EPA, aún accesible. Sin embargo, en la actualidad la información disponible en la nueva web indica que esta oficina trabaja en “estándares económica y tecnológicamente alcanzables”.
En 2011 en el estado de Florida, controlado por el partido republicano, también se aconsejó al personal del Departamento de Protección Ambiental que no usara las palabras “cambio climático” o “calentamiento global”.