“Ahora, todo se mueve en el inmediato, en lo efímero y en lo superficial”
Gorka Landaburu (París (exilio), 1951) y Óscar Abou-Kassem (Madrid, 1978), anterior y actual director de la revista Cambio 16, personifican el pasado y el presente de la histórica cabecera. No porque uno sea el ejemplo de lo anterior y otro de lo nuevo, sino porque ambos han vivido el viejo modelo de la prensa -uno en la propia revista y otro en el diario de papel Público y El País- y eso les ha servido para creer que el futuro del papel está en otros derroteros distintos a los que hasta ahora conocemos. Ambos comparten algo que, aunque es obvio, no conviene olvidar: “el periodismo no se diferencia por el soporte: papel, radio o digital; lo que se diferencia es el periodismo bueno del malo”. Los dos coinciden en que el momento del sector es complicado pero que, en parte, también es culpa de los medios y de los propios periodistas.
¿Qué ha supuesto Cambio 16 en la prensa española?
Gorka Landaburu: Cambio 16 nació como una revista económica, pero con un carácter político que iban metiendo poco a poco. Era ya el final del franquismo y la revista se va politizando y convirtiéndose en la revista de referencia de la oposición a Franco. Le surgen enemigos férreos, como el ABC o la prensa 'derechona' de la época. Nace gracias a Juan Tomás de Sala, que fue el 'alma mater', y se convirtió en una escuela de periodismo. Por Cambio 16 pasaron todas las firmas importantes de la época: Pepe Oneto, Pedro J. Ramírez, Ricardo Utrilla, José Manuel Arija, Alfonso Rojo... ¡hasta Jiménez Losantos! Cambio 16 fue la referencia y rompe con el molde de la prensa franquista durante 10 o 15 años, hasta que nacen nuevas revistas y periódicos como El País o Diario 16.
Después de esa época, la prensa semanal sufre un bajón. ¿Cómo afectó a la publicación?
G.L: Acabada la transición y pasado el 23F, la llegada de Felipe, etc... hay una reducción del interés en la información de política pura y dura. Entonces, y también porque los periódicos empiezan a dar revistas los domingos, hay una primera crisis. Además de apuestas propias fallidas, que dejan tocada a la revista, como la 'operación Roca'. Pero es una crisis que afecta a todas las revistas en general. Luego hubo un intento de relanzamiento, a finales de los 90, de la mano del empresario Manuel Domínguez, pero eso dura 10 años. De ahí se pasa a una situación precaria, con una redacción casi inexistente hasta hace más o menos dos años, que empieza esta nueva etapa.
Óscar Abou-Kassem: El relanzamiento fuerte empieza en noviembre de 2014. La revista pasa de ser semanal a mensual. El formato semanal ahora mismo, con la prensa digital, no tiene mucho sentido porque es difícil llegar a la actualidad teniendo a los periódicos de papel y digitales ofreciendo lo mismo. Entonces, apostamos por una información más reposada, con reportajes y análisis que te ofrecen más datos, más contexto de lo que rodea a la noticia. Básicamente, partimos de dos lemas: 'de la información al análisis y del análisis a la inteligencia' y, ahora, 'hazte una opinión'. No es que nosotros te demos la opinión hecha, es que con lo que leas en la revista seas capaz de hacerte tu propia opinión. Y no solo de temas políticos, también de otros temas de actualidad. Nos gusta llevar temas de lo que habla la gente y que resulten de interés: educación, sanidad, consumo colaborativo, tecnología, internet... sin dejar de lado la política.
¿El análisis es el futuro del papel?
Ó.A-K: Sí. El periodismo de papel debe ser fuente de información pausada. Y acompañado de un formato y un diseño que resulte atractivo y agradable. Más allá del gusto que dar leer el papel, en casa o durante un viaje, en momentos de calma, es ofrecer un producto de calidad.
G.L: En Francia han sabido mantener las revistas porque se han especializado en el análisis. La gente joven no compra periódicos, pero sí lee revistas si se les ofrece lo que les interesa. Los medios digitales ofrecen lo que la gente demanda, pero también quiere tener análisis para comprender mejor qué es lo que pasa. Necesitamos ponderar, leer tranquilamente como se lee un libro. Eso no se encuentra en las redes sociales.
Ó.A-K: Los productos que sobreviven y tienen éxito son los de calidad. Y creemos que hacemos una revista de calidad. Nos han dado un premio a la revista mejor diseñada y el público está respondiendo.
¿Uno de los problemas que pueden encontrar es que mucha gente se informa solo a golpe de 'tuit' o de titular?
Ó.A-K: Nosotros, en el último número, llevamos una portada sobre la política espectáculo, la política pop. Ahora, todo se mueve en el inmediato, en lo efímero y en lo superficial. Vivimos en una sociedad que todos tenemos aparentemente menos tiempo para todo, para leer, para pensar... Nosotros pretendemos lo contrario, que saquemos tiempo para pensar y para leer. Y creemos que vamos por el buen camino. Hace algo menos de una año sacamos un especial sobre Ciudadanos y Podemos, quiénes son sus líderes, de dónde vienen... y muchos lectores han agradecido que pongamos el contexto a algo que está pasando y que no nos hemos detenido a analizar más allá de Pablo Iglesias o Albert Rivera.
G.L: A mí me preocupa que con un 'tuit' se pueda hacer una opinión. En nuestra profesión, debemos verificar y contextualizar la información. Los periodistas somos la correa de transmisión y nadie debe conformarse solo son un titular. Debemos informar e informarnos.