Las multas que plantea el Govern balear sobre tres campos de golf, acusados de realizar extracciones en pozos de agua potable o de hacer sondeos ilegales, ha reabierto el debate sobre el uso del agua en estas instalaciones. Las sanciones, cercanas al millón de euros, suponen un fuerte impacto en la imagen del sector, asociado popularmente a un gran consumo de un bien escaso: el agua.
Los ecologistas y la patronal no son capaces de ofrecer unos datos similares sobre el consumo de agua. Javier Gutiérrez, responsable de Agronomía de la empresa Acttua, habla de entre 7.500 y 8.500 metros cúbicos por hectárea y año, tomando como referencia los parámetros establecidos por la Confederación Hidrográfica del Tajo. Cree que es un dato “extrapolable” a la mayoría de campos, alojados en el centro peninsular y la zona mediterránea.
Ecologistas en Acción sube esta cifra: defiende que el consumo medio de agua de un campo estándar, de 18 hoyos, es de 10.000 metros cúbicos por hectárea y año. “Cada instalación consume aproximadamente lo mismo que una población de 10 o 12.000 habitantes, incluyendo consumo humano, industrial y de todo tipo”, explica Santiago Martín Barajas, portavoz de la entidad. Añade que el consumo real “depende de la zona, la temperatura y la cantidad de césped”.
¿Qué tipo de agua pueden usar?
Los campos de golf que están bajo la lupa del Govern balear están acusados, entre otras prácticas ilícitas, de usar agua destinada al consumo humano. La normativa les obliga a usar agua de depuradora o desalinizadora, si bien “no todos usan este agua porque o no hay suficiente o no existe la infraestructura necesaria para generarla”, aclara Javier Gutiérrez. Entre otros motivos, el ingeniero alude a la posible lejanía de las depuradoras.
En ningún caso pueden usar agua potable, como podrían haber hecho los campos de golf mallorquines. Santiago Martín Barajas cree que estas prácticas ilegales son una “cuestión de dinero”: “En muchas ocasiones, a los campos no les gusta el agua reciclada y, además de tener un a conexión con la depuradora, tienen un pozo de extranjis. Con él, si no te cogen, extraes el agua del acuífero, que es más barata porque no necesita tratamiento, y sobreexplotas estos espacios naturales”.
Sondeos ilegales y pozos de agua potable
La Conselleria de Medi Ambient del Govern, que dirige Vicenç Vidal Matas, defiende que los tres campos de golf acusados han realizado “usos fraudulentos de consumo de agua”, como la realización de sondeos ilegales, es decir, excavar y extraer agua ilegalmente. “Estaban usando pozos de agua de consumo humano para el riego”, explica el conseller a eldiario.es. También aclara que los campos de golf pueden tener pozos, pero solo para el consumo humano, y que las propias instalaciones pagan los tratamientos adicionales en las depuradoras.
El Govern está investigando a otras cuatro instalaciones, si bien el conseller recalca que no quiere “ir contra los campos de gol”, sino que busca “pedir esfuerzos también a los grandes consumidores de agua, no solo a los ciudadanos”. Vidal comenta que el archipiélago ha sufrido sequías muy importantes y destaca que “es la primera vez” que se imponen estas multas. “Estos espacios requieren muchos recursos hídricos y el agua es escasa”, concluye.
“Nos criminalizan”
Luis Nigorra, presidente de la Asociación de Campos de Golf de Mallorca, defiende que las multas en Baleares “están pendientes de ser valoradas por un juez” y que “los hechos no están probados”. Añade que “es un mito” que su sector sea “el gran consumidor del agua”.
Para él, el problema está en la red de distribución: “Como mucho, consumimos el ”6% del agua depurada. Otro 80% se tira al mar. No le quitamos el agua a nadie, pero existe una criminalización por parte de ciertos grupos políticos y mediáticos hacia el golf, que todavía es visto como un deporte elitista. Pero promovemos la desestacionalización y el turismo de calidad“.