Carolina Darias se sienta detrás del escritorio que perteneció a Ernest Lluch cuando fue, como ella, responsable de Sanidad, entre 1982 y 1986. El sol de finales de agosto cae sobre la mesa del político socialista asesinado por ETA que Salvador Illa recuperó para su despacho cuando llegó al ministerio, pocos meses antes de que un virus pusiera de cabeza a España y al mundo entero. Darias (Las Palmas de Gran Canaria, 1965) ha desplegado ante sí numerosos papeles y documentos que no llegará a consultar –“lo tiene todo en la cabeza”, dice una de sus colaboradoras–.
Lleva poco más de un año y medio en el cargo; 19 meses en los que le ha tocado gestionar la pandemia postconfinamiento, la de los hospitales desbordados y la vacunación masiva. Por eso celebra que los datos de Covid-19 hayan dejado atrás aquel colapso de camas y de UCI, y aunque confiesa que nada le gustaría más que anunciar el final de la crisis sanitaria, reconoce que todavía no es posible. Por eso esboza el curso de este último año de legislatura con planes y proyectos legislativos, y a la vez concreta la inminencia de una cuarta dosis para los mayores, que vendrá a intentar atajar los efectos de la variante ómicron.
Sonriente, contesta segura y expeditiva, esquiva las referencias a polémicas tanto dentro de la coalición como con las autonomías, y repite casi como un mantra: acuerdos, acuerdos, acuerdos. Lo dice sobre su forma de trabajar, sobre la política de este “Gobierno feminista y de progreso” y sobre lo que le pide al PP como principal partido de la oposición. En el ministerio la describen afable, enérgica y estricta, casi como se deja ver en esta entrevista.
Hace unos días el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de la Agencia Estatal de Salud Pública. ¿Conseguirá concretarla en esta legislatura?
Esta es una iniciativa legislativa esperada y demandada. Desde el año 2011 la Ley General de Salud Pública establecía la necesidad de creación de esta agencia, es verdad que con unas funciones mucho más acotadas que las que ahora hemos diseñado. Y será una realidad en esta legislatura como consecuencia de la determinación y el compromiso de este Gobierno de progreso.
¿Cómo se definirán sus dimensiones, su dotación económica o la cantidad de profesionales que trabajarán en ella?
Está mucho más definido de lo que se piensa. Pero todo lleva su tiempo y su ritmo. Ahora lo hemos aprobado en primera vuelta y con tramitación de urgencia para reducir a la mitad los plazos de información y los informes preceptivos. Intentaremos que la segunda vuelta sea antes de final de año. Y por tanto, a lo largo de 2023, la tramitación parlamentaria hará que la Agencia Estatal sea una realidad.
¿Da por hecho el apoyo parlamentario al proyecto?
Parte de un consenso parlamentario importante: una de las conclusiones a las que llegó la Comisión de Reconstrucción en el Congreso fue la necesidad de contar con un centro de excelencia técnica y científica que pueda llevar a cabo las funciones de vigilancia en salud pública. Venimos con las tareas bien hechas, coordinadas y consensuadas en el Consejo Interterritorial. La nueva Red Nacional de Vigilancia –que cuenta con 27 millones de euros de los fondos europeos para que las Comunidades Autónomas actualicen y modernicen la red– ya no se centrará solo en enfermedades transmisibles, es decir, las infecciosas. Va a ser una vigilancia que comprenda también aquellas enfermedades que tienen un mayor impacto en la vida de la gente, como por ejemplo el cáncer y las cardiovasculares.
¿Qué va a pasar con los centros que ya cumplen algunas de estas funciones, como el CCAES o el Instituto de Salud Carlos III?
Una vez aprobada la ley, ya pasaremos a esa fase. Serán el Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Hacienda y Función Pública los que definan los organismos que integrarán la agencia, que también tiene una función muy amplia de asesoramiento y evaluación, y sobre todo de un liderazgo a nivel internacional. Porque una de las lecciones de la pandemia es la necesidad de ser capaces de anticiparnos a riesgos emergentes en salud. Y esta es una de las grandes funciones de la agencia: estar preparados y coordinados ante futuras emergencias sanitarias.
¿Cuándo dejaremos de usar mascarillas en el transporte público? ¿Habrá que esperar a ver cómo se comporta el virus en otoño e invierno?
Nosotros siempre hemos ido de la mano de los expertos que asesoran al ministerio y también a las comunidades autónomas, de las sociedades científicas que forman parte de las ponencias y órganos técnicos. Serán estas personas expertas las que lo digan, cuando tengan algo que decir. Esta estrategia es un legado importante que hemos ido construyendo entre todos y nos ha convertido en una referencia internacional en la vacunación contra la Covid. Cuando me reúno con mis colegas europeos, me preguntan cómo lo hemos hecho. Yo les digo que se llama Sistema Nacional de Salud. Es un éxito colectivo de país, que tiene que ver con la compra centralizada de vacunas que hizo la Unión Europea, el liderazgo del Gobierno de España, la labor de las comunidades autónomas desde la cogobernanza, y por supuesto, dos factores que para mí son clave: el trabajo de los profesionales sanitarios, especialmente el colectivo de enfermería, y el comportamiento ejemplar de la ciudadanía.
¿La cuarta dosis va a hacerse con vacunas adaptadas a ómicron o se van a poner las dosis que ya tenemos?
La ponencia de vacunas, junto con la Comisión de Salud Pública, ya ha acordado vacunar a los mayores de 80 años y las personas que están en residencias, y después, a los mayores de 60 años. Falta ahora determinar cuándo. Pero una propuesta muy factible es que sea con la llegada de las vacunas adaptadas a variantes.
Las altas temperaturas tienen su influencia, pero hay que saber exactamente cuáles son los motivos que están detrás de un mayor índice de personas fallecidas estos meses
¿Cuándo será eso?
Esperamos que en las primeras semanas de septiembre sean autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento. Por contrato está que a la semana siguiente de la autorización tendríamos vacunas a disposición de Pfizer y Moderna. Y también tenemos nuestras esperanzas puestas en la aprobación de la vacuna española de Hipra.
Estamos ante un descenso sostenido de casos de hospitalizaciones o incluso de fallecimientos. ¿Fantasea con anunciar públicamente el fin de la pandemia?
[Sonríe]. Eso le corresponderá a la Organización Mundial de la Salud. Me gusta trabajar desde la coordinación con los organismos multinacionales. La pandemia nos ha enseñado eso también y por tanto estaré deseando que esa noticia llegue.
Las estadísticas muestran un exceso de muertes notable después de dos años de pandemia. ¿Estamos pagando con vidas la emergencia sanitaria de estos años anteriores? ¿Tiene que ver con el calor?
Habrá que estar atentos a los certificados de defunción de esas personas que han fallecido. El MoMo lo que hace – y especialmente el índice kairós, que tiene que ver con las altas temperaturas– lo que hace es comparar series históricas y hacer una estimación estadística de muertes esperadas. Es verdad que las altas temperaturas tienen su influencia, pero hay que saber exactamente cuáles son los motivos y las causas que están detrás de ese índice de personas fallecidas.
El Partido Popular tiene que dejar el lío y la bronca y sumarse a grandes acuerdos de país en un momento de dificultad
¿Va a salir la reforma de la ley antitabaco en lo que queda de legislatura?
Ese es el objetivo. La ley encarna perfectamente nuestro plan integral, y supone también un paso muy importante y decisivo para que nuestro país siga avanzando en la reducción del consumo de tabaco.
Pero en este caso no cuentan con el consenso del que hablaba respecto a la agencia estatal.
La intención es, una vez que el Plan Integral en el que estamos trabajando esté ultimado, compartirlo con el Consejo Interterritorial. Esa siempre es la hoja de ruta. Prácticamente todos los asuntos que hemos llevado al Consejo Interterritorial son acuerdos entre todas las comunidades autónomas: la Declaración de Zaragoza sobre la Red de Vigilancia, la estrategia de salud mental que llevaba sin actualizarse 2009, el Plan de Acción de Salud Mental, dotado con 100 millones por parte del Gobierno de España, el Plan de Acción de Atención Primaria y Comunitaria. Todas por unanimidad. Esa es la forma de trabajar.
¿La pandemia ha mejorado la coordinación con las Comunidades Autónomas?
Mi nivel de interlocución con los consejeros y consejeras es excelente, y desde luego creo que el funcionamiento del Consejo Interterritorial ha venido para quedarse. Otra de las lecciones que nos ha dejado la pandemia es la importancia de esa actuación coordinada, máxime en un Estado descentralizado donde la coordinación le corresponde al Ministerio de Sanidad pero la gestión sanitaria la tienen las comunidades autónomas.
¿Hay diálogo con el PP en materia sanitaria? ¿Nota algún cambio con la nueva dirección del Partido Popular?
A peor la mejoría, como dicen en mi tierra. A mí lo que me gustaría es que el Partido Popular dejara el lío y la bronca y se sumara a los grandes acuerdos de país, especialmente en un momento de dificultad como el que tenemos, con una guerra a las puertas de Europa, una inflación elevada, que es el principal problema que tenemos no solamente en España, sino a nivel europeo.
¿Puede haber voluntad en el PP de hacerlo en lo que queda de legislatura?
En el Congreso de los Diputados el Grupo Parlamentario Socialista y el de Unidos Podemos, que forman parte de este gobierno de progreso, junto con apoyos parlamentarios, sacó adelante hace unos días iniciativas muy importantes. Entre ellas, dar una ayuda complementaria a las becas (el PP votó que no), dar una ayuda de 400 o 200 euros (el PP votó que no), que el transporte público sea gratuito en trenes de Cercanías y media distancia (el PP votó que no). No puede ser que sea siempre el partido del no. No puede oponerse a todo aquello que permita a la ciudadanía de este país avanzar.
¿Van a poder sacar los Presupuestos?
Estoy convencida y confiada de que sí. El escenario que estamos barajando es el de tener Presupuestos para el año 2023, porque eso es lo que te permite planificar toda la acción de gobierno. Hemos aprobado más de 160 iniciativas legislativas en este tiempo. Somos un Gobierno que dialoga, que llega a grandes acuerdos.
Madrid no es un buen ejemplo a seguir. Lamento que actuara al margen de las otras comunidades en la vacunación de monkeypox. Desde luego no había ninguna necesidad
Antes decía que la coordinación con las autonomías ha mejorado, pero Madrid ha sido muy crítica con la política sanitaria del Gobierno y ha tomado incluso decisiones al margen, como adelantarse a la vacunación de Monkeypox con dosis más pequeñas antes de que se tomara esa decisión.
Si algo hemos hecho en este tiempo es tomar decisiones de la mano de los expertos. Incluso cuando había comunidades que no estaban de acuerdo, siempre han aceptado lo que la mayoría ha decidido. Yo creo que el de Madrid no es un buen ejemplo a seguir. En el caso de Monkeypox, la EMA dio el visto bueno a la vacuna intradérmica un viernes. Ese mismo día celebramos una ponencia y el lunes por la mañana convocamos para tomar la decisión. Hemos actuado con la máxima celeridad. Desde luego no había ninguna necesidad de una actuación como la de Madrid. Fíjese, la Ponencia de Vacunas y la Comisión de Salud Pública acordaron excluir a algunos colectivos de la nueva vacunación intradérmica, como por ejemplo a menores, embarazadas y personas inmunocomprometidas. ¿Qué criterio aplicó Madrid? Yo lamento que no haya estado con el resto de comunidades.
¿Por qué cree que España es el país de Europa más afectado por la viruela del mono?
Es complicado, de verdad. Por ahora sabemos que el virus de Monkeypox está básicamente acotado a un ámbito concreto, personas que tienen prácticas sexuales de alto riesgo. Si miramos la evolución de la curva estamos ante un descenso estable, dicho también con toda la prudencia. Por tanto lo que conviene hacer es una llamada a la cultura del cuidado. Sabemos que hay una transmisión importante ante el contacto estrecho. Cualquier persona que tenga sintomatología, que acuda a su centro de salud y se mantenga en aislamiento y sigan los tratamientos. Y por supuesto, vacuna preexposición también a las personas que están con la PREP. También es muy importante la trazabilidad: es muy importante para poder acotar la transmisión comunitaria.
Esta semana el Consejo de Ministros aprobó la reforma de la Ley del aborto, en la que finalmente no se incluye el concepto de violencia obstétrica. ¿Sanidad lo vetó?
Nosotros hemos trabajado muy bien con el Ministerio de Igualdad, tengo que reconocerlo. La ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo viene a ratificar que este es un gobierno que avanza en derechos de las mujeres frente a los retrocesos de la derecha.
¿Cree que hay dos sensibilidades distintas en el Gobierno para entender esos derechos o el feminismo?
Absolutamente no. Hay un gobierno que es tremendamente feminista, liderado por un presidente muy feminista, paritario, en el que todas las vicepresidentas son mujeres. Un gobierno comprometido con los derechos de las mujeres y sobre todo, en recuperar los retrocesos que han supuesto gobiernos del Partido Popular en legislaturas anteriores.
¿Cree que el Sistema Nacional de Salud es capaz de absorber la mayoría de los abortos, como plantea la reforma?
Aquí lo que se trata es de que las mujeres tengan derecho a una interrupción voluntaria del embarazo y, por supuesto, dentro del Sistema Nacional de Salud. Las prestaciones son públicas. Y estamos todos de acuerdo en seguir avanzando para que cada vez más sean los hospitales públicos los que lo lleven a cabo.
La sanidad privada es un complemento de la pública, y así tiene que ser
Ahora que hablamos del sistema público y el privado, en el proyecto de Ley de Equidad Sanitaria figura como objetivo blindar la sanidad pública y la gestión directa como modelo a seguir en el Sistema Nacional de Salud. ¿Qué papel cree que tiene que jugar la sanidad privada?
El Gobierno ha hecho su trabajo, ha aprobado el proyecto en primera y en segunda vuelta, con todos los informes, con la colaboración de todos los ministerios implicados. Y ahora le toca hablar a las Cortes Generales. La sanidad privada es un complemento de la sanidad pública y así tiene que ser. Nuestra apuesta es por una sanidad pública robusta y resiliente.
Tenemos un plan de inversión de 800 millones de euros de los fondos europeos para renovar y ampliar equipamiento de alta tecnología. Estamos haciendo reformas importantes, como la Agencia Estatal de Salud Pública y la Ley de Universalidad, Equidad y Cohesión en el Sistema Nacional de Salud. Hemos actualizado estrategias que llevaban años sin actualizarse: contra el cáncer, la de salud mental, la estrategia cardiovascular, el sistema de vigilancia. También el Real Decreto de especialidades y la mayor estabilización laboral de la historia del Sistema Nacional de Salud: más de 67.000 sanitarios. Creo que son pasos decididos.
¿De qué gestión de su ministerio se siente especialmente orgullosa?
Muchas. Evidentemente, de haber contribuido a vacunar a todo un país contra la Covid. Yo creo que es un hito muy importante, pero también lo son las grandes reformas legislativas que estamos emprendiendo, como las que he citado y el plan de salud bucodental. También me dio mucha alegría haber firmado la orden ministerial por la que las mujeres sin pareja, las lesbianas, las bisexuales o las personas trans con capacidad de gestar tendrán acceso a la reproducción asistida, cosa que el Partido Popular eliminó por un prejuicio ideológico.
También tiene asuntos pendientes. ¿El ministerio va a aprobar una regulación del cannabis medicinal como le ha pedido el Congreso?
Es una de las tareas pendientes y vamos a intentar llevarla a cabo. El objetivo inmediato es ya trabajar en la segunda vuelta de la Agencia Estatal de Salud Pública, en la modificación de la Ley de Medicamentos, que va a ser muy importante en la estrategia farmacéutica. También todo lo que tiene que ver con la formación sanitaria especializada, vamos a sacar otra convocatoria récord, además de avanzar en el Real Decreto de Especialidades y la reforma de la Ley Estatuto Marco. Nos queda. Hemos hecho mucho, pero tenemos mucho por hacer.
El Ministerio de Consumo, que antes formaba parte de Sanidad, ha protagonizado algunas polémicas por declaraciones o campañas en las que promovía una dieta con menos azúcar y menos carne, que incluso acabó en su día con un comentario del presidente Sánchez sobre el chuletón. ¿Cuál es su posición sobre este tema?
La posición del Ministerio de Sanidad no puede ser otra que la necesidad de impulsar hábitos saludables en todos los sentidos, una dieta equilibrada y ejercicio físico. Otro de los proyectos muy importantes que tenemos por delante ya una realidad: el Plan Integral contra la Obesidad infantil que presentó el presidente Sánchez junto con la Fundación Gasol.
¿Cómo se soluciona el problema de la Atención Primaria?
Hemos aprobado un plan de acción de Atención Primaria y comunitaria, dotado con 230 millones de fondos europeos. Hemos procedido al reparto de los primeros 70 millones en el último Consejo Interterritorial y el resto, en 2023. Tenemos un plan de acción de Atención Primaria con indicadores claros y concretos, con metas y objetivos. Queremos seguir potenciando el papel de la profesión de enfermera en el empoderamiento dentro de atención primaria y volveremos a batir récords de la formación especializada MIR.
El problema es que cada vez menos profesionales eligen esa especialidad.
Por eso es importante crear referentes, como cuando le dimos la Orden del Mérito Civil a este médico de Atención Primaria que contaba antes. Debemos crear referentes pero también dotar de recursos.
¿Cree que el problema en el caso de los médicos de familia o de primaria es la falta de referentes o más bien las condiciones de trabajo y los salarios?
Ese es un tema que entra de lleno en el terreno de las comunidades autónomas. Desde el Ministerio de Sanidad, que es el que yo dirijo, hemos destinado 230 millones para la Atención Primaria. Hemos aprobado por unanimidad un plan de acción con medidas y objetivos. Lo importante es seguir avanzando y dando respuestas.