Ciencia prepara un plan para atraer talento con más oferta de plazas e incentivos a la investigación privada

España tiene un problema con la retención y atracción de talento científico. Esta afirmación, que parece una opinión, es sin embargo un hecho aceptado por todos los actores del sector. Un ejemplo de cada cosa: miles de investigadores –se desconoce el dato exacto– dejaron el país la pasada década; por otra parte, las Universidades solo tienen un 3% de personal extranjero, cuando países como Reino Unido están en un 32%.

“La clave es arreglar los fallos. Si el sistema arregla sus fallos, será capaz de atraer y retener talento”. Esta frase de la ministra de Ciencia, Diana Morant, en conversación con este diario, puede parecer una obviedad, pero a la vez implica que el Gobierno es consciente de la situación y sirve también como punto de partida para introducir el plan que está preparando el ministerio y con el que pretende solventar el problema histórico de la fuga de talentos que sufre el país.

La pregunta siguiente sale sola: ¿cuáles son esos fallos? Principalmente se dan en tres puntos, explica la ministra: los recortes derivados de la crisis de 2008 que arrasaron con el sector, la falta de iniciativa empresarial vinculada a la investigación y la escasa financiación. Hecho el diagnóstico, viene la receta: el ministerio que dirige Morant está preparando un Plan de atracción de talento científico e innovador a España para revertir el éxodo. La iniciativa, que se desplegará en 18 meses a partir de este junio, consta de tres ejes (uno por cada gran problema identificado por el ministerio) y una treintena de medidas (a falta de ultimar los detalles), aunque algunas de estas ya están en marcha a partir de otras estrategias y se incorporan ahora a esta iniciativa.

Las principales líneas de actuación del plan son “crear más oportunidades y mejores condiciones para el desarrollo de la carrera científica en universidades y organismos públicos de investigación”; “eliminar barreras y crear nuevos incentivos para la atracción de talento internacional al sector público”; e “impulsar la incorporación de talento internacional en el sector privado”. Concretando un poco más, la idea es ofrecer más plazas públicas de investigación y con mejores condiciones laborales (no solo salarios, también financiación para proyectos y equipamiento en los laboratorios), aligerar la burocracia e incentivar el retorno de personas en el extranjero (nacionales y foráneos) con apoyos y simplificando los procesos para concurrir a las convocatorias y poner las condiciones para que las empresas se sumen a la causa investigadora, uno de los grandes debes de España, haciendo del país un lugar atractivo para ello y con ayudas a la contratación de personal investigador y para la atracción de startups de base tecnológica.

“Los entornos científicos de excelencia y los ecosistemas innovadores son multidisciplinares e internacionales”, justifican desde Ciencia su propuesta y aseguran que la oportunidad está ahí para aprovecharla con el impulso del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. “Estamos en un momento revolucionario para la ciencia y la innovación en España”, y la futura jubilación de 20.000 profesores e investigadores abre un panorama de renovación: “Estas condiciones, y la reactivación del empleo, justifican la necesidad de intensificar los esfuerzos dedicados al retorno y la atracción de talento. La calidad futura del sistema científico e innovador español dependerá de nuestra capacidad para atraer a los mejores”.

El ministerio explica que lleva meses elaborando su plan, “identificando barreras y problemas y escuchando a los científicos”. De momento cuenta con el aval de RAICEX, una asociación que agrupa a 4.000 investigadores en el extranjero, que habían presentado su propia propuesta hace unas semanas y que califica de “interesante y alineado con nuestro informe” la propuesta de Ciencia, en palabras de Eva Ortega-Paino, secretaria general del colectivo.

“Vemos las jubilaciones como una oportunidad”

La primera línea de actuación habla de más contrataciones en universidades y organismos públicos de investigación, para lo que se han aprobado unas tasas de reposición del 120% este año, lo que quiere decir que por cada 100 jubilaciones se contratarán 120 personas. Van a hacer falta, dado que se prevé que uno de cada cinco investigadores funcionarios se jubile en la próxima década, hecho que el ministerio no observa con preocupación. “Vemos estas jubilaciones como una oportunidad con las tasas de reposición y las ofertas de empleo” que se están realizando, explica Morant. Ya el año pasado se realizó la mayor oferta de empleo público para los OPIs (Organismos Públicos de Investigación) en 15 años, con 699 nuevas plazas.

También es una oportunidad para avanzar en la estabilización de la carrera investigadora, otra de las lacras del sistema. “Lo normal sería que alguien que acabe la carrera, haga la tesis –idealmente con un contrato– y una vez la presente el sistema le acompañe en este itinerario postdoctoral, pero hasta los veintimuchos o treintaypocos años, y que entonces se incorpore, si su rendimiento ha sido bueno, en una plaza pública, porque hay una reserva en los OPIs y en las Universidades”, reflexiona la ministra. “Yo me encuentro [en este tipo de centro] a gente de treinta y algo o cuarenta que aún está con un postdoc [como se conoce a los investigadores que ya han defendido su tesis pero aún no tienen un contrato fijo]. Esa gente no puede ser postdoc, lo vamos a reparar y queremos que tengan la vida establecida con 40, que no dependan de contratos temporales si han demostrado resultados prometedores”.

En este eje se incluyen también medidas ya adoptadas por otras vías (convocatorias o leyes) para incrementar la contratación pública y mejorar las condiciones de los contratados. Se ha dado en todos los peldaños de la escalera investigadora: desde los llamados predocs (los que están haciendo la tesis) hasta la introducción del contrato indefinido en la ciencia o la introducción de los investigadores y profesores distinguidos, una figura que permite a las universidades contratar perfiles de renombre con cierta libertad.

Todo esto pretende financiarse con un aumento de las partidas que se destinan a la investigación. El ministerio tiene el objetivo de que los fondos públicos alcancen el 1,25% del PIB en 2030, lo que igualaría a España con los estándares europeos. Por el momento, saca pecho el ministerio, la Agencia Española de Investigación ha subido su presupuesto un 60% desde el año pasado y alcanza los 1.358 millones.

2+1 o 2+2

El plan plantea también medidas para asegurarse el retorno de los investigadores que se vayan al extranjero, como añadir fases de retorno a los programas postdoctorales que incluyan movilidades en el extranjero. Esto es, se añaden un año o dos al final de los contratos que debe realizarse en España (2+1 o 2+2), de manera que el investigador vuelve y tiene ese tiempo para iniciar su carrera. Porque el problema nunca ha sido que los científicos emigren al extranjero –hay bastante consenso con que esto es necesario para la carrera investigadora–, el problema está en que no vuelvan.

Y ahí es donde está el tapón. “Es más fácil retener el talento que atraerlo”, comenta Morant. En esta línea, Ciencia quiere dar más opciones en las convocatorias públicas a los residentes en el extranjero. Para ello se impondrá que los tribunales de selección estén formados por mayoría de personas ajenas al centro de destino de la plaza para evitar la endogamia –esta medida se contempla en la reforma de la ley universitaria que también prepara el Gobierno–, se permitirá presentarse a los extracomunitarios y al menos parte de las pruebas de selección se podrán realizar en remoto. También se recoge en el plan la necesidad –en la que, de nuevo, trabaja Universidades– de agilizar la equivalencia de títulos extranjeros, un embudo que tiene a miles de foráneos esperando para poder trabajar.

Además, se simplificará el proceso para presentarse a las convocatorias públicas, una de las grandes pesadillas de cualquier investigador con un contrato temporal, que dedica buena parte de su tiempo a rastrear la web en busca de ofertas. El plan propone que las ofertas de empleo en el sistema público de investigación y universidades deberán publicarse en una plataforma centralizada y en inglés. Esto ya sucede en parte con el portal EURAXESS, pero el ministerio asegura que se va a reforzar y contará con un mayor esfuerzo de universidades y centros de investigación.

Ciencia también va a implementar “medidas de acompañamiento” que hagan más atractivo el país como destino laboral. Para ello se va a crear, por ejemplo, una convocatoria de la Agencia Española de Investigación (AEI) dirigida a que el personal investigador de reconocido prestigio instalado que vaya a integrarse en el sistema español pueda contar con mayores recursos para investigar o traerse consigo a personal de su equipo.

En este área también se quieren impulsar las dobles filiaciones, un mecanismo muy poco utilizado en España pero habitual en el extranjero por el que un investigador mantenga una doble filiación a tiempo parcial con centros extranjeros, de manera que no tenga que dejar su trabajo para venir a España. El ministerio asegura que existe “un fuerte consenso” entre la comunidad investigadora sobre la importancia de esta medida para atraer talento.

También se creará una convocatoria de ayudas a la relocalización para investigadores que firmen un contrato con un centro español y lleven dos años en el extranjero para sufragar parte de los gastos de la mudanza y se introduce la posibilidad de tributar en el régimen de no residentes del IRPF durante cinco años, lo que se traduce en un tipo menor a la hora de cotizar.

El reto de que las empresas investiguen

Fomentar que las empresas se vuelquen con la investigación es otro de los retos que se marca la propuesta del ministerio. La investigación privada es probablemente la pata más coja del sector. En España solo el 38% de los investigadores trabaja en una empresa privada, cifra que en la UE está en un 55% de media. “Siempre ponemos el foco en el sector público, pero tengo que decir que gracias a que lo tenemos [si no la situación sería todavía peor], pero ahora las empresas se tienen que poner las pilas”, asegura la ministra.

Para ello se van a crear nuevas ayudas a la contratación de doctores en las empresas (aunque no están especificadas aún), junto a otras medidas, algunas más etéreas (“se impulsarán las iniciativas para dar mayor visibilidad a las oportunidades de desarrollar una carrera fuera del ámbito académico”) y otras más concretas, como los sexenios de transferencia. Esto en cuanto a iniciativas para las personas.

Esta pata del plan de atracción de talento se complementa con medidas para las empresas que tienen como objetivo hacer de España un país atractivo en general tanto para las grandes compañías como para emprendedores de base tecnológica, por ejemplo plantear un tipo reducido del 15% del impuesto de sociedades o un tratamiento fiscal favorable en las opciones sobre acciones (stock options) como herramienta de remuneración.

“Estamos compitiendo entre los países por las grandes multinacionales”, explica Morant. “Como España no favorecía la I+D+i, la empresa privada no lo veía como un país con incentivos, pero ahora con el Plan de Recuperación y Resiliencia y los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) se están sentado las bases y España ya es atractiva para hacer I+D. Eso es lo que está cambiando”, argumenta.