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Los científicos de la 'revolución Ozempic' ganan el Premio Princesa de Asturias de Investigación 2024

Un conjunto de inyectables de Ozempic.

Antonio Martínez Ron

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Cinco especialistas en endocrinología de prestigio mundial han sido galardonados con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024 “por establecer las bases de la diabetes y la obesidad y mejorar la calidad de vida de cientos de miles de personas en todo el mundo”. 

El jurado reconoce el trabajo de Daniel J. Drucker, Jeffrey M. Friedman, Svetlana Mojsov, Joel F. Habener y Jens Juul Holst. Jeffrey M. Friedman ha sido reconocido como pionero en establecer la base genética de la hormona que regula el apetito, mientras que a Svetlana Mojsov y sus colaboradores (quienes identificaron la hormona GLP-1) se les reconoce por su estudio del efecto de las hormonas que regulan la secreción de la insulina y los niveles de glucosa, que “han conducido al desarrollo de tratamientos que ya están disponibles”. 

“Estos trabajos están teniendo un enorme impacto clínico y social, ya que han permitido por primera vez el desarrollo de fármacos eficaces para combatir la diabetes y la obesidad”, ha argumentado el jurado en el acta del fallo. “Además, permiten mitigar patologías asociadas como las cardiovasculares”.  

La hormona del hambre y el ‘milagro’ para adelgazar

Jeffrey M. Friedman, genetista molecular de la Universidad Rockefeller de la ciudad de Nueva York, descubrió en mayo de 1994 la hormona que regula el apetito a la que más tarde denominó “leptina”, en honor a la palabra griega que significa “delgado”. Gracias al descubrimiento de esta hormona y sus receptores por parte del laboratorio de Friedman, se identificaron dos de los componentes moleculares de un sistema que mantiene el peso constante.

Svetlana Mojsov trabajaba en el Hospital General de Massachusetts, cuando describió con precisión un tramo de 31 aminoácidos en el GLP-1 y, junto a sus colaboradores Daniel Drucker y Joel Habener, demostró que pequeñas cantidades de GLP-1 sintetizado en laboratorio podían activar la insulina. En 2017 la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó el uso de esta molécula como medicamento para el tratamiento de la diabetes tipo 2 en personas con obesidad, lo que ha supuesto un cambio en la calidad de vida de los pacientes de esta enfermedad, que afecta a más de 480 millones de personas en todo el mundo. 

La sustancia se comercializó con el nombre de Ozempic y, debido a su eficacia como supresor del apetito, pronto se convirtió en el fármaco más popular para adelgazar. El principio activo es la semaglutida, que se comercializa también bajo las marcas de Rybelsus y Wegoby. Su consumo se ha disparado y se ha llegado a producir desabastecimiento de la sustancia, que según Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), se está vendiendo sin receta en algunas farmacias

Mientras tanto, la farmacéutica Novo Nordisk, fabricante del medicamento, se ha convertido en la mayor compañía europea por capitalización bursátil, con un valor de mercado de más de 400.000 millones de euros y una revalorización de sus acciones del 424% desde el lanzamiento de Ozempic en 2017. 

Algunos trabajos científicos apuntan a posibles funciones protectoras del receptor GLP-1 en el cerebro y se investiga con modelos de enfermedades como el párkinson o el alzhéimer, así como efectos protectores en órganos como el corazón, los riñones o el hígado,  y su contribución a la reducción de la presión arterial, que es un factor de riesgo cardiaco.

Sobre su papel en la pérdida de peso, algunos estudios clínicos apuntan a que se produce un efecto rebote cuando se deja de tomar y las personas que lo toman recuperan hasta dos tercios de su peso cuando el apetito regresa. Además, puede producir efectos secundarios como náuseas, vómitos y diarrea y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) está revisando la seguridad de Ozempic por su relación con pensamientos suicidas. Y algunas personas experimentan un aumento de la flacidez en la cara tras la pérdida de peso y presentan un aspecto demacrado que, debido a su recurrencia entre personajes famosos, se ha empezado a conocer como “cara de Ozempic”.

En cualquier caso, recuerdan los especialistas en farmacología, los “medicamentos milagro” para perder peso de forma rápida y sin esfuerzo no existen y tratar la obesidad requiere siempre de supervisión médica.

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