La Complutense quiere reducir el número de facultades de 26 a 17: Filosofía y otras ocho dejarán de tener entidad propia

“Guerra” —según los profesores— en la Complutense. Los decanos, algunos al menos, tampoco están muy contentos. El plan de reestructuración de la universidad que propone la dirección está levantando ampollas.

La dirección de la universidad más grande de España se ha propuesto realizar una remodelación completa de sus facultades y departamentos a base de reducir la estructura y se ha encontrado la oposición frontal de buena parte de la comunidad educativa.

La última propuesta del equipo del rector, Carlos Andradas, incluye eliminar varias facultades, entre ellas las de Filosofía, Estadística o Enfermería, que pasarían a integrarse en otras (Filología, Matemáticas o Medicina, en estos casos). El plan lanzado por la UCM pretende dejar diez facultades intactas, las de mayor tamaño, y fusionar las otras 16 que tiene la universidad para dejarlas en siete. La fusión de facultades y departamentos no tendrá consecuencias sobre las titulaciones, que seguirán existiendo como hasta ahora, pero eso no ha evitado que se haya armado un gran revuelo en la universidad.

Las nuevas facultades serán, si sale adelante el plan: Ciencias Económicas, Empresariales, Comercio y Turismo; Ciencias de la Información y Documentación; Medicina y Ciencias de la Salud (con Enfermería, Odontología y Óptica); Ciencias Matemáticas y Estudios Estadísticos; Filología y Filosofía; Ciencias Biológicas y Geológicas; Ciencias Políticas, Sociología y Trabajo Social. Estas nuevas siete facultades se unen a las otras diez ya existentes: Psicología; Derecho; Informática; Educación; Bellas Artes; Veterinaria; Farmacia; Ciencias Químicas; Ciencias Físicas y Geografía e Historia.

La remodelación que pretende el rectorado se completaría con una reducción de un 60% el número de departamentos, pasando de los 185 actuales a 74. Esta reestructuración se haría fusionando departamentos similares (Periodismo I, Periodismo II, Periodismo III y Periodismo IV se unirían en uno más grande que los englobe a todos, por ejemplo), aunque los que rechazan el plan sostienen que no en todos los casos se agruparán departamentos con relación entre sí.

“Estructuras de hace 40 años”

El vicerrector de Planificación y responsable del diseño de este plan, Juan Tejada, explica que la remodelación responde al objetivo de “fortalecer la universidad en sus estructuras fundamentales, que son los departamentos y facultades, para recuperar y crecer en docencia e investigación”. Además, el vicerrector recuerda que la UCM tiene “unas estructuras de hace 40 años con unos planteamientos que compartimentan el conocimiento de manera excesiva”. Tejada insiste en que de momento es solo una propuesta, susceptible de ser modificada, que se ha realizado a la comunidad universitaria para que realicen sus aportaciones.

Esta no parece haberse tomado el proyecto demasiado bien. Muchos profesores que se oponen, de todas las facultades, se han agrupado en la Plataforma de Departamentos para la Reestructuración de la UCM para plantar cara a la dirección. No les gustaba la primera propuesta sobre los departamentos, y que ahora se plantee la desaparición de facultades “históricas” —dicen— no ha ayudado a acercar posturas.

Rafael Valeriano Orden, decano de la Facultad de Filosofía, una de los afectadas, ha explicado a este diario que cree que la propuesta es “lamentable”. “Supone no entender la especificidad de los estudios de Filosofía, que tienen una antigüedad y una tradición que se remontan a la fundación de la universidad, en el siglo XVI”, argumenta. “Los motivos nunca son de tipo académico o científico, sino de ahorro”, asegura, y explica que han puesto sobre la mesa medidas de ahorro que no supondrían tener que eliminar las facultades. Todos los decanos de las facultades afectadas coinciden en rechazar el plan, según él. “Hay un profundo malestar en general con toda la remodelación”, afirma.

Los profesores coinciden en la apreciación del decano. “Se vende como un plan de eficiencia académica, pero en realidad es un plan de eficiencia laboral”, asegura Eva Aladro, profesora en Periodismo y portavoz de la plataforma. Aladro habla del ahorro económico como motivador, de un “ERE encubierto” y sostiene que “crear departamentos de 80 o 100 profesores es una barbaridad. No se puede organizar tanta gente, está estudiado por la sociología”, expone.

Desde el rectorado, Tejada descarta que el ahorro esté detrás de la reestructuración. “Esto produce una liberación de recursos, no un ahorro”, matiza, “que permite hacer más cosas en docencia e investigación. Se nos dice que no hacemos énfasis en este tema de liberación de recursos, pero eso es porque es una cuestión académica”, afirma. Aladro rebate: “El rector habla de un ahorro de tres millones de euros anuales, que es una buena cantidad. Pero en los altísimos cargos de gestión y administración hay muchas personas, unos 120 o 150, algunas de las cuales ganan 100.000 euros al año. Y eso no se toca”, asegura.

Tejada asegura en cualquier caso que de momento todo es solo una propuesta. Que están escuchando a las partes y que ni siquiera hay un borrador de reestructuración definitivo. “Esto no es una empresa, no hay una estructura vertical que permita hacer esto”, afirma.