Como en una reacción en cadena, varias comunidades autónomas han decidido parar la vacunación contra la COVID-19 con dosis del suero de AstraZeneca a pesar de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y el Ministerio de Sanidad expusieran este jueves que los casos de trombos detectados en Dinamarca o Austria en personas ya vacunadas no tenían relación con la administración de las dosis.
Asturias fue la más temprana en detener la inoculación este jueves. Al día siguiente, Andalucía, Castilla y León y Catalunya se han unido a esa posición. Todas aducen motivos de precaución, aunque la EMA ya ha explicado que “hasta el momento no hay ningún indicio de que la vacuna haya provocado los trombos”. El jueves, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, informó de que en España se habían administrado más de 200.000 dosis de este supuesto lote sospechoso sin que se hubieran reportado efectos alarmantes. Las partidas ahora retenidas por estos gobiernos autonómicos suman pocas dosis.
De hecho, la Junta de Castilla y León, al informar de su decisión, incluía en su comunicado que en la comunidad “no se ha registrado ningún efecto adverso grave por la inoculación de este tipo vacunal ni de las otras vacunas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento”. La misma dinámica ha seguido el consejero de Salud de Andalucía, Jesús Aguirre, quien mientras explicaba que retienen 1.200 de estas dosis, recordaba que la EMA no había visto indicios de relación entre el suero y los trombos. Catalunya ha parado la administración de 2.000 dosis después de haber inoculado 37.000.
Este viernes, la Organización Mundial de la Salud ha afirmado que “es muy importante comprender que deberíamos seguir usando esta vacuna”. Una portavoz de la OMS ha insistido en que no hay necesidad de dejar de utilizar “una vacuna excelente” al tiempo que informaba de que el comité asesor de la organización estaba revisando el asunto.
Todo comenzó con varios casos de personas en Dinamarca que habían recibido la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca y que, más tarde, sufrieron trombos sanguíneos. El país escandinavo activó las alarmas y decidió dejar de administrar este suero durante 14 días. Le siguieron Noruega, Islandia y otros seis estados europeos.
La Agencia Europea del Medicamento está estudiando esta vicisitud. “La posición de la Agencia es que los beneficios de la vacuna superan los riesgos y puede seguir siendo administrada mientras se investigan los casos de embolia”, ha insistido el organismo europeo. “El número de episodios de trombos en la población vacunada no supera el de la población general”, ha añadido. Se han detectado 30 casos de embolia entre cinco millones de personas vacunadas.
Con todo, la noticia que llegó desde lo países nórdicos ha vuelto a entorpecer la dinámica de vacunación en la Unión Europea y también en España. En Europa, Austria, Letonia, Estonia, Luxemburgo e Italia siguieron el ejemplo danés (también Lituania). En España, además de los parones en estas comunidades, el Ministerio de Sanidad ha pospuesto la decisión sobre si aplicar este suero a mayores de 55 años, prevista para el jueves, justo después de conocerse los casos daneses.