Los consumidores de cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas en Estados Unidos se gastaron unos 150.000 millones de dólares en 2016, casi tanto como lo que gasta la población en bebidas alcohólicas, según un informe divulgado este martes.
“El consumo de cocaína ha disminuido notablemente, y al mismo tiempo el empleo de marihuana y cannabis ha estado aumentando durante varios años”, dijo a Efe Gregory Midgette, de la Universidad de Maryland y uno de los autores del estudio sobre la dimensión real del mercado de los estupefacientes en los Estados Unidos.
“En el caso de la marihuana, en particular, lo que ha ido cambiando es la percepción de la ciudadanía a nivel de estados”, añadió el investigador.
Según el informe, elaborado para la firma investigadora Rand Corporation, la cifra estimada de usuarios de cocaína en Estados Unidos ha disminuido gradualmente desde 2006, cuando había unos 3,8 millones de consumidores habituales, hasta 2016, cuando el cálculo es que había unos 2,3 millones de personas que consumían normalmente esa droga.
En el caso de la heroína, el mejor de los cálculos muestra unos 1,6 millones de “usuarios crónicos” en 2006, con un aumento del 10 % anual hasta alcanzar los 2,3 millones de consumidores una década más tarde.
“Aunque el consumo de heroína se concentró durante décadas en áreas urbanas, particularmente en el noreste del país, su uso se ha ampliado a toda la nación, incluidas las zonas rurales, en medio de la actual crisis de los opiáceos”, asegura el informe.
Sobre su procedencia, el trabajo indica que si bien la mayor parte de la heroína que se consume en EE.UU. proviene de cultivos de México, “la introducción de fentanilo en los mercados de heroína, procedente principalmente de China y México, ha incrementado el riesgo de su consumo”.
El fentanilo, un analgésico sintético 50 veces más potente que la heroína, es utilizado para potenciar los efectos de la heroína y a él se le atribuye el aumento de las muertes por sobredosis que se han venido produciendo en los últimos tiempos.
El número de usuarios de metanfetaminas, por su lado, se calcula que ha subido de 2,2 millones en 2016 a 3,2 millones de personas en 2016, según el informe.
Pero el crecimiento ha sido mucho mayor en cuanto al consumo de marihuana, al pasar de los 14,2 millones de usuarios calculados en 2006 a 22,8 millones una década más tarde, lo que equivale a un incremento del 60 %.
El estudio recuerda que hay diez estados de EE.UU. además del Distrito de Columbia que han legalizado el consumo no medicinal de la marihuana, en conflicto con la ley federal, que lo prohíbe, pero que no entran a distinguir entre gastos por consumo legal o no.
“La marihuana sigue llamando la atención a medida que más estados flexibilizan sus leyes (...). Más del 25 % de la población de Estados Unidos vive ahora en estados que han aprobado leyes que permiten que empresas privadas produzcan y vendan marihuana sin fines médicos a adultos mayores de 21 años”, aseguró el informe.
En Estados Unidos el problema de las drogas ilícitas se considera principalmente desde el punto de vista legal, y los investigadores de RAND tomaron en cuenta para su informe las confiscaciones de drogas, los procesamientos y las sentencias.
Pero también usaron “informes de las personas que dan cuenta del uso de drogas, y quienes ingresan en programas de tratamientos. Usamos toda la información disponible”, explicó Midgette.
“Si bien hay incertidumbre en los cálculos nacionales referidos a las metanfetaminas, numeroso indicadores sugieren que el uso ha excedido su máximo anterior de 2005”, indicó Beau Kilmer, otro de los autores del estudio.