Cremades acusa al Congreso de los Diputados de “racismo” por investigar “solo” los abusos sexuales en la Iglesia

“Nosotros respondemos directamente ante la CEE, y no tenemos ni vamos a tener interlocución directa con el Defensor del Pueblo”. El coordinador de la auditoría sobre abusos que el bufete Cremades & Calvo-Sotelo está elaborando para la Conferencia Episcopal, Alfredo Dagnino, arremetió este mediodía contra la “curiosa” investigación encargada por el Congreso de los Diputados al órgano presidido por Ángel Gabilondo, llegando a acusar de “racismo” al Parlamento por “investigar solo a la Iglesia”.

En el marco de las VI Conversaciones PPC '¡Nunca más!' Abusos de poder, conciencia y sexual en la Iglesia de hoy', que también han contado con la presencia del experto vaticano Hans Zollner y del portavoz de la CEE, Luis Argüello, Dagnino denunció que el Defensor del Pueblo no tiene competencias para investigar a la Iglesia, porque “no es una institución del Estado”. “Es algo inédito, no deja de ser una discriminación (...). ¿Se imagina que el Congreso hubiera encargado una investigación sobre un grupo étnico? Serían acusados de racismo. Pero esto sucede con la Iglesia” recalcó el 'hombre fuerte' de Cremades en la comisión antipederastia de la Iglesia española.

Visiblemente molesto, Dagnino también hizo frente a las críticas provenientes de buena parte de las víctimas, que dudan de la “profesionalidad” del bufete, propiedad de un miembro del Opus Dei. De hecho, los supervivientes de abusos achacan a Cremades ser “juez y parte” y emitir juicios “parciales”. Y, pese a que el abogado, que fuera presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, se empeñó en demostrar que “todas las asociaciones, excepto una, y por motivos personales, están colaborando” con el bufete, lo cierto es que sus propios datos le quitan la razón.

Tal y como confesó el letrado, en más de tres meses y medio desde que se firmara el contrato entre el cardenal Omella y Javier Cremades, el despacho ha recibido menos de 60 casos de víctimas. De los cuales, además, apenas la mitad refieren a denuncias de abusos en el seno de la Iglesia. “Entre los contactos por correo, llamadas y contacto personal no llegan a 60 y apenas la mitad se refieren a casos de abusos en el seno de la Iglesia directamente”, admitió Dagnino.

Pese a ello, el letrado no quiso hablar de fracaso en el trabajo, sino de la existencia de “una realidad oculta” en la sociedad, la de aquellas “personas que han sufrido abusos” que “simplemente necesitaban tener un interlocutor, alguien que les escuchase”. Así, Dagnino ha puntualizado que la mitad de las personas que se han puesto en contacto con el despacho les han explicado que aunque no fueron víctimas de abusos dentro de instituciones de la Iglesia, sentían “la necesidad de llamar”.

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