El Vaticano reabre el caso de Emanuela Orlandi 40 años después de su extraña desaparición

Jesús Bastante

en religiondigital.com —
9 de enero de 2023 20:44 h

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Emanuela Orlandi sigue viva. O, al menos, el recuerdo de la adolescente italiana, hija de un funcionario de la Santa Sede, que desapareció sin dejar rastro el 22 de junio de 1983, cuando acudía a la basílica de Sant'Apollinare, en el centro de Roma, a dar clases de música. Cuarenta años después, y tras una lucha titánica de su familia (en especial, de su hermano Pietro), el Vaticano acaba de anunciar la reapertura del caso.

En declaraciones a Religión Digital, el portavoz de la Santa Sede, Mateo Bruni, confirma que la reapertura del caso se ha hecho tras recibir peticiones de la familia a través de distintos foros. El último, y el más mediático, ha sido el documental La chica del Vaticano, emitido este otoño por Netflix. Ahora, el promotor de justicia del Vaticano, Alessandro Diddi, junto con la Gendarmería, han decidido reiniciar la investigación sobre la adolescente, cuyo escándalo ha estado presente a lo largo de tres pontificados.

El objetivo de la reapertura es volver a analizar todos los expedientes, documentos, informes y testimonios, para comprobar que ningún cabo haya quedado suelto en una investigación marcada por las acusaciones de silenciamiento, referencias a la mafia y a la corrupción en el Vaticano.

El trabajo de la justicia vaticana partirá de los datos acumulados hasta el momento, y se revisarán nuevas y antiguas pistas o indicios que en su día pudieran haberse desechado, siguiendo todas y cada una de las huellas desde el 22 de junio de 1983, momento en que Emanuela Orlandi se esfumó mientras iba a clase.

En la basílica de. Sant'Apollinare está enterrado uno de los cabecillas de la mafia Magliana, Enrico de Pedis, quien según algunos testimonios recabados por el hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, pudo ser el brazo ejecutor de la desaparición de su hermana, “por encargo de altos prelados”.

La reapertura del caso se produce después de la emisión de un documental en Netflix, La chica del Vaticano, que volvió a poner en el foco la desaparición de la adolescente de 15 años, cuyo último episodio pareció vivirse hace unos años cuando Roma aceptó analizar unos huesos hallados en el Cementerio Teutónico, que no arrojaron luz alguna en el proceso.

Entre las distintas teorías que se originaron en torno al caso, gana enteros la posibilidad de que hubiera sido secuestrada por los miembros de la Banda della Magliana, una organización criminal que tenía como jefe a Enrico De Pedis, fallecido en 1990, quien habría ordenado el acto en un intento de recuperar un dinero perdido por algunos grupos mafiosos cuando colapsó el Banco Ambrosiano, vinculado al Banco Vaticano.

El capo del clan, enterrado en Sant'Apolinare, pudo haber ordenado la muerte de la joven tras recibir indicaciones del ex presidente del Banco Vaticano, Paul Marcinkus, tal y como declaró la viuda del mafioso. En 2012, se hallaron restos óseos sin identificar junto a la tumba de De Pedis, aunque el análisis de los restos no demostró vinculación de los mismos con Orlandi.

Hace unos meses salió a la luz un testimonio, datado en 2008, que puede ser clave. El exmafioso Salvatore Sarnataro acusó a su propio hijo, Marco, de haber secuestrado a Orlandi por orden de De Pedis, para entregarla a otro jefe de la mafia. De esta manera, cuando Emanuela Orlandi salía de su clase semanal de música el 22 de junio de 1983 y caminaba por las cercanías de los muros del Vaticano, fue secuestrada por tres personas, entre las que se encontraba el hijo de Sarnataro.

De acuerdo con la información publicada por el diario italiano La Repubblica, el líder de la banda le habría entregado en compensación a Marco una motocicleta Suzuki 1100. Aunque no está claro por qué este testimonio salió a la luz 14 años después, la familia de la joven solicitó reabrir la investigación partiendo de esta nueva declaración.

La pista falsa del Cementerio Teutónico

Los vínculos con la mafia siempre estuvieron dentro de las hipótesis, así como el ajuste de cuentas entre las bandas criminales y el mismo Vaticano. En ese sentido, en 2019, la familia recibió una carta anónima con una foto de una tumba del Cementerio Teutónico, en el edificio central de la iglesia.

“Busque donde indica el ángel”, decía la leyenda que acompañaba la imagen, en referencia a la estatua de un ser celestial que custodia la tumba de el príncipe Gustaf von Hohenlohe, antiguo arzobispo del papa Pío IX.

Sin embargo, de acuerdo con la información de Vatican News, los huesos encontrados en las exhumaciones datan de una época anterior a la desaparición de Emanuela, y otras tumbas estaban vacías. En 2020, el Vaticano ordenó el cierre del caso. Ahora, tras el revuelo del documental de Netflix, Roma vuelve a dar una nueva vuelta de tuerca al misterio.

Por su parte, la abogada de la familia Orlandi, Laura Sgrò, apuntó a Efe que sus clientes presentaron denuncias en 2018 y 2019 y diversas instancias hasta el año pasado, pero aseguró desconocer la razón que ha motivado la reapertura de las pesquisas y espera reunirse pronto con el promotor vaticano, Alessandro Diddi. Sgrò no excluye que la nueva investigación se produzca después de recabar nuevas pruebas sobre el caso, recogido recientemente por la serie de Netflix y varios libros.

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