Madrid, 4 mar (EFE).- La pandemia ha aumentado los problemas de sueño, la tendencia a llorar y las preocupaciones por enfermar, pero, además, uno de cada cuatro españoles (23,4 por ciento) tiene “mucho o bastante miedo” a morir por la covid, según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicada este jueves.
La encuesta, que se ha realizado entre el 19 y el 25 de febrero sobre una muestra de 3.083 entrevistas y está centrada en la salud mental, también revela que el 68,6 por ciento de los españoles tiene miedo a que personas de su entorno más cercano, familiares o amigos, fallezcan por coronavirus, y un 72,3 por ciento admite sentirse preocupado porque se contagien sus allegados.
Pese a esta sensación de miedo a la muerte por covid, el porcentaje es significativamente más bajo que en el mes de noviembre, cuando otro sondeo del CIS situó en el 58,4 por ciento el porcentaje de españoles con “mucho o bastante” miedo a fallecer por el SARS-CoV2, más del doble que en la actualidad.
La encuesta, que muestra una foto de la salud mental de los españoles en lo que supone, según el CIS, el primer estudio científico sobre este asunto durante la pandemia, también revela que el 35,1 por ciento de los españoles ha llorado debido a la pandemia (más las mujeres que los hombres), y por edades los más frágiles han sido los más jóvenes, entre los 18 y los 24 años.
El barómetro sobre los efectos psicológicos de la pandemia en la salud mental de los españoles también revela que un 21,5 por ciento se siente “decaído, deprimido o sin esperanza” y otro porcentaje igual “nervioso, ansioso o alterado” y hasta un 14 por ciento dice ser incapaz de controlar sus preocupaciones.
Pero las consecuencias del covid van más allá. Uno de cada cuatro asegura que ha tenido “pensamientos o recuerdos desagradables no deseados por el coronavirus”, situación que ha alterado su vida social y las relaciones con familias y amigos.
Con la pandemia, los españoles temen más por su salud, y ese miedo se constata cuando admiten que se sienten cansados o con pocas energías (51,9 por ciento), con problemas de sueño (41,9 por ciento) o con dolores de cabeza (38,7) y otros problemas como taquicardia, mareos o desmayos.
Así que la pandemia ha generado un aumento en la prescripción de psicofármacos (más del doble que los recetados con anterioridad), sobre todo ansiolíticos, antidepresivos e inductores del sueño, y con una duración del tratamiento superior a los tres meses en el 68,7 por ciento de los encuestados.
La pandemia también ha redundado en un cambio de comportamiento de los menores. El porcentaje de progenitores que han tenido que llevar a sus hijos a algún profesional de salud mental para solicitar ayuda se sitúa en el 12,6 por ciento.
Padres y abuelos que han convivido durante la pandemia con hijos y nietos creen que los menores han cambiado su comportamiento, porque se han vuelto más irritables y “protestan por cualquier cosa”; a un tercio les cuesta más dormir y, si tienen hermanos, “se pican” entre ellos por motivos menores.
La encuesta del CIS ha estado dirigida por el catedrático de la UNED Bonifacio Sandín, especializado en personalidad, evaluación y tratamientos psicológicos, y el psiquiatra y profesor de Piscopatología de la UNED, José Luis Pedreira.
Ambos expertos valoran la importancia del estudio por el tamaño de la muestra que es representativo y por incluir todos los rangos de edad.
Y han comentado que la clase media-baja padece más trastornos mentales que quienes se identifican como clase alta, mientras que la clase media se sitúa en una posición intermedia.