Uno de cada cuatro estudiantes de 12 a 13 años ha fumado cigarrillos electrónicos, una cifra que “sorprende” a Sanidad

El Ministerio de Sanidad ha extendido la tradicional encuesta ESTUDES, que mide los comportamientos adictivos de los estudiantes de entre 14 y 18 años, a una franja de edad que no había analizado hasta ahora: la de los alumnos y alumnas de entre 12 y 13 años, lo que equivale, respectivamente, a 1º y 2º de la ESO. De momento se ha realizado un estudio piloto con 8.000 muestras cuyos resultados ha dado a conocer este jueves la cartera que dirige Mónica García: el 34,5% de los estudiantes reconoce haber consumido alcohol al menos una vez y un 25,2% dijo que había fumado cigarrillos electrónicos o vapers.

“Estos escolares tienen consumo pequeño, muchos no consumen, pero hay una proporción no despreciable que ha probado el alcohol. Eso sí, en niveles inferiores a sus mayores (de 14 a 18 años)”, explica Joan Ramón Villalbí, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, en unas declaraciones enviadas por Sanidad. En el último mes, el porcentaje de estudiantes que bebió alcohol desciende al 21%, uno de cada cuatro, según los resultados de la encuesta; en el último año, se queda en un 30%. La situación es parecida entre chicos y chicas aunque ligeramente más varones (22,3%) que mujeres (20,6%) reconocieron haber bebido alcohol en los 30 días anteriores.

El Ministerio tiene especialmente puesto el ojo en los “patrones de consumo de más riesgo”, como las intoxicaciones (borracheras) o la participación en botellones: según la encuesta, un 2% dice haberse intoxicado en el último mes y un 3% ha participado en botellones. “Están presentes pero muy poco presentes”, analiza Villalbí. Cuando se les pregunta si alguna de estas situaciones han pasado alguna vez en su vida, un 7% responde que se ha emborrachado –más chicas que chicos– y un 8,3% asegura haber hecho botellón en el último año. La diferencia entre los 12 y los 13 años en asistencia a botellones es muy grande. Los segundos duplican a los primeros (del 3,7 al 12,4%).

Otra de las cuestiones que interesa a Sanidad y que preguntaron a los menores es dónde comprar las bebidas alcohólicas. Un 41,6% admitió que las adquiría en tiendas de barrio, un 40% en casa de otras personas y un 33% en sus propios hogares. A más de la mitad les resulta fácil o muy fácil adquirir alcohol si lo desean. El Ministerio también ve una relación entre lo que consumen los estudiantes y lo que ven en casa: “en todos los tramos temporales y para todos los tipos de consumo analizados se observa, en general, un incremento de las prevalencias entre los alumnos a medida que se hace más frecuente el consumo de alcohol entre sus progenitores”.

Vapers, mucho más frecuentes que el tabaco

Pero la gran sorpresa de los resultados no ha sido el consumo de alcohol sino de cigarrillos electrónicos. Son mucho más frecuentes entre los estudiantes de 12 y 13 años que el tabaco convencional.

Un 8,5% de los encuestados reconoce haber fumado cigarros regulares alguna vez en su vida; un 6,5% en el último año y un 4,1% en los 30 días anteriores. Para uno de cada cuatro es fácil conseguirlos si quisieran, según sus propias respuestas. Los estudiantes de 14 a 18 años quintuplican la prevalencia de consumo de esta sustancia, subraya Sanidad, con un 21% de consumidores en el último mes.

Sin embargo, entre los más pequeños “están muy presentes los cigarrillos electrónicos y eso ha sido una relativa sorpresa”, admite el delegado del Plan Nacional sobre Drogas. Uno de cada cuatro estudiantes ha consumido alguna vez estos dispositivos (25,2%); cifra que se sitúa en un 21% si se les pregunta si lo hicieron en el último año y a un 11,2% en el último mes. La prevalencia es superior entre las chicas que entre los chicos.

“La edad es un factor clave a la hora de analizar las prevalencias de consumo de cigarrillos electrónicos entre los alumnos más jóvenes de la educación secundaria. Los datos registrados para los alumnos de 13 años prácticamente duplican a los de 12 años en el tramo temporal del último mes (14,5% vs 7,6%)”, dice la nota enviada por el Ministerio. Son cifras, concluye Villalbí, “sorprendentemente altas”, mucho más que en tabaco. Y preocupan a Sanidad porque “son la puerta de entrada al consumo”. “Hay que actuar”, ha escrito el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, en su cuenta de X (antes Twitter).

La ministra de Sanidad ha reiterado tras conocerse el estudio lo que avanzó hace unas semanas: que los liberadores de nicotina deberían contar también con una regulación que se asemeje a la del tabaco. Porque no solo es importante, dijo, “la parte de salud, sino la parte ecológica que tiene que ver con los vapeadores desechables”. “Tienen apariencia de juguetes y sabores dulces, pero son perjudiciales y la antesala al tabaquismo. Vamos a regularlos”, ha insistido este jueves.

Estos dispositivos se han extendido en los últimos tiempos entre la población más joven, gracias a promociones en redes sociales e, incluso, con presentaciones con forma de dibujos animados. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, los niños que usan estos dispositivos tienen hasta el triple de probabilidades de consumir tabaco en el futuro que aquellos que no lo hacen. “Centrándonos en la salud y en los menores, tendrán que tener una regulación precisa”, se comprometió la ministra.

Un 9,5% del alumnado también reconoce haber usado pipas de agua (cachimbas o shishas) alguna vez y un 7% lo ha hecho en el último año.

Un 38% toma bebidas energéticas

La encuesta también pregunta a los estudiantes si consumen bebidas energéticas. Un 37,7% dijo que sí en los últimos 30 días y un tercio de ellos las mezclaron con alcohol. Las cifras se duplican en los alumnos y alumnas de 14 a 18 años: un 20% ingirió Red Bull, Monster o Burn con bebidas alcohólicas en el último mes.

El estudio piloto, por último, mide el uso “problemático” de internet en esta franja de edad: hay un 14,5% de estudiantes que estarían en esta situación compulsiva, según los resultados con más prevalencia entre las chicas (18%) que entre los chicos (11%), “al contrario que ocurre con el resto de comportamientos analizados hasta ahora en relación con el mundo online”. En los alumnos y alumnas más mayores (de 14 a 18 años), el problema aumenta hasta el 20,5%, con especial atención a las chicas (25,9%).

La amplia mayoría de los encuestados ha jugado a videojuegos en los últimos 12 meses (91,3%) –prácticamente la totalidad de los chicos (98,3%)– aunque el uso baja con la edad. La caída se explica por la pérdida de interés entre las chicas en esta actividad a medida que crecen, según Sanidad. Uno de cada tres estudiantes de 12 a 13 años juega todos los días.

El juego con dinero online ha estado presente en la vida de un 9,3% de los encuestados durante el último año. Un porcentaje importante viene de estudiantes que utilizan videojuegos donde se juega con una moneda propia en el universo virtual, aclara la encuesta. Si hablamos de apuestas y juegos de azar, el porcentaje se queda en un 6,5%, con el doble de chicos (8,8%) que de chicas (4,2%). Es más común jugar con dinero presencial: en este caso la prevalencia sube al 12,7%. Las loterías son los juegos en los que más dinero se gastan los estudiantes de 12 a 18 años –si se observan en conjunto los dos grupos de edad– de manera presencial seguidos de las apuestas deportivas y las quinielas.

Los estudiantes aseguran que la adicción sobre la que han sido más informados en sus colegios e institutos es la asociada con el uso de las tecnologías. Lo dicen siete de cada diez encuestados. Después, los riesgos vinculados con el consumo de drogas legales (59%).