“Cuesta verlo sin romperse”: Rozalén regresa a Letur tras el paso de la DANA
Amanece en Letur y ya está todo el dispositivo en marcha. El despliegue de cuerpos especiales es brutal. Las escuelas se han convertido en el centro operativo. Lo veo desde la ventana de una de las casas de la zona alta del pueblo donde se acoge a las familias que viven en el casco antiguo. Allí está prohibido el paso.
Todo el mundo está volcado.
La riada se ha llevado por delante todo por donde ha pasado. Todo. Ha partido en dos el pueblo desde la Cruz Blanca (que ya tampoco está). Ha derribado los edificios, levantado las calzadas, los jardines. Ya no existen las Canales (la piscina natural) y tantas otras cosas…
Cuesta entenderlo sin verlo y cuesta verlo sin romperse.
Los metros y metros de escombros, de lodo, las entrañas de las casas abiertas y los recuerdos esparcidos por las calles.
Sientes un alivio extraño al llegar… Aunque sea para llorar juntos. Te miras y te abrazas, sin hablar
Llegamos ayer por fin. Llevaba dos días paralizada, me costaba hasta hablar, con una impotencia terrible. Como todos los que están lejos del pueblo.
No he podido pegar ojo pero eso también es generalizado.
Sientes un alivio extraño al llegar… Aunque sea para llorar juntos. Te miras y te abrazas, sin hablar. “De repente llegó una ola, como un tsunami, si aquí no llovía tanto”.
Nunca piensas que esas catástrofes que se ven por la tele le pueden tocar a los tuyos.
Letur, el pueblo bello del agua de la Sierra del Segura. Y un día, nuestro recurso de vida, te bombardea como un enemigo de guerra.
Pero un dolor en el pecho está por encima de todo. La preocupación real… Y es que faltan cinco de los nuestros… Y han despedido a una de nuestras vecinas.
En un pueblo así de pequeño lo que le ocurre a uno le ocurre a todos. Sólo queremos que aparezcan los no localizados. Sólo eso.
Después el pueblo se levantará, de eso no hay duda. Aunque ya nunca sea el Letur de antes el nuevo pueblo se reconstruirá, aún más bello, pero con una cicatriz profunda.
Duele empatizar con todos los demás lugares que están sufriendo, sobre todo de la Comunidad Valenciana, que son vecinos y familia y que tantas veces son hogar para nosotros.
Gracias a todos los que os estáis preocupando y ofreciendo ayuda. La verdad que alivia. Es impresionante todo lo bueno a pesar de la inmensa tragedia.
Ojalá lleguen todas las ayudas que andan prometiendo las instituciones.
Ojalá la gente no se olvide cuando esto deje de dar audiencia.
Letur volverá a ser “el sitio de nuestro recreo”, nuestro “dónde”, nuestro “entonces”. Volverá el aroma a lumbre, a romero, a tomillo y a lavanda.
Os aseguro que los letureños tienen una fuerza impresionante.
Saben lo que es resistir y resurgir.
22