Las terapias ilegales y clandestinas del Obispado de Alcalá para 'curar' la homosexualidad, destapadas hace dos años por elDiario.es, y por las que el obispo Reig Plá no tuvo que rendir cuentas están en el punto de mira de las futuras leyes LGTBI y Trans que prepara el Ministerio de Igualdad. El borrador de la primera de ellas, la 'Ley para la no discriminación por razón de identidad sexual, identidad de género, expresión de género, o características sexuales', considera este tipo de prácticas como una “falta muy grave” e incluye sanciones de hasta 150.000 euros.
Y es que, según el borrador de la norma, se prohíbe “la práctica de métodos, programas y terapias de aversión, conversión o contra condicionamiento” destinados a modificar la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de las personas, aunque sea con el consentimiento de estas o de sus representantes legales“. Se considera falta muy grave, sancionada con multas que van de los 10.001 a los 150.000 euros. En ese apartado quedarían incluidas las 'terapias de conversión', talleres para 'curar' la homosexualidad, pseudoterapias clandestinas, disfrazadas de ”terapias de acogida y reconocimiento“, impartidas por feligreses no titulados, como la que acogió el Obispado de Alcalá, con la cerrada defensa de la Conferencia Episcopal.
No sólo eso: otros prelados, también alineados con el sector más ultraconservador de la Iglesia española, como el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla; o el de Córdoba, Demetrio Fernández; también han amparado dichas terapias, con el respaldo de los lobbies ultras capitaneados por organizaciones como HazteOir o Abogados Cristianos. Esta última entidad se querelló contra los activistas LGTBI que protestaron en la catedral de Alcalá contra los cursos homófobos de Reig Plá. Al final, no fue Reig, sino el colectivo homosexual, quien se tuvo que sentar en el banquillo de los acusados.
Terapias de conversión
La investigación de elDiario.es mostró cómo la diócesis ofrecía estas pseudoterapias en el Centro de Orientación Familiar Regina Familiae, un servicio perteneciente al Obispado de Alcalá. Se trataba de sesiones prohibidas en la Comunidad de Madrid, y sancionadas con multas de más de 45.000 euros, según el artículo 70.4.c de la Ley de Protección Integral contra la LGTBfobia de la Comunidad.
El Obispado puntualizó entonces que se trata de “acogida y acompañamiento de personas que acuden a nosotros”. Sin embargo, elDiario.es pudo comprobar en primera persona que tanto el contenido de los materiales enviados por correo como la primera sesión de pseudoterapia (impartida por una persona sin formación) estaban enfocados a que la persona dejara de ser homosexual, algo que los expertos del Consejo General de la Psicología de España consideran anticientífico y peligroso, “porque suelen derivar en problemas de ansiedad, depresión y suicidio”. La ley madrileña lo califica directamente de ilegal, ya que prohíbe “la promoción y realización de terapias de aversión o conversión con la finalidad de modificar la orientación sexual o identidad de género”, independientemente de si las personas acuden voluntariamente o no, y las considera una infracción muy grave que puede conllevar la retirada de subvenciones públicas. Sin embargo, ni Reig Plá ni los docentes fueron siquiera investigados.
Ahora, de aprobarse el borrador del proyecto de Ley, y dado que dichos cursos continúan llevándose a cabo, varias diócesis podrían ser objeto de esta multa, que supondría también una suerte de 'compensación histórica' a la persecución que el colectivo LGTBI sufrió durante décadas, auspiciada, en buena medida, por la Iglesia católica.
Pese a que el papa Francisco, tanto en sus declaraciones públicas, como en sus encuentros privados -prueba de ello es la amistad que mantiene con Diego Neria, el transexual extremeño, autor de El despiste de Dios, ha mostrado su absoluto respeto a toda condición sexual o de género, así como se ha mostrado dispuesto al reconocimiento de las uniones civiles, muchos obispos españoles continúan anclados en la visión culpabilizadora del colectivo homosexual.
Esto es lo que sucedió en 2019, cuando salieron a la luz las terapias clandestinas para 'curar' la homosexualidad del Obispado de Alcalá, y los obispos, lejos de cuestionar dichas prácticas, pasaron a respaldar totalmente a Reig Plá, aprovechando la protesta contra el prelado en la catedral complutense.
Y es que, para los obispos, los cursos de Reig no son terapias reparativas, sino “de sanación espiritual”. Así, la Conferencia Episcopal emitía una nota en la que mostraba “su apoyo y afecto a monseñor Juan Antonio Reig Pla y a los colaboradores del Centro de Orientación Familiar (COF)” frente a “un ejercicio de manipulación de la verdad y desinformación intencionada que termina provocando el 'odio' que se dice querer evitar o denunciar”.
De hecho, el portavoz de la Conferencia Episcopal Española entonces, Luis Argüello, aprovechaba para denunciar la“liturgofobia” que, en su opinión, se escondía detrás de la concentración contra las terapias restaurativas en la catedral de Alcalá, pese a que admitió que “la homosexualidad no se puede 'curar'”, y apuntando que solo se hablaba desde “un punto de vista espiritual”. De aprobarse la ley, los obispos ya saben a lo que se enfrentan.
Toda la información en www.religiondigital.org