Qué es una DANA y por qué pueden ser tan destructivas

La palabra DANA es el acrónimo de una “Depresión Aislada en Niveles Altos” que los meteorólogos españoles acuñaron a finales de los años 80 para diferenciarlo del término más genérico e impreciso “gota fría”. La DANA se refiere específicamente al fenómeno por el que una masa de aire polar en altura (entre 5.000 y 9.000 metros) se separa del flujo atmosférico y puede generar fuertes tormentas al chocar con el aire más cálido y húmedo, generalmente del mar Mediterráneo. 

“Al estar descolgada del flujo general del oeste, evoluciona de forma independiente, con un ciclo de vida propio”, explica José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored. Tanto, que en ocasiones giran en el sentido contrario de las borrascas y permanecen estacionarias en un mismo lugar durante horas, lo que aumenta su potencial destructivo.

La expresión “gota fría” se usa de forma generalizada en el área mediterránea para referirse a cualquier episodio de lluvias intensas en la zona, con independencia de que haya o no una DANA. Pero no es necesario que exista un embolsamiento de aire frío en altura para que haya lluvias torrenciales ni cada vez que hay una DANA se producen estas precipitaciones masivas. 

El término fue elegido para honrar la memoria del meteorólogo Francisco García Dana (1924-1984), quien ocupó la jefatura del Centro de Predicción del Instituto Nacional de Meteorología (INM) desde 1979 hasta 1984, año en que falleció. 

La más adversa del siglo

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha calificado el temporal vivido la pasada a noche como “la gota fría más adversa del siglo en la Comunitat Valenciana” y estima que su impacto y registros son “superiores a la DANA de septiembre de 2019”. “Ha sido un temporal histórico, a la altura de los grandes temporales mediterráneos y entre los tres más intensos del último siglo en la Comunitat Valenciana”, añaden.

Los episodios de este tipo se producen cuando se mantiene activo el frente en el que chocan el aire frío en altura y el aire húmedo y caliente. En la zona de aire cálido ascendente crecen nuevas células tormentosas por convección y en la zona de aire frío descendente se disipan. En esta frontera se produce lo que en meteorología se conoce como un “frente de racha”, que se manifiesta en lluvias torrenciales y persistentes como las que hemos visto en esta ocasión.

Respecto a la pregunta sobre si este episodio tiene relación con el cambio climático, habrá que esperar a que se hagan los estudios de atribución, que llevarán meses, para poder dar una respuesta. Todos los datos anteriores indican que el aumento de temperatura del Mediterráneo, el calentamiento y la mayor humedad atmosférica contribuyen a producir episodios más extremos como el que acabamos de vivir. 

“Las masas de aire tienen un ”calentamiento de fondo“, que contribuye a una mayor intensificación de los fenómenos meteorológicos adversos”, indica José Miguel Viñas. “Se vio con el huracán Milton y esas líneas de turbonadas muy extremas que generaron tornados en Florida antes de que tocara tierra. Y con esta DANA tampoco han faltado los tornados, granizo de gran calibre, trenes convectivos, etc”.

Otros estudios de atribución anteriores han mostrado una relación directa entre el calentamiento global y episodios tan extremos como este, incluido lo que se conoce como un “derecho”, que dejó una docena de muertos en el sur y centro de Europa en agosto de 2022.