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Más de 400 militares han participado en las procesiones de la Semana Santa de este año. El Ministerio de Defensa justifica la presencia de miembros de las Fuerzas Armadas en estos eventos religiosos. “La participación de personal militar en este tipo de actos se considera parte del objetivo de la política cultural de seguridad y defensa, y la promoción de la conciencia de defensa nacional, que se conceptúan como ejes fundamentales” en la Ley de Defensa Nacional y en la Estrategia de Seguridad Nacional, argumenta el departamento de Margarita Robles en una respuesta emitida a través del portal de transparencia.
“Los gastos ocasionados por la participación de unidades militares en procesiones y actos religiosos corren, con carácter general, a cargo de la cofradía o entidad civil solicitante”, detalla el Ministerio en la contestación dirigida a elDiario.es.
Aun así, existen algunas excepciones en las que se abonan “gastos de desplazamiento al personal que voluntariamente ha participado en este tipo de celebraciones con tradicional participación castrense”.
A fecha de 20 de mayo, más de un mes después de que terminase la Semana Santa, la cantidad abonada por Defensa para sufragar esos traslados se limita a 1.654 euros. El mayor importe (612 euros) se abonó para que 32 militares participaran en la procesión del Cristo de la Buena Muerte de Málaga. Por su parte, el mayor destacamento castrense (62 asistentes) se desplazó a Zamora (485 euros) para formar parte de la comitiva del Santo Entierro.
El desplazamiento de un solo militar a Almería para la salida del paso de Huércal Óvera supuso 345 euros para las arcas públicas. En comparación con esa cantidad, el Ministerio abonó cuatro euros por el traslado de 89 miembros de las Fuerzas Armadas a San Fernando (Cádiz). En total, 470 militares participaron en actos religiosos durante la Semana Santa de 2022.
En la respuesta emitida por el Ministerio, Defensa recuerda que el Reglamento de Honores Militares establece que “cuando se autoricen comisiones, escoltas o piquetes para asistir a celebraciones de carácter religioso con tradicional participación castrense, se respetará el ejercicio del derecho a la libertad religiosa y, en consecuencia, la asistencia y participación en los actos tendrá carácter voluntario”.
Entre los objetivos que el departamento de Robles aspira a obtener con la participación militar en procesiones religiosas, destacan que se busca “fomentar el interés sobre los temas relacionados con la seguridad y la defensa por parte de colectivos sociales y profesionales, potenciando el acercamiento entre la sociedad y sus Fuerzas Armadas”.
“Así como mejorar la imagen institucional de las Fuerzas Armadas a través de su participación en actos culturales promovidos por los diferentes sectores sociales y a requerimiento de los mismos”, añade el Ministerio en la respuesta elaborada enviada a través del portal de transparencia a la que ha accedido elDiario.es.
Con la llegada de Robles al Ministerio, Defensa dejó de ondear la bandera a media asta en sedes militares desde el jueves al domingo de Semana Santa. En la etapa de María Dolores de Cospedal (PP) al frente de ese departamento se impuso esta actuación para conmemorar la muerte de Jesucristo, a pesar de que instituciones como el Defensor del Pueblo cuestionaron su legalidad.
Más allá de la decisión que tomó Robles sobre la enseña nacional, la ministra sí que destacó que el Gobierno de Pedro Sánchez es “profundamente respetuoso” con las creencias religiosas y con la Semana Santa, una fiesta que calificó como “muy importante desde todos los puntos de vista”, tanto “cultural” como espiritual.
Las explicaciones del Ministerio de Defensa sobre la presencia militar en actos religiosos son anteriores a la información conocida este miércoles sobre una unidad del Ejército de Tierra que recibió la bendición de un cura en el Valle de los Caídos. En unas imágenes difundidas en el canal de Telegram Ciudadanos de Uniforme, se puede ver a varias decenas de militares frente a la cruz de Cuelgamuros y arrodillados ante un cura mientras bendice a los miembros del destacamento castrense, así como al banderín de la unidad.
Defensa ha reaccionado cesando al capitán de la unidad. El departamento dirigido por Margarita Robles le ha abierto “un expediente disciplinario que se resolverá en 48 horas”, aunque fuentes oficiales del Ministerio confirman que “el cese ya se ha hecho efectivo”.
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