El Ministerio de Defensa ha enterrado al general golpista José Sanjurjo en Melilla, con honores y en secreto. Los restos del militar fueron trasladados a la ciudad africana para su inhumación el pasado 23 de marzo en el Panteón de los Héroes de Regulares del cementerio melillense, según confirma a eldiario.es el Ejército de Tierra.
“Se realizó una sencilla ceremonia, íntima y privada, a la que asistieron el actual Comandante General de Melilla”, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, “acompañado por una pequeña comisión”, precisan las mismas fuentes. El motivo de enterrar a Sanjurjo “en una parcela militar” atiende “a que fue Comandante General de Melilla, estuvo al mando de fuerzas de Regulares y estaba en posesión de dos cruces Laureadas de San Fernando (1914 y 1926)”, responden tras la petición de información desde este medio al Ministerio de Defensa dirigido por María Dolores de Cospedal.
“Ante la exhumación, el pasado 16 de noviembre de 2016, de los restos del general Sanjurjo en Pamplona, la familia solicitó que fuese enterrado en un panteón militar”, confirman. Y de ahí, Defensa “autorizó que el entierro se celebrase en el cementerio municipal de Melilla, en el panteón de Regulares número 2, que se sigue utilizando para la inhumación de los fallecidos de Regulares que lo requieran”.
Una ceremonia militar “íntima y privada”
El desentierro de Sanjurjo en Pamplona acompañó al de cinco soldados rebeldes y al del también militar y cabecilla del golpe de Estado fracasado que provocó la guerra civil, Emilio Mola. Los trabajos en la cripta del Monumento a los Caídos no estuvieron exentos de polémica. El juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de la ciudad navarra rechazó el recurso de la hija del general que pedía suspender una exhumación que contó finalmente con presencia de la Policía Municipal “para garantizar la intimidad de las familias”.
Pese al secretismo, o la ceremonia “íntima y privada”, el nuevo entierro con honores de Sanjurjo en Melilla ha salido a la luz varias semanas después. La revista 'tradicional, católica y navarra’ llamada Siempre p’alante informaba en su número del 16 de abril “in memoriam” de José Sanjurjo, apuntaba El Alminar de Melilla.
Otros medios como Iruindarra Naiz se hacían eco en redes sociales y elconfidencial señala que al acto de inhumación asistió el presidente y senador por Melilla, Juan José Imbroda. El Ministerio de Defensa y el Ejército de Tierra no han confirmado a este periódico la presencia de cargos públicos y militares más allá del Comandante General de Melilla, Fernando Gutiérrez.
El general “dos veces golpista”
El general Sanjurjo fue dos veces golpista. Encabezó el intento de derrocar la reciente República española en agosto de 1932, en una sublevación militar fallida que a la postre fue conocida como la Sanjurjada. Como otros militares, caso del propio Mola y africanistas como Francisco Franco o Gonzalo Queipo de Llano, no desistieron de sus intenciones y ejecutaron el golpe de Estado en julio de 1936. También sin éxito, y que provocó así el estallido de la guerra civil española.
Sanjurjo es “un héroe incomprendido” que con sus méritos militares “ganó el sobrenombre León del Rif”, según la revista navarra Siempre p’alante. Dirigió “a los sublevados por dios y por España”, dicen, y “descansaba confiado” en el que erigió Navarra “a sus muertos en la Cruzada”. Hasta que sus restos “fueron exhumados con vileza e inquina” por la acción “talibán marxista-separatista”. Ahora, los restos del general golpista “recibieron los honores propios de su rango y descansan en Melilla en la avanzada de España”, entienden en el boletín carlista.
“La información y el traslado de Sanjurjo a Melilla fue considerado como 'secreto de Estado'”, escribe Enrique Delgado en El Alminar de Melilla. Los restos cadavéricos serían “conducidos y custodiados”, prosigue, “por una delegación de alto rango del Ministerio de Defensa” para acabar en una ceremonia “presidida por todas las autoridades civiles y militares” de la ciudad autónoma. Una información “también conocida por el núcleo duro de la nomenclatura cultural”.
“Se destinan varios miles de euros para enterrar en la ciudad de Melilla, en una operación secreta, a un general dos veces golpista, mientras siguen existiendo cientos de fosas comunes con miles de republicanos enterrados de manera anónima”, afea Delgado. Una operación “que en el resto de España ha querido esconderse”, apunta.