La derecha española minimiza la emergencia climática mientras 200 países tratan de mitigar sus efectos

David Noriega

17 de noviembre de 2022 22:58 h

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El verano más cálido en Europa desde que hay registros no ha hecho que la derecha española rebaje el tono contra la emergencia climática. O que contenga su oposición a las medidas que expertos y organizaciones internacionales señalan como la única vía para reducir el peligro que plantea el deterioro medioambiental. La lucha contra el cambio climático “es una gran estafa” que “responde a lobbys e imposiciones de nuevos mercados”, afirmó la semana pasada la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a las puertas de la Cumbre del Clima, donde cerca de 200 países debaten sobre cómo frenar el avance de esta crisis mundial.

Ayuso, que hace poco más de un año afirmaba que “el cambio climático traerá consecuencias devastadoras y es responsable hacer lo posible por evitarlo”, ha capitaneado en los últimos tiempos la línea del neonegacionismo en la derecha, en muchos puntos a imagen de Vox. Las tesis de aquellos en el equipo del primo de Rajoy han ido variando ante la evidencia científica. Quienes se oponen a abordar la emergencia ya no niegan que exista el cambio climático, sino que defienden posturas como que ha existido siempre o que en su defensa hay intereses ocultos de lobbys desconocidos.

Ayuso: “Esta ola de calor yo no la tenía prevista. No la tenía prevista todo el país, pero yo lo tenía que hacer”

La presidenta madrileña, que suele evitar asumir responsabilidades señalando más allá de sus competencias, reconoció no tener prevista la ola de calor que asoló la Comunidad en junio de este año. Fue la bienvenida al verano más caluroso desde que hay registros, pero los datos llevan tiempo advirtiendo de que cada vez se registran temperaturas más extremas en España y más olas de calor. Hasta este año, desde 1975 se habían registrado 10 episodios de calor extremo en junio, cinco de ellas desde 2011. Como muestran los datos, la mortalidad se dispara en estos picos.

“Cuando venga la ola de frío, que vendrá en invierno, como todos los inviernos, me volverá a decir lo mismo”, le espetó Ayuso a la oposición en esa misma intervención. Pero el cambio climático, que afecta al calor, también lo hace a otros episodios extremos, como el frío. Algunas investigaciones han evidenciado que el deshielo en el Ártico ha provocado corrientes de aire que regulan una parte del hemisferio norte y aumentan la probabilidad de padecer olas de frío.

Francisco J. Contreras: “Si se calienta un poquito el planeta, para empezar se reducirán muertes por frío”

La frase es de uno de los diputados de extrema derecha más reaccionarios contra la emergencia climática. “Nosotros no consideramos que exista ninguna emergencia climática”, reconoció ya en 2021. Su argumento, sin base científica, obvia que, según los datos de la organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación que provoca el cambio climático es la causante de unos 7 millones de muertes prematuras en todo el mundo. Según esta estimación, desde que Vox llegó al Congreso en 2019, han fallecido por esta causa 21 millones de personas, mientras sus diputados difunden proclamas negacionistas desde la institución.

Pedro Muñoz Abrines: “Evidentemente, que en el mes de junio o en el mes de julio haga calor, me parece que forma parte de lo más natural”

Es “natural” que en Madrid haga calor en verano. La excepción es que esta declaración del portavoz del grupo parlamentario popular en la Asamblea se produjo en plena ola de calor. También son excepcionales, aunque cada vez menos, las olas de calor que se concatenan esos meses y las elevadísimas temperaturas que se alcanzan en España (y en el resto de Europa), en el periodo estival. La media de máximas durante los meses de verano ha sido este año la más elevada des que existen registros en 31 provincias y el segundo en otras siete.

En Madrid, de junio a agosto se han registrado una media de las temperaturas máximas de 34,1 grados, 3,6 por encima de lo normal entre 1981 y 2010. Pero no es la provincia con peores datos. En Girona, Navarra, Teruel, Soria, Cuenca, Palencia o Huesca, las medias se dispararon por encima de los cuatro grados respecto a ese periodo, y hasta diez provincias registraron su récord de temperatura en 2022.

Enrique López: “Decir de una manera frívola que el cambio climático mata no es propio de alguien que se digne a ser presidente del Gobierno de España”

El consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid salió en julio de este año al paso de las declaraciones de Pedro Sánchez durante una visita al incendio que arrasaba Extremadura. El presidente había apostado por “convertir las políticas medioambientales en políticas de Estado” para evitar este tipo de desastres y había alertado que el cambio climático “mata personas y mata también nuestro ecosistema y biodiversidad”. Para entonces, ya habían muerto dos personas tratando de sofocar el fuego.

No hay que ser ni frívolos ni irresponsables. Hay que criticar con dureza esas escenografías que es ir a lugares donde se están produciendo estos graves incidentes, donde han muerto dos personas, y decir de una manera frívola que el cambio climático mata”, afeó López. “Han muerto por las llamas de un incendio”, insistió. Lo cierto es que el índice que mide el riesgo meteorológico de fuego ha crecido en España un 23% en las últimas cuatro décadas. Este mide las altas temperaturas y el descenso de precipitaciones, que influyen en la sequedad de las plantas que actúan como combustible.

Una revisión de 8.800 estudios a cargo de 15 científicos ha encontrado “incrementos significativos en las condiciones meteorológicas propicias para los incendios en casi todas las regiones del mundo durante las últimas décadas por el cambio climático”.

Ayuso: “Tenemos grandes retos, pero ahora la agenda ha decidido que marque el medioambiente una y otra vez como emergencia”

Desde el Partido Popular huyen de términos que consideran catastrofistas. “Esto de la emergencia climática y de los refugios climáticos me parece que es una estrategia predeterminada para imponer un sentimiento de miedo y, por lo tanto, imponer determinadas medidas de manera obligatoria”, aseguraba Abrines. Su jefa tampoco considera ya que la emergencia climática sea un prioridad. “Lo que hay aquí es algo diferente: más bien una agenda que se propaga por muchos lugares del mundo que, a mi juicio, en algunas ocasiones se convierte en una gran estafa porque responde a lobbies, a empresas e imposiciones de nuevos mercados para que empresas emergentes a las que ustedes [por la izquierda] les hacen siempre el caldo se hagan fuertes a manos de empobrecer cada vez más a más ciudadanos”, dijo hace unos días, sin dejar la oportunidad de atribuir esta supuesta tendencia al “comunismo”.

La OMS lleva tiempo alertando de las consecuencias de la crisis climática en la salud. Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), el planeta y la salud de la humanidad están ya bajo una “amenaza grave y creciente”. Y la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático se está celebrando estos días. Sean cuales sean los compromisos alcanzados, la comunidad internacional parece comprometida al menos con las consecuencias de no tomar medidas.

Alberto Núñez Feijóo: “Pedimos una transición energética real que se ajuste a las necesidades de la industria y de los hogares”

El líder conservador apostaba a principios de este curso por suspender todas las reglas de transición ecológica y obviar la emergencia climática en las legislaciones. “Europa ha suspendido todas las reglas fiscales porque estamos en guerra, Europa debe de tomar razón y el Gobierno de España debe de tomar razón, que mientras estemos en guerra y tengamos una crisis energética como la que tenemos, tenemos que modificar nuestra política energética para una vez finalizada la guerra proseguir con nuestros objetivos, después de mantener los empleos y la industria”, afirmó.

Esa suspensión de las reglas fiscales se produjo por la pandemia, pero Feijóo aprovechó la guerra para reclamar lo mismo sobre las políticas medioambientales. Precisamente, algunos expertos ya alertaban de la posibilidad de descuidar los riesgos climáticos frente al conflicto y el desabastecimiento de gas ruso a Europa. “La guerra en Ucrania está sirviendo de excusa para reducir exigencias ambientales, sociales y sanitarias con argumentos en favor de mantener el empleo y sostener la economía”, indicaba el biólogo y doctor en Agroecología Daniel López García.

Feijóo: “El Gobierno se está empeñando en vender vehículos eléctricos y no en retirar de las carreteras vehículos de más de 10, 12, 13, 14 y 15 años”

Mientras Ayuso acusa a la izquierda de “empobrecer cada vez más a más ciudadanos”, el presidente nacional de su partido apuesta por retirar de circulación el 60% de los vehículos de España, donde el parque tiene una antigüedad media de 13,5 años. Estos son los coches que más contaminan, pero el objetivo de Feijóo no es sustituirlos por modelos no contaminantes, sino hacerlo por otros con motores de combustión. De hecho, califica de “error” volcarse con los eléctricos.

En mayo de 2021, el Congreso aprobó la nueva ley de Cambio Climático, en línea con el Acuerdo de París. En otras medidas, la norma apunta en el calendario 2040 como el último año en el que se podrán fabricar automóviles con motores de combustión. Pese a las reticencias iniciales, la asociación mayoritaria del sector, Anfac, acabó asumiendo la medida. “La industria de la automoción está plenamente comprometida con los objetivos de descarbonización del parque que refrenda la ley para 2040 y 2050 y ya estamos trabajando con este horizonte”, llegaron a señalar.

Feijóo: “En un país como el nuestro, donde hay centenares de noches durante el año calurosas y sin viento, por lo tanto con producción de energía renovable de cero megavatios, es evidente que debemos tener cuidado con estos saltos al vacío”

El salto al vacío al que se refiere el líder del PP es el cierre de las nucleares. Para defender su teoría de que clausurarlas es una “irresponsabilidad”, utilizó este argumento que no se ajusta con la realidad. En España se producen prácticamente cada noche decenas de miles de megavatios hora por energía eólica, según los datos de Red Eléctrica. Fuentes del mercado explicaban a este medio que, aunque en verano la producción es menor por las noches, esta nunca desaparece.

En los últimos meses, Feijóo ha hecho una defensa a ultranza de las fuentes de energía más contaminantes. Ha defendido la nuclear, el carbón, bajar impuestos a los combustibles fósiles e incluso el fracking, una técnica que Europa rechaza de forma mayoritaria y sobre cuyos detractores alegan serios riesgos para el medio ambiente y la salud. Consiste en inyectar grandes cantidades de agua y arena sobre la roca donde se generan los hidrocarburos, provocando pequeños movimientos sísmicos para extraer el petróleo o el gas.