Durante los últimos años, España ha vivido un enorme aumento en el número de desahucios que han afectado a cientos de miles de familias. Según un reciente estudio realizado por la Escuela Andaluza de Salud Pública, estos procesos no solo han tenido un impacto económico y social importante sino que “los desahucios están teniendo un enorme impacto en la salud de miles de personas”, explica a eldiario.es el coordinador del proyecto, Antonio Daponte.
Generalmente, los procesos de desahucio son largos y las personas que los sufren “no solo se ven sometidas a carencias por la situación de privación material”, aseguran los autores del estudio, sino que el desahucio también “constituye en sí mismo un evento vital estresante, que impacta en la salud física y mental de las personas afectadas y en la propia comunidad”.
El proyecto surgió tras una petición de la plataforma Stop Desahucios, que se puso en contacto con la Escuela Andaluza de Salud Pública. “Nos contaron que veían a gente que estaba muy mal, que estaban sufriendo bastante e incluso hubo algunos intentos de suicidio”, cuenta Daponte.
Los estudios anteriores centrados en salud mental
En España, investigaciones recientes ya habían puesto de manifiesto el deterioro del estado de salud de las personas en situación de exclusión habitacional, así como el agravamiento de la salud mental (PDF) según se va avanzando en un proceso de desahucio. Sin embargo, estos estudios se centraron en la salud mental y son escasos las investigaciones que analizan otros indicadores de salud.
El nuevo análisis, publicado en la Gaceta Sanitaria, “es el primero que se hace aquí en España, introduciendo componentes de salud de una forma tan extensa”, explica Daponte. Para la investigación, que se llevó a cabo en el área metropolitana de Granada, se realizaron encuestas a 205 personas que se encontraban en proceso de desahucio. Los datos recopilados se agruparon en varios indicadores sanitarios, como el de salud percibida, mental o cardiovascular, así como de hábitos relacionados con la salud, como el consumo de tabaco y alcohol, la actividad física o el tipo de dieta.
Las mujeres, más afectadas
Gracias a los datos recabados, los investigadores concluyeron que “la población afectada por desahucios tiene una probabilidad casi 13 veces mayor de tener una salud deficiente y tres veces mayor de tener una enfermedad cardiovascular, en comparación con la probabilidad del conjunto de la población”. El estudio destaca, además, que las mujeres son las que más informan de una salud percibida deficiente, con un 80,9%, mucho mayor que el porcentaje de la población general, que es de un 24,5%. El resultado para los hombres, aunque menor que el de las mujeres, también es importante, y el 57,3% percibe su salud como mala o muy mala, frente al 14,9% de la población general.
Con respecto a los demás indicadores, el 10,8% de los hombres y el 8,2% de las mujeres informa tener una enfermedad cardiovascular, frente al 4,1% y el 3,5% de la población general. También se observa una mayor proporción de personas con depresión, ansiedad u otros trastornos mentales, donde las mujeres, de nuevo, presentan una mayor prevalencia con un 57,4%, por un 28,9% de los hombres.
Según Daponte, hay factores comunes que determinan la salud de hombres y mujeres, “pero también los hay diferentes y que afectan en diferente grado a unos y a otros, lo que refleja también, en parte, las desiguales de género que existen en general en las sociedades patriarcales”.
Los desahucios son un problema sanitario
Desde el proyecto proponen diversas medidas para intentar atajar los problemas sanitarios que surgen de los desahucios. “Lo primero debe ser crear políticas destinadas a evitar desahucios”, explica Daponte, “y la opción más inmediata sería regular la dación en pago”. Y para los casos en los que no se pueda evitar el desahucio, “hay que desarrollar programas de prevención y de protección que eviten que una situación tan traumática afecte a la salud de las personas, ofreciendo tratamiento y apoyo psicológico”.
Daponte destaca que los desahucios deben tratarse como un problema sanitario y recuerda que “en España tenemos una Ley General de salud pública que reconoce que los determinantes sociales son tan importantes como los biológicos en la salud de las personas”. Según este investigador, “el objetivo es que los gobiernos cumplan la normativa y tengan en cuenta el impacto de las políticas públicas en la salud de los ciudadanos”.