La portada de mañana
Acceder
Feijóo y Ayuso, aliados contra el fiscal general
EXCLUSIVA | 88 millones de RTVE para el cine español
OPINIÓN | 'Lo diga el porquero o el rey', por Elisa Beni

Descubren los restos de un 'dragón' del Cretácico en Australia

Agencia Sinc

0

Un equipo de investigación de la Universidad de Queensland (Australia) ha analizado un fósil de la mandíbula de un pterosaurio, encontrado cerca de Richmond, al noroeste de Queensland, en 2011.

Los resultados, publicados en la revista Journal of Vertebrate Paleontology, indican que esta enorme criatura tenía una envergadura de siete metros y un hocico en forma de lanza, lo que lo convertía en una “bestia aterradora”, según afirma Tim Richards, líder del equipo de investigación en la universidad australiana.

Dragones del Cretácico

El Thapunngaka shawi, como fue bautizado este pterosaurio, es “lo más parecido a un dragón en la vida real”, indica Richards.

Según los investigadores, esta bestia prehistórica presentaba un cráneo de aproximadamente un metro de largo y una dentadura con 40 molares, lo que le permitía alimentarse de peces de gran tamaño que habitaban en el ahora inexistente mar de Eromanga (Queensland) durante el Cretácico.

Además, tenían huesos de paredes finas y relativamente huecos, lo que facilitaba el vuelo. “Los pterosaurios fueron los primeros animales con huesos en la espalda adaptados al vuelo a propulsión”, destaca el experto. 

Sin embargo, debido a estas adaptaciones, sus restos fósiles son escasos y están mal conservados. “El descubrimiento de Thapunngaka contribuye en gran medida a nuestra comprensión de la diversidad de pterosaurios australianos”, afirma el autor.

Los investigadores destacan el inmenso tamaño de la cresta ósea de la mandíbula, tanto inferior como superior, que presenta esta especie. “Estas crestas probablemente desempeñaban un papel en la dinámica de vuelo”, explica Steve Salisbury, coautor del trabajo, de la misma universidad.

El nombre de este pterosaurio volador proviene de ngaka (nga-ga) y thapun (ta-boon), que en lengua del pueblo aborigen Wanamara, en la región de Richmond —donde se encontró el fósil—, significan “boca” y “lanza”, respectivamente, mientras que shawy deriva del apellido de su descubridor.